Hora y Punto de encuentro e inicio de ruta recomendado: No mas tarde de las 9.00 am en la entrada de Sedella, muy próximo al Ayuntamiento y al Restaurante-bar El Chiringuito, buen lugar para ponerle el colofón a esta espectacular ruta, con una buena merienda o cena, según la hora de finalización de ruta. Sin descartar el almuerzo, para quienes se den la media vuelta antes de lo previsto, pues se trata de una ruta de gran dureza.
(Sedella vista desde la carretera hacia la vecina localidad de Salares, foto de mi buen amigo Juan Carlos Bernal).
Pueblo de referencia Sedella: situada al noreste de la comarca de
la Axarquía. Su zona de mayor altitud limita con la provincia de Granada. El
núcleo urbano se halla a 690 metros sobre el nivel del mar y dista 54
kilómetros de Málaga, 23 de Vélez Málaga y 8 de Canillas de Aceituno, que es el
pueblo más cercano. La precipitación media en la zona es de 670 l/m2 y la
temperatura media anual se sitúa en 17º C.
(En primer término Salares y mas arriba con la Loma de la Cuscuadra al fondo, vistas desde la carretera hacia Archez, foto de Juan Carlos Bernal).
El municipio de Sedella conforma un prisma rectangular cuyo lado norte arranca en la cima de la Sierra de Tejeda, donde, próximas al pico de la Maroma, ya en la provincia de Granada, se alcanzan cotas de 2.000 metros. La sierra baja de manera abrupta hasta las inmediaciones del pueblo, no sin antes haber perfilado profundos barrancos en los que, cuando la orografía lo permite, aparecen algunos bosquetes de pinares que amortiguan la agresividad geográfica del entorno.
El municipio de Sedella conforma un prisma rectangular cuyo lado norte arranca en la cima de la Sierra de Tejeda, donde, próximas al pico de la Maroma, ya en la provincia de Granada, se alcanzan cotas de 2.000 metros. La sierra baja de manera abrupta hasta las inmediaciones del pueblo, no sin antes haber perfilado profundos barrancos en los que, cuando la orografía lo permite, aparecen algunos bosquetes de pinares que amortiguan la agresividad geográfica del entorno.
A partir del pueblo, el paisaje se
suaviza y ya empiezan a verse casas dispersas en algunas lomas, matorrales,
cultivos y pastos que se alternan con los frondosos pinares. Dos arroyos, uno
que nace en el Pardillo y otro en la Fuente Chaparro, se unen a pocos
kilómetros de su nacimiento y forman el río Sedella. El lugar en el que estos dos arroyos se unen, conocido
como los Cerillales de la Fuente, tiene un gran valor paisajístico. Por este
municipio también discurren los arroyos Matanzas y Granados, a cuyas aguas se
unen sendas leyendas basadas en antiguas batallas y hechos más o menos
sobrenaturales.
Desde la Costa del Sol hay que tomar la autovía del Mediterráneo (A-7;
N-340) hasta la circunvalación de Vélez
Málaga. En este punto hay que acceder a la A-335, dirección Alhama de
Granada. Tras recorrer unos 9 kilómetros a partir de la circunvalación de Vélez Málaga, hay que desviarse por la
MA-125 hasta Canillas de Aceituno.
De esta localidad parte la MA-126 que conduce a Sedella.
Entorno: Parque natural de las
sierras de Alhama, Tejeda y Almijara, concretamente vertiente sureste de Sierra
Tejeda, limitando con zona de transición hacia sierra Almijara
Duración aprox: 9-10 horas
Distancia aprox: 22 Km.
Desnivel aprox: 1.500 m. Ya que entre los 689 m del Ayuntamiento de Sedella desde el que partimos, hasta los 2.065 m del vértice geodésico de La Maroma hay varios descensos tras los que hay que volver a recuperar altura como en inicio hacia el puente Romano, algunos puntos intermedios entre Las Llanadas de Sedella y La Tacita de Plata o en plena bajada, al pasar por la base del cerro Fuerte de Sedella, que tenemos un pequeño repechón hacia arriba.
Dificultad: Muy alta. Por el exigente desnivel con rampas muy duras, sobre todo desde el puente Romano hasta el cortijo Picaricos por la Loma de la Cuascuadra y por las casi siempre traicioneras condiciones meteorológicas de La Maroma, con fuertes rachas de viento, que hacen necesario ir muy bien pertrechado para el frío la nieve y si se tienen gafas de ventisca (anti báo) mucho mejor.
Punto de Partida: Ayuntamiento de Sedella (689 m)
Duración aprox: 9-10 horas
Distancia aprox: 22 Km.
Desnivel aprox: 1.500 m. Ya que entre los 689 m del Ayuntamiento de Sedella desde el que partimos, hasta los 2.065 m del vértice geodésico de La Maroma hay varios descensos tras los que hay que volver a recuperar altura como en inicio hacia el puente Romano, algunos puntos intermedios entre Las Llanadas de Sedella y La Tacita de Plata o en plena bajada, al pasar por la base del cerro Fuerte de Sedella, que tenemos un pequeño repechón hacia arriba.
Dificultad: Muy alta. Por el exigente desnivel con rampas muy duras, sobre todo desde el puente Romano hasta el cortijo Picaricos por la Loma de la Cuascuadra y por las casi siempre traicioneras condiciones meteorológicas de La Maroma, con fuertes rachas de viento, que hacen necesario ir muy bien pertrechado para el frío la nieve y si se tienen gafas de ventisca (anti báo) mucho mejor.
Punto de Partida: Ayuntamiento de Sedella (689 m)
Fecha de realización: domingo 20 de enero de 2013
Pronóstico meteorológico:
Tras un sábado con
madrugada muy lluviosa y amenaza de ciclogénesis explosivas en varias zonas de
la península. El pronóstico era de intervalos de cielos nubosos y soleados con
ligero riego de precipitaciones, pero sobre todo rachas de viento superiores a
los 70 km/h en zona de cumbre.
Participantes: Desde Huelva vino Teresa, la valiente
“Arwen de Rivendel” que en sabia decisión, compartió vehículo con sus amigos de
Sevilla: Magda “La Pimentonera de Aguilas”, “El Indomable Jaime”, Manolo
Montaneitor y Montse. Desde Ronda vinieron: Rafa Flores “El Mago Gandalf de la
Serranía”, Geyperman Salvador y Javier. Desde distintos puntos de la Costa:
Rumualdo y Mª Jesús (que debutaban con nosotros desde Marbella), Celia “La
Hechicera du Sao Paulo”, Patri “La Chica que miraba las Estrellas”, Migue “El
Hombre que sabía demasiado” y Juan Ignacio Amador “El Comandante”.
1º) Junto con la clásica ascensión desde Canillas del Aceituno por el
sendero de La casa de la Nieve. La versión que aquí proponemos es la mas dura y
exigente para ascender a La Maroma después de su posible inicio alternativo
desde Salares, por lo que para realizar esta ascensión se requiere estar en
buen estado de forma. Se requiere ir a un ritmo razonablemente rápido. (Sin
prisas, pero con pocas pausas y muy constante).
2º) Llevar frontales (o linternas) por si acaso. Además de rodilleras
o/y tobillera, mas pequeño botiquín ante posibles lesiones, rozaduras, donde no
falte ibuprofenos u otros anti inflamatorios porque el machaque para las
rodillas en estos descensos larguísimos están prácticamente asegurados.
3º) En caso de previsión
de nevadas en los días previos o para ese mismo día, será necesario que cada
persona que vaya a participar se presente en la ruta debidamente pertrechado
con ropa de abrigo y equipado con crampones e incluso piolet, sobre todo si se
viene en caso de subir desde El Robledal (vertiente norte), donde no es raro
encontrarse placas de hielo cubriendo numerosos tramos de sendero por las zonas
de umbría del sinuoso zig-zag previo al Salto del Caballo.
4º) Debido a la distancia y al desnivel a superar es fundamental
presentarse en el punto de encuentro puntualmente. ¡Ojo! Que a Sedella se tarda
en llegar porque son carreteras de montaña con mucha curva donde no se puede
correr, salid con tiempo de antelación. De hecho si se puede empezar un poco
antes de la hora prevista mejor.
Bibliografía de referencia y
descripción de ruta, de nuestro itinerario de ida (ascensión):
Sierras Tejeda y Almijara, guía del Excursionista (Rafa Flores)
Ruta 36: Sedella-La Maroma
Breve descripción del
itinerario:
Desde la misma calle donde tenemos estacionados los vehículos, ¡Ojo
porque al entrar en Sedella, tal y como venimos desde Canilllas del Aceituno,
nos encontramos con dos calles paralelas, nos referimos a la de arriba!. La que
pasa por delante de un antiguo abrevadero-fuente y el mencionado Restaurante
bar El Chiringuito donde ya podemos marcar el primer “way-point” como punto de
interés de la ruta. Seguimos avanzando en dirección este por la calle de la
Villa del Castillo, donde nos encontraremos con algún que otro mural de
azulejos, que hace referencia a algún episodio histórico de esta población.
Aunque no se sepa la ubicación del mal llamado puente Romano (en todo
caso “puente Medieval”), callejeamos, siempre en dirección este, sin meternos
por ninguna calle que nos lleve hacia la parte de abajo del pueblo, (a la
derecha en el sentido de nuestra marcha), ni hacia muy arriba (a la izquierda
en el sentido de nuestra marcha), hasta que pasamos junto a un cartelón que nos
indica: “Puente Romano 806 m”.
Tomando un carril que parte en sentido
descendente del extremo noreste del pueblo de Sedella, cuyas últimas casas
vamos dejando atrás y desde donde comenzamos a ver frente a nosotros, allí
arriba, los tajos nevados del Morrón. Buen momento para hacerse la foto de
grupo en este inicio de ruta. Ya que se trata de itinerarios muy duros, donde
rara vez acaban todos los que empiezan.
En cuestión de minutos llegamos al Puente Romano, completando el
primer kilómetro de ruta que discurre en comodo perfil llaneando y en bajada.
Ni que decir tiene que se trata de un rincón mágico de La Axarquía, donde el
puente de piedra que salva las aguas del río de La Fuente conserva una perfecta
armonía con el entorno.
Nada mas cruzar el puente hay que tomar el sendero de
la izquierda que pocos metros después gira a la derecha y a partir de aquí nos
lleva en escalonados zig-zags hasta las ruinas del cortijo de La Herriza, con
sus bancales abandonados, que dejaremos a nuestra derecha, hasta que poco
después llegamos a lo alto de una loma, donde enlazamos con lo que sería la
variante que vendría desde el cercano pueblo de Salares, unidos entre sí por el
GR-242, cuyo trazado hemos seguido hasta este punto. Se trata de uno de los GR,
que se han creado con la iniciática de dar a conocer los pueblos cuyo termino
municipal forma parte o simplemente delimitan el parque natural, en este caso
de las Sierra Tejeda y Almijara en su vertiente malagueña, correspondiente a la
Alta Axarquía.
Al llegar a lo alto de esta mencionada loma por encima del cortijo de
La Herriza, resulta recomendable hacer una primera parada táctica, para echar
un primer trago, quitarse la primera capa de Cebolla, recuperar el aliento o
simplemente recrearnos con las vistas de Sedella, que va quedando atrás cada
vez mas abajo y del Morrón de La Maroma, que paulatinamente iremos viendo cada
vez mas cercano, conforme vayamos ganando altura.
Conviene aclarar que en este punto es donde abandonamos las referencia
de las balizas rojiblancas del GR-242, de hecho, abandonamos este lugar
dirigiendo nuestros pasos hacia el ramal de sendero, en dirección norte, que
con una “X” nos indica, que por ahí no sigue el GR-242 (y que en nuestro caso,
a partir de este punto querrá decir, que vamos bien). A los pocos metros de
tomar este ramal de sendero que se asoma a la Hoya de Salamanca, vamos a tomar
otro ramal aún mas secundario a la derecha, donde nos cruzamos con una pequeña acequia
que salvamos sin dificultad y a partir de aquí todo tieso para arriba y “¡a
morir por Dios!”, en constante ascensión con una pendiente, que si hasta aquí
ya había sido dura, hasta el punto de provocar nuestra primera baja en la
persona de Javier (de Ronda), a partir de aquí se endurecía mucho mas, haciendo
tan duro el esfuerzo físico como psicológico para no rendirte y desistir del
esfuerzo, mientras que a nuestra espalda empezaban a sonar los cohetes de
Fiesta de san Antón en Sedella. Ahora caminábamos hacia una loma poblada de
pinos que sería nuestra siguiente referencia visual, empezando a encontrarnos
con algunos puntos de pintura roja, que nos indican que vamos por el buen
camino.
El esfuerzo era grande, pero aún mayor era el ánimo que te inspiraba
caminar junto a tan magníficos compañeros de ruta con los que ya has librado
mil batallas, casi todas con éxito y siempre con una lectura muy positiva. No
obstante, la fresca temperatura de aquella mañana, el viento todavía moderado y
la creciente belleza del paisaje, te animaban a continuar.
A la izquierda comenzábamos a ver perfectamente dibujado el trazado en
zig-zag del sendero por el que teníamos previsto regresar a los pies del cerro
del Fuerte de Sedella y por la loma de la derecha, hacían acto de presencia un
pequeño grupo de senderistas que de forma muy compacta y a gran ritmo ascendían
como una centella hacia el cortijo Picaricos, coincidiendo en nuestra
trayectoria por la temida Loma de la Cuascuadra.
Es éste el lugar de la ruta, sin lugar a duda que nos exige un mayor
esfuerzo tanto físico como mental, por la dureza de la pendiente que no te da
tregua en ningún momento y es por ello que resulta recomendable, tomársela con
relativa tranquilidad, marcarse un ritmo cómodo de zancada y respiración,
desconectando el coco si es necesario, olvídate de fotos, pon el piloto
automático y cuando te des cuenta ya habrás llegado al idílico emplazamiento
del cortijo
Picaricos o Casa Cuascuadra, cuya encalada vivienda mantiene un buen
aspecto de conservación en contraste con las ruinas de sus cuadras anexas. Situado
estratégicamente a los pies de un pequeño cerrito redondeado que lo protege del
viento norte, frente a una dócil pradera, ideal para el pastoreo, donde a veces
se encuentran caballos en semi libertad. En cualquier caso es un prado que
recorremos antes de llegar a él, mientras que dejamos una antigua era a la
derecha, lugar desde el que disfrutamos
de una vistas privilegiadas desde el roquedo que se encuentra a la izquierda de
la casa, sobre el Morrón los tajos Volaeros y gran parte de la cara sur del ese
gran coloso que es La Maroma y que ahora tenemos ante nosotros.
Todo lo que sea llegar al cortijo Picaricos en menos de dos horas o
dos horas y poco, es casi nos garantiza el éxito para poder realizar esta ruta
en su totalidad. En cualquier caso es lugar de obligada parada para recuperar
el resuello, echar un trago, disfrutar de las vistas grandiosas que podemos
contemplar y en nuestro caso, pertrecharnos bien para el previsible frío y
sobre todo viento al que nos enfrentaríamos al poco de reanudar la marcha.
Si en su momento las ruinas del cortijo la Herriza quedaban a nuestra
derecha en la primera parte de la ascensión. Retomaremos la marcha, dejando a
nuestra izquierda el idílico cortijo Picaricos, para desde allí tomar la pista
que nos lleva en dirección noreste hacia Las Llanadas de Sedella, se trata de
un tramo del itinerario tan rectilíneo, como de suave perfil ascendente que si
bien nos permitía caminar a un ritmo muy cómodo y deahaogado, también se
convirtió en el lugar donde empezamos a entrar en contacto con la nieve y sobre
todo con un viento que durante los siguientes minutos se convertirían en el
peor enemigo a superar tal y como ya habíamos advertido.
Resultaba
significativo comprobar como el estado de la nieve se veía mucho mas alta y
compacta el cordal de transición hacia Sierra Almijara, con el redondeado cerro
Malascamas, frente a nosotros.
A partir de aquí el cielo también empezó a
cubrirse y algunos cambiamos las gafas de sol por las de ventisca, realmente
útiles y agradecidas para estas situaciones. Aunque en circunstancias normales
hay un sendero que abandona la pista saliendo a la izquierda para llegar
directamente a Las Llanadas de Sedella, como la nieve lo cubría casi todo,
menos la pista por la que caminábamos, continuamos por alla hasta el lugar
donde esta se desdobla, de manera que de continuar recto en dirección ESTE, como
nos recuerda Rafa Flores en su famosa guía además de servirnos de aproximación
para subir a cerros tan emblemáticos como el de Malascamas, Las Chapas o El
Lucero, nos llevaría cerca del cordal que une este sector de Sierra Tejeda con
la sierra de Játar, ya en la vertiente granadina, pasando por lugares
legendarios como el cortijo del Agüaero, barranco del Malinfierno, cortijo del
Nevazo, puerto Blanquillo o la Resinera de Fornes. Pero nosotros tomamos a la
izquierda, llegando en escasos minutos al paraje conocido como Las
LLanadas de Sedella.
Donde empieza el idílico sendero de uso público que desde
este lugar nos llevaría hasta el aún mas idílico paraje de La Tacita de Plata, a través
de un precioso sendero tipo montaña rusa donde se intercalan subidas y bajadas,
no exento de zig-zags, y preciosos paisajes de alta montaña que encontrándose
nevados resultaban aún mas alpinos, haciéndonos sentir en latitudes muy lejanas
que nada tendrían que ver con el increíble milagro de estar a tiro de piedra de
la Costa del Sol.
Sin duda alguna, la clave para que pudiéramos culminar con éxito esta
ruta, además de mantener el ritmo de marcha adecuado de principio a fin, estuvo
en que los Dioses de Las Montañas, nos dieron una tregua con ausencia, casi
total de viento, desde el mismo momento que llegamos al panel informativo del
inicio del itinerario en Las Llanadas de Sedella, es como si
por arte de magia el viento hubiera desaparecido. Sin embargo, al llegar
nuestros último compañeros a este punto de reagrupamiento, nos comentaron que:
Rumualdo, Mª Jesús y Montse decidieron darse media vuelta en medio de la
ventisca en su razonable sospecha de que la cosa podría ponerse aún peor
conforme fuésemos ganando altura.
Haciendo bueno el principio de que una de las
claves del buen senderista radica en saber cual es el lugar idóneo para darse
media vuelta en caso de necesidad, mirando siempre por su seguridad, sabiendo
medir el límite de sus fuerzas y no convertirse nunca en un lastre para el
grupo por haber forzado la máquina habiéndose apuntado a una ruta para la que no
esta preparado/a.
Aprovechamos estas líneas para felicitar a nuestros
compañeros por haber tomado tan sabia decisión. Además no fueron los únicos, ya
que poco antes de llegar a las Llanadas de Sedella, nos cruzamos con el grupo
que llevábamos por delante, después de que decidieran darse la vuelta al Llegar
a las Llanadas y no verlo nada claro con la ventisca arreciando y el cielo
oscureciéndose cada vez mas.
Al llegar a las inmediaciones de La Tacita de Plata donde se
encuentran las balizas que nos indican: “El Robledal 6 km” (Norte), “La Maroma
2,5 km” (oeste) y “La Tacita de Plata a sólo 50 m” al oeste. Hicimos una parada
de avituallamiento, quedándonos la mayor parte del grupo debajo de unos pinos
de gran tamaño que allí se encuentran, mientras que el Mago Gandalf, Geyperman
y Montaneitor, optaron por esa pequeña covacha refugio muy parecido al que
nos encontramos en Cueva Secreta (Vereda de la Estrella), unos cuantos metros
por encima de la fuentecita conocida como “Tacita de Plata”, cuyo manantial
nace precisamente en esa cuevecilla.
Tras el avituallamiento nos pusimos en marcha en dirección oeste,
directamente hacia el cercano tajo Volaero, pero al desviarnos unos 50 m a la
derecha del sendero oculto por la nieve, nos vimos obligados a remontar una
redondeada loma, que si bien en circunstancias normales resultaría muy asequible
presentaba un estado muy regular bajo aquel manto de nieve.
De tal modo que
igual te hundías con la nieve por las rodillas, que pisabas encontrándote con
una fina capa de nieve que ocultaba una roca resbalosa e incluso alguna placa
de hielo, que con paciencia y sobre todo siempre con buen ánimo, fuimos dejando
atrás hasta desembocar en el extremo oriental de Los Tajos Volaeros,
desde donde teníamos previsto realizar el descenso hacia el cerro del Fuerte de
Sedella.
Planteándose en este punto la posibilidad de crear dos grupos: uno que
ya iniciara el descenso, añadiendo el aliciente de subir al cerro del Fuerte de
Sedella y el otro que intentara hacer cumbre a pesar de la ventisca que ya
empezaba a arreciar de nuevo. ¡pero que coño, eran las 14.10 pm y todos los
allí presentes éramos Pasos Largos, así que a pesar de que iniciar el descenso
desde allí ya hubiera sido un rutón. No rematar aquella jornada haciendo
cumbre, hubiera sido poco menos que no llegar al orgasmo tras un polvazo
espectacular. Así que todos para arriba y además por el sendero bien conocido
por la mayoría de nosotros que va del cortijo del Robledal-La Maroma con el que
ya habíamos enlazado desde la tacita de Plata.
Una vez pasamos con precaución por el filo de los tajos Volaeros, por donde discurre el sendero, para evitarnos
entrar en una gran hondonada de complicado tránsito, tomamos por la gran loma
hacia arriba que ya nos sitúa en la gran meseta somital de La Maroma, donde
llegamos en medio de una gran ventisca, con el grupo muy estirado, a pesar de
que habíamos iniciado este último tramo de ascensión con el grupo muy compacto.
Pero ante la tremenda ventisca, era normal, que sin llegar a perder el contacto
visual con quienes llevábamos por delante y por detrás. Cada uno viviera a su propio ritmo aquel
desafío contra la montaña y contra uno mismo, concentrado en ir pisando las huellas que te marcaba el compañero de alante y aguantar el último tirón.
Hasta que por fin nos
reagrupamos al pié del imponente vértice geodésico de La Maroma, para hacernos
la foto de grupo en tan histórica y memorable jornada. Que son de las que núnca
se olvidan y en futuro te animan a decirte a ti mismo: “si yo aquel día hice
cumbre en La Maroma, esto es pan comido”.
Regresando sobre nuestros pasos en tiempo record mientras nos íbamos recreando con las bonitas vistas sobre Salares, Sedella, Cómpeta y otras localidades de la Axarquía con el sol brillando sobre el Mediterráneo al fondo. volvimos a situarnos
en el filo del los Tajos Volaeros, no sin parar de vez en cuando para
maravillarnos con los rayos de sol que se posaban de vez en cuando sobre
nosotros, filtrados entre las nubes que a muy escasa distancia pasaban sobre
nuestras cabezas a gran velocidad. Distinguiendo allí abajo, muy en la lejanía:
Sedella a laa derecha y Salares a la izquierda.
Tampoco dejamos escapar la oportunidad de fotografiar a Geyperman y
Arwen de Rivendel sobre el característico morrión que a modo de púlpito nos
regala la postal mas emblemática de esta zona tan espectacular de La Maroma,
cuyos vertiginosos tajos, contrastan con el alomado perfil de su cumbre, que
acabábamos de dejar atrás. Justo detrás del mencionado y muy fotografiado
morrión, sale a nuestra derecha, dirección sur, el angosto, pero perfectamente
dibujado sendero, que en una larga sucesión de zig-zags nos lleva directamente
hasta Sedella, en medio de un espectacular paisaje de alta montaña, enmarcado
entre los tajos y frofundas barranqueras que llevamos a derecha e izquierda. Un
auténtico espectáculo visual que no debe perderse ningún amante de la montaña y
en especial los que hayan ido coleccionando las distintas versiones de
ascensión a La maroma a lo largo del tiempo.
La parada del último avituallamiento la realizamos en las inmediaciones
de la Fuente de La Yedra, lugar donde el sendero cruza uno de los arroyos que forma la cabecera del río de La Fuente, cuyo nombre tal
vez proceda de este lugar y cuyas aguas, salvamos por el puente Romano al
principio de la jornada. Finalizado el último avituallamiento reanudamos la
marcha que hasta ahora había sido predominantemente sur-suroeste y que desde la
Fuente de la Yedra gira al oeste hasta las inmediaciones del peñón
de Vélez, desde donde ya se orienta definitivamente hacia el sur, en medio de una llovizna en forma de agua nieve que afortunadamente quedó en amago de chaparrón, mientras nos aproximábamos a los zig-zags que rodean la loma oriental del cerro
del Fuerte de Sedella, que visto desde aquí y salvando las diferencias
de tamaño y altitud nos recuerda al Lucero o Raspón de Los Moriscos.
Al faldear el cerro del Fuerte Sedella, nos sorprenderá la belleza de esta
pequeña pero preciosa montaña, eclipsada por las colosales dimensiones de La
Maroma, que vamos dejando a nuestra
espalda. Este cerro es el punto mas alto de la divisoria de aguas entre el
arroyo de Los Granaos a nuestra derecha (oeste) y el de La Fuenta a nuestra
izquierda (este). Una vez que dejamos a nuestra espalda el cerro del Fuerte de
Sedella, llegamos en escasos minutos a una gran explanada a donde llega por la
derecha (oeste), el sendero que conecta el sendero de La Casa de la Nieve (Canillas
del Aceituno-La Maroma), con la cabecera del barranco Almanchares y la Fuente
de la Pisadica del Niño Dios, que sería el punto mas cercano a nosotros.
No obstante desde esta misma plazoleta muestro camino hacia Sedella es
tan evidente como rectilíneo, a través del cortafuegos que en dirección sur,
nos lleva directamente hasta la casa del Molino, donde volvemos a conectar con
las balizas rojiblancas del GR-242 en su tramo correspondiente Canillas del
Aceituno-Sedella, localidad a la que llegamos en escasos minutos completando el
último kilómetro que al poco de dejar aatrás el camino, discurre en paralelo a
una acequia, que mas adelante se desvía de nuestra trayectoria regresando a
Sedella por una de las calles mas altaas del pueblo y que tomando a la derecha
nos llevaran de vuelta al lugar donde dejamos estacionados los vehículos, no
sin antes pasar por el “restaurante-bar El Chiringuito” o cualquier otro del
pueblo, donde estará mas que justificado darse un buen homenaje.
Espectacular...esta misma ruta la haremos próximamente con el Club, en un par de meses.
ResponderEliminarme pierdo las mejores.... que envidia!!
ResponderEliminarAbrazo
Hermano, los dientes largos como colmillos de elefante. Menudo rutón. Este sábado tengo que trabajar, pero el domingo me gustaría pisar nieve. A ver cómo me las ingenio. La foto de portada con Ilse y el Rey es maravillosa. Aún creo que me voy a encontrar con el Rey en cualquier ruta...
ResponderEliminarHéctor.
La verdad es que se dieron muchas circunstanciaas para convertirse en una de las rutas mas espectaculares de la Temporada 2012-13.
ResponderEliminarUn saludo para todos.
que hartos estamos de chusma molestando la paz de nuestras sierras... gente de ciudad con ansia de campo, qué desgracia más grande, maldito sea el senderismo, que ha violado la paz de los campos masificando las sierras. Las águilas ya no saben donde meterse. Qué ruina. No os basta con masificar la costa, tenéis que ir los comemierdas por los campo dando voces y molestando a ganado, fauna y gentes sencillas con vuestra inoportuna presencia.
ResponderEliminarni un comentario, lo que te mereces
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