Acabo de terminar la
novela histórica LAS VIÑAS (Manuel Fernández Mota, Editorial Circulo
Rojo-Novela), padre de nuestro amigo Rubén "Kminante del Sur". Nació en
Sayalonga, en plena Axarquía malagueña,
el 9 de agosto de 1924. Lugar en el que se sitúa esta novela histórica en la
que nos narra en primera persona como se vivió en su familia, en Sayalonga, en
Cómpeta y probablemente en gran parte de Andalucía y España, los años de
confusión de la II República, previa a la Guerra Civil, la tormenta de la
Guerra Civil, al principio con las barbaridades de quienes en nombre de la
República se toman la justicia por su mano, después las represalias de las
tropas franquistas y las persecuciones de los maquis por Sierra Almijara,
mencionando lugares por lo que todos los senderistas que la frecuentamos, hemos
pasado.
La novela
es una mezcla de recuerdos de su infancia con personajes reales y otros de
ficción. Al igual que el niño protagonista del libro "Enrique", Don
Manuel Fernández Mota fue el menor de una familia campesina de nueve hermanos, (aunque
en el libro son cinco) y como todos los habitantes de su pueblo, tuvo que
dedicarse al campo. Al igual que el protagonista del libro (que bien podemos
interpretar como al mismo autor), vio interrumpida su asistencia a la escuela
por culpa de la Guerra Civil, colaborando durante muchos años con su familia
como pastor en los montes de la Axarquía, gran parte de aquellas horas en el
campo las aprovechaba para leer la literatura y la poesía, por la que siempre
sintió un gran amor desde niño. Familiarizándose de ese modo con la lectura de
los clásicos. Así se compenetró con poetas del Siglo de Oro y con otros más
modernos, convirtiendo los montes de la Axarquía en su propia Universidad. A la
edad de 35 años empezó el bachillerato, haciendo después la carrera de
magisterio, profesión que ejerció en Algeciras hasta su jubilación. Tuvo siete
hijos y trece nietos, algunos de los cuales siguen sus pasos literarios y
artísticos. Falleció a los 91 años, el 12 de octubre de 2015 en Algeciras,
ciudad que le nombró Hijo Adoptivo y recibió su Medalla de la Palma. Sus
cenizas descansan junto a su esposa Isabel Sánchez Melgar, en el célebre
cementerio redondo de su Sayalonga natal, pueblo que le distinguió como Hijo
Predilecto. Fue premiado por los Ateneos de Algeciras y Málaga, recibiendo
otras distinciones y homenajes. Así mismo destacó en otras facetas artísticas,
como la pintura, la fotografía y la infografía.
Como
asiduo lector de novela histórica me ha sorprendido por su enorme capacidad
para situarte en el contexto histórico y conseguir que te pongas en el lugar de
las familias que padecieron tan enormes dramas, tanto desde el punto de vista
republicano, como de las tropas franquistas. La terrible incertidumbre de tener
un hijo/hermano en el frente sin saber nada de él durante muchos meses, con
noticias de muertes y fusilamientos cada dos por tres.
En muchos
párrafos se nota su sensibilidad poética a la hora de describirnos paisajes,
situaciones, emociones...
Como
enamorado de la provincia de Málaga y de Andalucía en general, esta novela me
resulta una descripción magistral de esa Andalucía rural que aunque tenga lugar
en la época de la Guerra Civil, muchas de las costumbres que se describen en
esta novela se han venido llevando a cabo en los pueblos de la Axarquía hasta
fechas relativamente recientes. Nos hace un retrato magnífico de la familia, los
miembros a nivel individual, colectivo, los personajes del pueblo...!.
La sencilla y bucólica
vida en la Andalucía rural, antes de que comenzara la Guerra Civil, con las
típicas discusiones de taberna (tan españolas), entre los que estaban a favor
de la República y quienes defendían a los conservadores, a la desahuciada
Monarquía, a la Iglesia, en definitiva a la España más tradicional. En medio de
un ambiente de gran confusión donde la gente se dejaba llevar más por los
ideales románticos de unos y el fanatismo de otros.
Una vez que estalla la
Guerra Civil y un grupo de jóvenes exaltados que se identifican con el bando
Republicano toman las armas, van contra el cura del pueblo y quienes eran
señalados como los mas "pro falangistas". Como ocurrió en tantos
pueblo y ciudades de España, por donde primero se empieza es por la Iglesia,
donde algunas de las propias madres de estos jóvenes (y otros no tan jóvenes),
intentan frenarlos ante su intención de destruir todas las imágenes. Pues para
la mayoría de la gente del pueblo, independientemente de bando fueran, aquellas
imágenes eran sagradas.
También se refleja
magistralmente la discrepancia de ideales dentro de las familias numerosas tan
típicas de la época, donde al comienzo de la Guerra, si dos hermanos (o más) de
una misma familia estaban en edad de combatir, se despedían con un abrazo y
cada uno tiraba hacia la zona del bando con el que se identificaba, con la
intención de alistarse sobre la marcha. Para angustia y tremendo drama de esos
padres que sufrieron tantísimo durante aquella pesadilla y en muchos casos
durante el resto de sus vidas. Tan duro fue todo aquello, que ningún Gobierno de
España desde entonces hasta hoy ha conseguido que rememos en la misma
dirección, en busca de un bien común, entre los buitres nacionalistas y
aquellas dos Españas, tantas veces disfrazada detrás de las siglas de un
partido.
Pág. 184 (primer
párrafo): Si cuento todos estos detalles, es para que se vean los efectos del
terrible huracán que se había desatado. Cosas que siempre parecieron sagradas,
conceptos inconmovibles eran ahora objeto de burla y destrucción. La locura y
el odio no se paraba ahora en nada humano, ni divino. Se allanaban las
propiedades, una vida valía menos que un paquetillo de tabaco, y las antiguas
costumbres que parecían firmes como una roca quedaban cuarteadas y reducidas al
polvo de la tragedia. Fusilamientos de obreros, violaciones de mujeres,
vergüenza de chilabas que cruzaban el Estrecho. Por todas partes tortura, odio,
muerte y dolor.
Pág. 232, nuestro
protagonista es herido y su padre lo lleva desesperado hacia Torre del Mar para
que lo vea un médico. (Referencia a "La Desbanda"): Cuando llegamos a
la carretera general Málaga-Almería, nos vimos en grandes dificultades para
entrar en Torre del Mar. Una riada inmensa de coches, carros, bestias y
personas huían hacia la parte de Almería. Algunos hombres nos detuvieron aconsejando
a mi padre que nos volviéramos...viejos suplicantes que les pedían a sus hijos
que los dejaran morir en la cuneta, madres alocadas por haber perdido a su
hijo, heridos lívidos, casi desangrados, con solo un chispazo de vida en sus
ojos, prestos a apagarse ya; hombres, mujeres y niños tirados junto a la
carretera, llorando amargamente con los pies hinchados, impotentes para seguir
su calvario...
Esto es sólo un
fragmento de dos párrafos que me parecen verdaderamente sobrecogedores como
testimonio en primera persona de aquellos hechos tremendos, que 80 años después
siguen teniendo dañada el alma de nuestra Sociedad. Sin embargo, el libro
también está lleno de momentos emotivos, entrañables y de grandes valores y
grandeza humana, a pesar de desarrollarse en un escenario de pesadilla.
Para más
información sobre el autor, pinchar en el siguiente enlace:
https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Fern%C3%A1ndez_Mota
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