Pueblo de referencia: Dúrcal
(Salida 157 autovía Granada-Motril).
Punto de encuentro recomendado: 10.30 am Explanada
hormigonada frente al antiguo restaurante Los Mandarinos (Dúrcal)
Cómo llegar al punto de encuentro: Tal y como
venimos desde Granada tomamos la autovía hacia Motril y a unos 30 km, cogemos
la salida, dirección Dúrcal, a donde llegaremos por su carretera de
circunvalación (Bailén-Motril): estando muy atentos a una señalización que casi
pasa desapercibido y que nos indica, nuevamente hacia Dúrcal, se trata de una
vía de servicio, paralela a la carretera, que en apenas 300 m nos lleva directamente a la explanada
hormigonada frente al antiguo restaurante Los Mandarinos. La cruz verde de una farmacia, junto al Supermercado
Rolmedi (muy popular en Dúrcal), reconfirmarán que ya estamos en el lugar correcto.
Desnivel aprox. ascendido: 220
m
Tiempo aprox. Unas 7 horas (contando con paradas)
Nivel dificultad: Bajo, hay que
tener cuidado en el paso por la acequia algo vertiginoso y algún tramo corto
pero empinado de sendero, especialmente el que sube a la acequia de arriba,
justo antes de adentrarnos en la cerrada
ó cañón del río Durcal.
Tipo suelo: pista, sendero
y lecho del río en las zonas de baño y caminar por el lecho del río con un
nivel parecido al Chíllar o algo superior, pero con pequeñas trepadas
(cascadas) a superar.
Tipo de recorrido: circular.
Mapa:
Parque nacional de Sierra Nevada (Junta de Andalucía)
Crónica: Juan Ignacio Amador
Fotografías: Rafael Molina y Juan Ignacio Amador
Participantes: Desde Granada: mi viejo amigo, el mítico Manolo Supersónico; Desde Ronda vino Jorge "El Titán del Guadalevín". Desde Coín: Margarita "El Tulipán Alpino". Y desde distintos puntos de la Costa del Sol: Fali "El Retorno de Elvis", Paqui "La Pacificadora", Alicia en el país de las Maravillas, Fran de la Jungla, Amaya "Dora la Exploradora", Nacho "El Diablo de Timanfaya", Manuel Maeso, Maria José, Antonio Padilla y un servidor: Juan Ignacio Amador.
Crónica: Juan Ignacio Amador
Fotografías: Rafael Molina y Juan Ignacio Amador
Participantes: Desde Granada: mi viejo amigo, el mítico Manolo Supersónico; Desde Ronda vino Jorge "El Titán del Guadalevín". Desde Coín: Margarita "El Tulipán Alpino". Y desde distintos puntos de la Costa del Sol: Fali "El Retorno de Elvis", Paqui "La Pacificadora", Alicia en el país de las Maravillas, Fran de la Jungla, Amaya "Dora la Exploradora", Nacho "El Diablo de Timanfaya", Manuel Maeso, Maria José, Antonio Padilla y un servidor: Juan Ignacio Amador.
A tener en cuenta:
1º)
Este itinerario se puede ampliar visitando al principio los Baños de
Urquízar, unos baños históricos en un rincón de gran belleza.Pero con el inconvenieente de que dista casi 3 km al S-O de Dúrcal y otros 3 de regreso, a través de anchas pistas entre caminos de huertas y fincas. Un total de 6 km, para visitar un rincón que si bien es cierto, tieene mucho encanto. Los 6 km restantes son bastante insulsos.
2º)
No se trata de una ruta acuática propiamente dicha, porque en la mayoría de los
tramos el agua se puede esquivar, no obstante lo suyo es venir mentalizado para
mojarse y disfrutar del agua plenamente. Como por ejemplo, a la hora de
adentrarnos en la cerrada del río para llegar hasta el salto grande. A penas 1,5 km desde el inicio de la cerrada aguas arriba.
Breve descripción del
recorrido:
Desde
las inmediaciones del restaurante Los
Mondarinos, nos adentraremos en la localidad de Dúrcal por la calle Pilarillo,
continuando por Lope de Vega, calle Andalucía, siempre en dirección S-O, allí
llegaremos a uno de los parques urbanos mas populares del pueblo que debemos
atravesar dirección OESTE, tomando como referencia una indicación hacia el
Tanatorio y tomando inmediatamente después una callecilla que nos hace pasar
por debajo de un pequeño puente-túnel de hormigón, se trata de la calle
Calvario, también conocida localmente como Camino de las Fuentes por la que iniciamos
el prolongado descenso hacia el río, se trata de un antiguo camino en muy mal
estado, cuyos socavones parecen haber sido cubiertos por una escombrera, hasta
el punto de que todo el camino parece una escombrera.
Pronto nos encontramos con las primeras acequias
y el rumor del agua, que nos acompañará la mayor parte de esta preciosa
estimulante ruta. Llegando en pocos minutos al primer hito, a la derecha del
camino, donde podemos contemplar una gran construcción de tres plantas, que
tras visitar en su interior presenta indicios de haber sido restaurada en una
primera fase, que por algún motivo quedó interrumpida y en la actualidad,
totalmente abandonada a su suerte. En un lateral de su fachada, unos azulejos
rezan: “Centro Andaluz de Investigaciones Gastronómicas”. Y que perfectamente
se podría rehabilitar, por ejemplo
como albergue, dado el alto interés paisajístico del entorno.
A partir de este momento nos vamos a encontrar con varias albercas de gran tamaño a ambas orillas del río Dúrcal, con sus correspondientes azud (pequeñas presas), para desviar el agua del río a dichas albercas y de ahí distribuirlas a través de un intrincado sistema de acequias que riegan las huertas que nos acompañaran a lo largo del recorrido, a ambos lados del Dúrcal.
Una vez pasamos al otro lado del erróneamente denominado puente romano, tomamos el camino a la derecha, para continuar el curso del río, aguas arriba. Unas veces por la
derecha y otras por la izquierda, siempre encontraremos una vereda que vaya
paralela al río y que debe ser nuestra norma a seguir en caso de dudas. El siguiente hito más significativo
es nuestro paso bajo el denominado puente
de lata, colocado sobre el río Dúrcal. Construido en Bélgica, estuvo
instalado durante 21 años en la localidad granadina de Gor (cerca de Baza),
antes de ser trasladado a Dúrcal.
Después de pasar bajo el puente de lata y siempre siguiendo el sendero que
discurre paralelo al río, aguas arriba, nos adentramos en un precioso bosque de
ribera donde abundan los álamos negros, blancos, sauces, cañaverales, zarzas y
álamos principalmente, de manera que por muy soleado que sea el día, nuestro
transito junto al río será una auténtica delicia.
Caminando con el río a
nuestra izquierda, no tardamos en llegar a una especie de estanque con cisnes
negros que forma parte de las instalaciones del lujoso restaurante y
alojamiento rural llamado Bio-Durcal, que quedará a nuestra derecha, parcialmente cubierta de enormes yedras, cual casa encantada, perfectamente integrada en el ambiente. Ingeniesos tiestos de macetero reciclado con viejos troncos de palmeras, algún que otro pavo real, cuidados rosales, una pequeña pero coqueta piscina nos sorprenderán en medio de este vergel paradisiaco en el que ahora nos encontramos.
Llevando en todo momento como referencia el sendero que discurre junto al río no tardamos en encontrarnos con un angosto puentecillo por el que caminaremos durante un corto trecho por una zona de huertas de laa orilla contraria.
En
ambas márgenes del río abundan las huertas con bancales cultivados de manzanos,
membrillos, granados, almendros,
ciruelos y olivos. A partir de aquí nos encontraremos con una sucesión de
artesanales puentecillos de madera o finas capas de hormigón, que nos llevan alternativamente por una
orilla o por otra.
No tardamos en enlazar con una pista terriza, que discurre paralela al río por su orilla derecha, según el sentido de nuestra marcha, pero antes de finalizar la misma, para evitar la monotonía de la polvorienta pista, decidimos continuar a través del modesto cauce de muy poquita profundidad, llegando hasta una poza donde se estaba bañando un numerosos grupo de excursionista con gran algarabío. Como continuar río arriba, se hace muy complicado por el salto de varios metros que nos encontramos allí, remontamos el margen derecho (siempre en el sentido de nuestra marcha), en empinadísima subida hasta alcanzar la acequia de Margena, que tomamos a la izquierda, para continuar, siempre aguas arriba.
Rápidamente llegamos a la zona de la acequia donde podemos escoger entre un paso angosto vacío de agua, pero no apto para gente muy gorda o bien por la acequia propiamente dicha, parcialmente cubierta de agua, por la que podemos pasar agachados sin problemas (para quien no tenga claustrofobia), se trata de un tunelillo de unos 25 m de largo, por donde hay que pasar agachado, al hacer una "L" en el centro del mismo, no se ve absolutamente nada en su tramo central, por lo que la mitad del recorrido se hace absolutamente a oscuras con el correspondiente cachondeo y las risas de miedo contenido de mas de uno/a. Sin lugar a dudas, el momento mas divertido del itinerario.
Avanzando en todo momento por la acequia, con las debidas precauciones, no tardamos en pasar por la caseta
de bombeo, hace ya unos minutos que hemos paasado la línea invisiblee qque delimita el perímetro del Parque Natural de Sierra
Nevada.Hasta que llegamos a la toma de agua de la acequia, junto a una pequeña presa en el río, por la que a mediados de septiembre de 2012, caía una cortina de agua, pero que en esta jornada de domingo 28 de agosto de 2016, tan sólo caía una tímida chorrera. El caso es que a la altura de este lugar, al otro lado de la acequiaa ladera arriba, existe un paso escalonado entre grandes roquedos, fácilmente superables con la ayuda de las manos, que en empinada ascensión ladera arriba, nos lleva por un angosto y zigzagueante sendero de cabras que en a penas 7 minutos, nos sitúa en una acequia superior, conocida localmente como "Canal de Fuga" de la
cual caen preciosas cascadas entre finales de otoño y finales de
primavera. Las vistas desde este canal hacia el interior del Cañón conocido
como cerrada del río Dúrcal son impresionantes.
Y aunque no forma parte de la ruta como tal, tan sólo es un pequeño ramal de apenas 100 m lineales y casi 50 m de desnivel, queda plenamente justificado por las inolvidables vistas que tenemos sobre lo que es la entrada o salida del cañón, localmente conocido como cerrada del río Dúrcal, por el que nos vamos a adentrar a continuación.
Una
vez de regreso a la toma de la acequia de abajo, nos adentramos en la cerrada del río Dúrcal, que localmente también se conoce como barranco de los Molinos, que discurre bajo grandes tajos de paredes
verticales que protegen un ecosistema de ribera y genera un canal verde
de enlace desde las sierras a los valles y cerros abiertos de las tierras
de Lecrín, donde se convierte en el río Ízbor. Al inicio de la cerrada del río Dúrcal, nos recordará a los cahorros del río
Chíllar en Nerja, por las angosturas de sus encajonamientos, que se abren y se
cierran de forma intermitente pero con paredes de una altura espectacular a
ambos lados.
Nuestro amigo Jorge "El Titán del Guadalevín"aprovecha para hacer meditación tibetana durante una pausa del recorrido.
Fran de la Jungla y Alicia "en el país de las maravillas" disfrutan de cada pequeña poza, de cada pequeño rápido, muchas fueron las fotos de este tipoa lo largo del recorrido y una muy parecida a esta, pero de primer plano, fué la foto de portada durante la semana siguiente en el grupo facebook de COMANDO PRESTON.
En los tramos rectos el río discurre de forma dócil siempre con sus aguas cristalinas, pero poco profundas que nos permiten caminar sin dificultad. Antes de llegar a cada recodo del río, suele haber una poza que al menos a finales de verano apenas cubre mas allá de la cintura o incluso por debajo. De vez en cuando algún bloque de roca o tronco atravesado se interpone en nuestro camino, debiendo utilizar las manos para progresar en algunos puntos. pero nada excesivamente complicado que no podamos superar por nuestros propios medios o con la ayuda de alguna mano amiga.
Al encontrarse libre de zarzas, tan sólo alguna que otra y dóciles cañaverales de vez en cuando, se progresa de forma muy cómoda, y poco a poco seguimos avanzando entre altas paredes rematadas por magníficos pináculos, hasta que antes de llegar al km 1,5 río arriba, llegamos al denominado salto grande, donde nos encontramos con una estruendosa cascada de mas de 6 m de altura imposible de superar para la mayoría de mortales, si bien, en su lado derecho nos encontramos con una maroma por la que los expertos en escalada con cuerda, pueden seguir río arriba. No obstante, estee es el punto de inflexión para el 99% de mortales. Aquel domingo 28 de agosto, noss encontramos un gran número de excursionistas en todo el tramo de la cerrada del Dúrcal y al llegar a la cascada, casi tuvimos que sacar número para hacernos la foto de rigor.
Nuestro amigo Jorge "El Titán del Guadalevín"aprovecha para hacer meditación tibetana durante una pausa del recorrido.
Fran de la Jungla y Alicia "en el país de las maravillas" disfrutan de cada pequeña poza, de cada pequeño rápido, muchas fueron las fotos de este tipoa lo largo del recorrido y una muy parecida a esta, pero de primer plano, fué la foto de portada durante la semana siguiente en el grupo facebook de COMANDO PRESTON.
En los tramos rectos el río discurre de forma dócil siempre con sus aguas cristalinas, pero poco profundas que nos permiten caminar sin dificultad. Antes de llegar a cada recodo del río, suele haber una poza que al menos a finales de verano apenas cubre mas allá de la cintura o incluso por debajo. De vez en cuando algún bloque de roca o tronco atravesado se interpone en nuestro camino, debiendo utilizar las manos para progresar en algunos puntos. pero nada excesivamente complicado que no podamos superar por nuestros propios medios o con la ayuda de alguna mano amiga.
Sobre estas línea podemos observar una zona de umbría con una gran higuera que preside este rincón, donde también nos encontramos con un pequeño dique artificial para que la poza que allí se encuentra aglutine mas agua, a modo de jacuzzi. bajo estas líneas un miembro del foro de COMANDO PRESTON: Antonio Padilla, que nos acompañaba aquella jornada aparece saltando sobre la mencionada poza, muy cercana ya a la gran cascada.
Bajo estas líneas aparecemos mi gran amigo, hermano del alma y compañero de aventuras: Jorge "El Titán del Guadalevín" (de negro) y un servidor: Juan Ignacio Amador, de blanco.Al encontrarse libre de zarzas, tan sólo alguna que otra y dóciles cañaverales de vez en cuando, se progresa de forma muy cómoda, y poco a poco seguimos avanzando entre altas paredes rematadas por magníficos pináculos, hasta que antes de llegar al km 1,5 río arriba, llegamos al denominado salto grande, donde nos encontramos con una estruendosa cascada de mas de 6 m de altura imposible de superar para la mayoría de mortales, si bien, en su lado derecho nos encontramos con una maroma por la que los expertos en escalada con cuerda, pueden seguir río arriba. No obstante, estee es el punto de inflexión para el 99% de mortales. Aquel domingo 28 de agosto, noss encontramos un gran número de excursionistas en todo el tramo de la cerrada del Dúrcal y al llegar a la cascada, casi tuvimos que sacar número para hacernos la foto de rigor.
LLegando al lugar donde almorzamos.
Sobre estas líneas una de las zonas de cahorros donde estuvimos almorzando, unos 50 m aguas abajo de la gran cascada.
Una vez finalizada la sesión de baños y fotos bajo la cascada, almorzamos unos 50 m río abajo, en un recodo algo mas tranquilo, regresando sobre nuestros pasos
hasta el final de la acequia, volviendo a pasar por el divertido tunelillo de agua, paralelo al paso angosto, tras el cual pasamos junto a un pequeño bosquete de cipreses de gran tamaño que ya nos anuncian la próximidad al barranco de la Rambla Seca.
Al otro lado de la acequia podemos observar unos magníficos pináculos que le aportan gran espectacularidad a este paisaje de contrastes (bajo estas líneas).
Al llegar a una cerrada curva que traza la acequia hacia nuestra izquierda comenzamos a ver el denominado barranco de la Rambla Seca, hasta donde nos acompañan espectaculares pináculos.
Una vez en el barranco de la Rambla, tenemos dos opciones:
1º) bajar a la pista terriza que discurre paralela al río, tal y como hicimos en septiembre 2012 o bien, 2º) tomar el sendero escalonado que en corta pero pronunciada subida nos sitúa en un sendero terrizo, que mas adelanta se transforma en pista y que discurre en todo momento paralelo a la misma acequia que traíamos desde el principio, paralela a la pista de abajo, pero unos 30 m por encima de la misma, llevando ahora vistas aéreas de todo el frondoso valle del Dúrcal a nuestra derecha y el puente de lata, todavía en la lejanía, mientras que poco a poco nos vamos separando perpendicularmente del río, que cada vez va quedando mas alejado a nuestra derecha, hasta que pasamos junto al cortijo del Corral de Don Félix, relativamente cercano al l I.E.S y ya sin margen de error, por pista asfaltada entre huertos de olivos, almendros y otros frutales aa ambos lados desembocando en el tunelillo que pasa bajo la carretera Bailén-Motril, dejándonos justo en la explanada asfaltada donde se encontraba el antiguo reataurante Los Mondarinos. Era domingo por la tarde, semana de Feria de Dúrcal y todo estaba cerrado, así que buscando un bar abierto nos plantamos en Vélez de Benaudalla, donde Fali y Amaya compraron un décimo de la Lotería de Navidad 13734.
Al otro lado de la acequia podemos observar unos magníficos pináculos que le aportan gran espectacularidad a este paisaje de contrastes (bajo estas líneas).
Al llegar a una cerrada curva que traza la acequia hacia nuestra izquierda comenzamos a ver el denominado barranco de la Rambla Seca, hasta donde nos acompañan espectaculares pináculos.
Una vez en el barranco de la Rambla, tenemos dos opciones:
1º) bajar a la pista terriza que discurre paralela al río, tal y como hicimos en septiembre 2012 o bien, 2º) tomar el sendero escalonado que en corta pero pronunciada subida nos sitúa en un sendero terrizo, que mas adelanta se transforma en pista y que discurre en todo momento paralelo a la misma acequia que traíamos desde el principio, paralela a la pista de abajo, pero unos 30 m por encima de la misma, llevando ahora vistas aéreas de todo el frondoso valle del Dúrcal a nuestra derecha y el puente de lata, todavía en la lejanía, mientras que poco a poco nos vamos separando perpendicularmente del río, que cada vez va quedando mas alejado a nuestra derecha, hasta que pasamos junto al cortijo del Corral de Don Félix, relativamente cercano al l I.E.S y ya sin margen de error, por pista asfaltada entre huertos de olivos, almendros y otros frutales aa ambos lados desembocando en el tunelillo que pasa bajo la carretera Bailén-Motril, dejándonos justo en la explanada asfaltada donde se encontraba el antiguo reataurante Los Mondarinos. Era domingo por la tarde, semana de Feria de Dúrcal y todo estaba cerrado, así que buscando un bar abierto nos plantamos en Vélez de Benaudalla, donde Fali y Amaya compraron un décimo de la Lotería de Navidad 13734.
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