Ruta: Badlands de Purullena, Besa de Guadix y Cárcavas de Marchal
Distancia aprox. 19 km
Desnivel: 480m
Duración aprox. Unas 7-8 horas
(incluyendo paradas)
Tipo de suelo: Ramblas arenosas,
lomas y pistas terrizas, a veces parcialmente asfaltadas, tramos por terreno
urbano por los tres pueblos que pasamos: Prullena, Beas de Guadix y Marchal.
Tipo de ruta circular, en el sentido de las
agujas del reloj.
Punto de partida y final: Cueva Museo de la
Inmaculada de Purullena (930-965 msnm)
Punto más alto: Inicio del descenso
hacia Beas de Guadix: 1.062 msnm
Punto más bajo: Puente sobre el río
Alhama, frente a Marchal: (883 msnm)
Viaje desde Fuengirola (Málaga-Las
Pedrizas-A92-Loja- dejamos Granada a nuestra derecha, hasta que unos 25 km más
allá del Puerto de la Mora, llegamos al desvío de Purullena, poco antes de
llegar a Guadix).
Saliendo
de Fuengirola con mi viejo amigo y Maestro Pepe Guerrero el "Maestro
Geobotánico" a las 6.30 de la mañana, llegamos a Purullena a eso de las
8.20 am donde estuvimos desayunando en un bar de la travesía principal del
pueblo, en la margen izquierda (tal y como llegamos desde la autovía), juraría
que era el "Bar-Pizzeria Cuatro Hermanas", pero no estoy seguro. El
caso es que nos atendieron muy bien y las tostadas gigantes de pan con aceite y
tomate estaban deliciosas.
Visita a la Cueva Museo de la Inmaculada (Tres Casas Cuevas y Museo etnográfico en Purullena, magnífica introducción del entorno y perfecto punto de partida y final de la ruta):
Al
salir de allí, continuamos con el coche, unos 400 m mas allá, siempre por la
travesía principal de Purullena que se llama Av. de Andalucía y a mediación del
pueblo, pasa a llamarse Ctra. de Granada, aunque para nosotros, sigue siendo la
misma calle, en el margen derecho de la misma, se encuentra la "Cueva
Museo de la Inmaculada", que en realidad son tres casas cuevas, excavadas
en un cerro de arcilla, donde por el módico precio de 3€ nos recibe Paco, un
chaval joven que también gusta de salir a correr por donde discurre el primer
tramo de nuestra ruta y que nos atendió con gran generosidad contándonos muchas
curiosidades de la misma, como por ejemplo, que aunque para mucha gente sería
impensable dormir en habitaciones sin ventana, como es el caso de estas casas,
a la hora de dormir la oscuridad y el silencio total como si estuvieses en una
cueva, hace que se duerma con una profundidad y de confort absoluto, impensable
en la mayoría de los entornos urbanos. Al tener una temperatura constante de
unos 18-20ºC, en Invierno se tiene la sensación de calidez muy agradable, así
como de frescor en verano. Sólo se tiene sensación de frío en las jornadas
primaverales y de comienzos de Otoño, cuando las temperaturas oscilan entre los
24-28ºC, que son los días en que sí existe una sensación de algo de frío en su
interior.
La visita a la Cueva Museo La Inmaculada es
visita obligada en Purullena, por resultar muy didáctica y de gran interés
cultural que nos ayudará a entender muy bien, lo que en anteriores ocasiones
nos habíamos imaginado, como serían estas casas por dentro, cuando al pasar en
coche por la Comarca de Guadix y otras
zonas, las habíamos visto, pero, siempre desde la distancia. A lo largo de la
visita recorremos tres cuevas, que se encuentran dentro del denominado Cerro de
la Virgen, coronado por una imagen de la Inmaculada.
La primera casa cueva está amueblada por
dentro, como podría ser cualquiera de las casas-cueva, que aún habitan más de
1.000 vecinos de Purullena en la actualidad, con su WIFi y todo. Aquí se nos recuerda
como el material arcilloso del que están compuestas permite un alto grado de
impermeabilización, lo que ayuda, a su vez, a mantener una temperatura constante
en su interior. El habitáculo se comunica con el exterior por una sola puerta y
a veces por un ventanuco para mantener las óptimas condiciones ambientales.
La segunda cueva está decorada igual que una
cueva habitada a finales del S-XIX y principios del S-XX, época histórica en la
que hubo mayor número de habitantes en cuevas, antes del boom de la Inmigración
de la década de 1960, con una cantidad de objetos antiguos propios de la época
de nuestros abuelos, como camas antiguas con sus correspondientes palanganas,
escupideras, fotos de la misma familia propietaria de la casa, con fotografías
antiguas y otras relativamente recientes de cuando excavaron la escalera que
comunica la primera con la segunda casa cueva, que mas bien forman una especie
de duplex, de planta baja y primera planta.
Y para acceder a la tercera casa cueva, que
es la que se encuentra más arriba (2ª planta), pues la primera está a ras de
suelo, salimos al exterior, para acceder a su sistema de rampas o escaleras en
zig-zags, desde donde obtenemos buenas vistas del pueblo. El interior de la
tarcera casa es un improvisado museo etnográfico, donde nos encontramos con
objetos antiguos de todo tipo como en estos mercadillos de antigüedades de
cosas viejas donde se mezclan desde periódicos antiguos, hasta el mecanismo del
antiguo reloj del campanario de la Iglesia de Purullena, objetos de labranza,
motocicletas, o por ejemplo: fotografías antiguas de vecinos del pueblo y en
muchos casos de abuelos, y bisabuelos de la familia propietaria, que para mí
resultaron de gran interés. A la salida de esta última casa cueva, volvemos a
disfrutar de su terraza-entrada, que hace las veces de mirador, desde donde se divisa una bella
panorámica de la localidad de Purullena con muchos de los pequeños cerros que
albergan algunas de sus casas cuevas, que se divisan por encima del casco
urbano del pueblo.
Desde
la década de 1960 a la localidad granadina de
Purullena se le conoce con el sobrenombre de Ciudad Troglodita, ya que
era un lugar, en la que el único elemento arquitectónico conocido era la
Iglesia, y toda la población vivía en cuevas. Purullena presume de albergar la
mayor concentración de viviendas habitadas de este tipo en la Comarca de Guadix,
un 40% de sus 2.356 habitantes siguen haciendo uso de ellas en la actualidad,
si bien en la mayoría de los casos muy bien equipadas por dentro y en algunos
casos excepcionales, formando parte adjunta o complementaria de una casa tipo
chalet..
Resumen del itinerario:
Partimos
de la Ciudad Troglodita de Purullena, continuando por el Barranco de las Cuevas
de Monzoque, la Rambla de María, Parte alta de las badlands de las Cuevas de
Morillo, Mirador de las Badlands de Purullena, Mirador de las Cárcavas de
Marchal, Mirador del Fin del Mundo, Beas de Guadix, Cuevas de Algarbes y
Camariles, Cuevas de la Sacristía, Cuevas de Lares, Marchal: El Diente de la Vieja en el barrio de Las Eras y los barrios de casas cueva de Carabanchel y el Perchel, que forman parte del Monumento Natural
Cárcavas del Marchal, abandonamos Marchal visitando los Miradores del Cementerio y de San Marcos desde donde regresamos a Purullena, por el camino paralelo a la Acequia del Lugar.
TRAMO 1, De Purullena a los Miradores de los Badlands y las Cárcavas de Marchal:
TRAMO 1, De Purullena a los Miradores de los Badlands y las Cárcavas de Marchal:
Tal y
como nos situamos frente a la Cueva Museo de la Inmaculada,
comenzamos a caminar por la calle Pablo Neruda, dejando la Cueva Museo a
nuestra derecha, en un par de minutos, la calle en subida, finaliza en un cruce
en forme de "T", tomando a nuestra derecha, por calle Inmaculada y en
el primer cruce que nos encontramos, coincidiendo ya con las últimas casas del
pueblo, tomamos el ramnal de la izquierda, por el que, en poco más de 5 minutos
desde el Museo de las casas cueva de la Inmaculada, ya accedemos al Barranco
de las Cuevas de Monzoque, que en realidad es un modesto cañón por
donde vamos descendiendo en dirección E, cuyo nombre hace referencia a las
cuevas que nos encontramos en el margen izquierdo, según vamos avanzando por el
mismo, entre sus paredes de arcilla que oscilan entre los 12 y 20 m de altura,
que hace que vayamos en sombra al inicio de la mañana. Sus paredes nos muestran
de forma muy gráfica cómo se han ido intercalando los depósitos de limos y
arcillas con pequeños fragmentos de rocas metamórficas reducidas a pequeños
guijarros arrastrados por la misma rambla por la que vamos y que a lo largo de
Millones de años han ido erosionando estas cárcavas o cañones, de los que muy
pronto tendremos unas panorámicas privilegiadas.
conforme vamos ascendiendo, la lomilla se va estrechando hasta convertirse en
angosta lengua de tierra, con cárcavas a los dos lados que nos sitúan en una
perfecta meseta. Si lo que llevamos visto hasta este punto no dejaba de ser un
paseito por un monótono paisaje de pinar, amén del modesto barranquillo de las
Cuevas de Monzoque, el paisaje de los Badlands de Purullena, que a partir de
aquí comenzamos a dominar es sencillamente ESPECTACULAR.
Aunque
a partir de aquí podemos continuar la ruta por una pista terriza que discurre
relativamente cerca del borde de la meseta, lo suyo es ir caminando
literalmente por el borde de la misma, con las debidas precauciones, para
disfrutar del extraordinario paisaje de los Badlands de Purullena. A partir de
aquí y durante los dos próximos kilómetros la ruta es un auténtico espectáculo,
por discurrir al borde de una sucesión de miradores naturales extraordinarios,
eso sí, al coincidir con el primer cuarto del recorrido, el resto del
itinerario, ya nos parece poca cosa, en comparación.
Desde el borde de esta perfecta meseta contemplamos a nuestros pies un extraordinario conjunto de profundas cárcavas y barranqueras flanqueadas por picos erosionados de gigantescas formaciones de rocas blandas que dejan ver las huellas del tiempo, desde el Mioceno, hasta la actualidad.
Desde el inicio de la era Mesozóica, hace más de 250 millones de años, el
sureste peninsular actual era parte del Mar de Thetys. Muchísimo después, hace
alrededor de 23 Millones de años, los movimientos de las placas continentales
provocan que el mar desaparezca y en su lugar se generen grandes lagos. Es el
caso de la depresión de Guadix y zonas como las tierras de Orce, Baza, Galera y
los territorios situados hacia el Este. Es cuando se inicia la afloración de
rocas y sustratos que emergen de los grandes lagos para formar el relieve que
ahora conocemos. Es desde hace 5 millones de años, durante el Plioceno, cuando
los ‘bad-lands’ de la península Ibérica se pueden considerar ya como
parte del paisaje que conocieron los primeros pobladores europeos tras su
llegada y asentamiento en el noreste granadino. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que durante el Cuaternario la Hoya de Baza fue el spa de Andalucía.
El desplazamiento del agua de los lagos, al levantarse las montañas de Sierra Nevada, así como las Sierras de Baza y Los Filabres, aceleraron la desecación de los lagos y la aparición de ríos y cuencas, que han sido las que, a lo largo de milenios, han erosionado la base de "las malas tierras", que en sus zonas altas son modeladas principalmente: por el viento, la lluvia y algunas nevadas que alcanzan estas latitudes que oscilan entre los 1.000 y los 1.200 msnm, sobre todo en las zonas desprotegidas de vegetación.
Desde el borde de la meseta por dónde iremos caminando, sin dejar de
maravillarnos por este paisaje de película, podemos comprobar a primera vista, como
el agua ha limado las paredes verticales, los tajos en los que las rocas más
duras se han quedado marcadas como líneas transversales y los cambios de
coloración, además de mostrar diversas composiciones minerales, son también un
perfecto mapa estratigráfico de los milenios, desde el Mioceno (23 millones de
años) hasta la actualidad.
Este paisaje se erosiona a razón de unas 25 toneladas por kilómetro
cuadrado cada año, lo que los expertos consideran un deterioro acelerado, por
lo que en términos de Edad Geológica es un paisaje muy cambiante, que cada
pocos miles de años va adoptando nuevas formas caprichosas, al tiempo que sus
cárcavas tenderán a hacerse cada vez mas profundas.
Fase 1:
El agua se infiltra en el terreno a través de los orificios superficiales.
Fase 2:
Sucesivas percolaciones de agua, permiten la evacuación de mucho volumen de
material, y el aumento de tamaño y la continuidad de los tubos, conectando los
colectores con los desagües.
Fase 3:
Los conductos son cada vez mas grandes hasta hacerse más grande, favoreciendo
los desplomes. La ladera continúa retrocediendo y la ladera ensanchándose.
de
zonas desérticas, como ocurre con los abejarucos, que cada año construyen sus
nidos en los cortados de las cárcavas de Marchal y Purullena, así como legiones
de aviones roqueros y golondrinas. Las grajillas, parientes de las carracas,
también utilizan las cornisas y pliegues de la tierra roja para protegerse. Y tampoco
faltan las cabras montesas, más frecuentes en la vecinas Sierra Nevada, Sierra
de Huétor o Sierra de Baza y los Filabres..
Los
geólogos no lo consideran un desierto, sino una zona semiárida, lo que
significa que también hay una muy particular riqueza vegetal, con especies que
han logrado adaptarse a situaciones de sequía, calor y frío, como Pequeñas
coronillas, manzanillas, romeros y sobre todo mucho tomillo. Como recuerdo de
que estas zonas fueron un mar, queda una gran concentración salina, por lo que
crecen especies que necesitan de sal, como Salsola oppositifolia.
TRAMO 2, De la Meseta del Manco a Beas de
Guadix:
Continuamos
caminando un buen trecho por el borde de la Meseta del Manco,
con la
profunda caída hacia el Valle del Río Alhama a nuestra derecha, con Sierra
Nevada al fondo, concretamente la zona del Picón del Jérez, que por desgracia
no tenía mucha nieve aquel día. Pasamos bajo una gran red de tendido eléctrico,
por la que volveremos a pasar un kilómetro después de haber dejado Marcha, a
nuestra espalda, ya en el último tramo de ruta.
Una vez
que apuramos las tapas y cervezas en el bar Los Caños, atravesamos el pequeño
casco urbano de Beas de Guadix, ante las curiosas miradas de sus vecinos de sur
a norte, pasando junto a su Iglesia de la Señora de la Anunciación, que
prolongando su trayectoria, dirección norte, deja de convertirse en calle o pequeña
carretera asfaltada para convertirse en pista terriza, que discurre por el
borde de un pinar, de pino morisco que llevamos a nuestra izquierda, por uno de
cuyos troncos vimos trepar a una ardilla de gran tamaño y a nuestra derecha, un
bancal, por debajo de nosotros un cuidado campo de olivos, y al fondo hacia el
Este, toda la parte alta de la Meseta del manco por la cual discurría la
primera mitad del recorrido con algunos hitos fáciles de distinguir como la
caseta de vigilancia o la antena rojiblanca.
Justo
antes de que la pista trace una curva en descenso, hacia la izquierda, en la
base de unos terruños de arcilla, que se encuentran en la parte baja del campo
de cultivos, que tenemos a la derecha, podemos identificar a tiro de piedra del
sendero, Las Cuevas de la Sacristía, en estado de abandono, una de ellas
todavía alberga un par de sofás viejos, aunque con un suelo perfectamente liso
y fáciles de rehabilitar si alguien se lo propusiera. Estas cuevas conforman un
conjunto de espacios excavados en un pequeño cerro amesetado, la mayoría han
sido reutilizados como almacén para los aperos de los agricultores que trabajan
las tierras contiguas al pequeño eremitorio. Su localización a una cierta
distancia de las vías de comunicación y con una fuente inagotable de agua en
otros tiempos a escasa distancia, ofrecía una sensación de aislamiento muy
apreciada por los monjes que se retiraban para su labor en tiempos pretéritos.
El
conjunto consta de una decena de cuevas con formas y características muy
diferentes, que varían de pequeñas celdas individuales a plantas de importantes
dimensiones en forma de cruz griega, o incluso espacios de doble altura
conectados por una escalera tallada en la roca, la mayoría tienen techos que
forman una especie de arco carpanel, modelo muy imitado en la mayoría de casas
cueva de la zona. Su uso continuado y el deterioro natural del terreno han
transformado las construcciones originales en cierto grado. No todas presentan
pruebas de su función religiosa, pero al menos en las cuevas que se agrupan en
torno a la vertiente norte del cerro, sí se han hallado signos que se pueden
relacionar con algún tipo de ocupación monástica. La multitud de cruciformes
tallados en la roca, con paralelos en la mayoría de las construcciones del
norte de la Península, los escudos esquemáticos de probable adscripción
medieval, las reducidas dimensiones de las celdas que reproducen a la
perfección las halladas en otros centros rupestres, o la temprana
cristianización, que desde al menos el siglo IV se ha desarrollado en estas
tierras, ayudan a adscribir este complejo al repertorio de manifestaciones
rupestres cristianas en la Península Ibérica
Pasando más tarde por
delante de la casa donde ellos viven y aprovechamos para saludar a sus padres,
llegamos a la última casa cueva de la fila de la izquierda, donde antiguamente
se encontraba la Capilla rupestre de Santa Catalina. Tras disfrutar de la
entrañable compañía de "Rinconete y Cortadillo" y la cantidad de
anécdotas que nos contaron con su fantasía infantil, pero de una forma muy
entrañable y con su genuino acento granaino, nos despedimos pagándoles a cada
uno el correspondiente tributo por tan didáctica charla y prometiendo que le
haríamos buena publicidad de sus servicios. Actualmente, se está llevando a
cabo un proyecto de embellecimiento y puesta en valor del barrio y su
patrimonio.
El
siguiente hito en nuestro itinerario es el Mirador del Cementerio, donde su
empedrado nos sirve de magnífico mosaico a modo de muestrario de los minerales y rocas
más características de la zona como el cuarzo, la mica, los micaesquistos, el
granate o incluso algunos fragmentos de granate. Este mirador se encontraba presidido
por dos farolas, una cruz de hierro y una gran bandera de España, que aquel día
flameaba al viento de levante.
Retomado
el camino dirección N, en apenas 5 minutos llegamos al siguiente y último MIrador
de San Marcos, desde donde podemos obtener (tirando de zoom) unas
bonitas fotos de Marchal con Sierra Nevada al fondo, y de Purullena con sus
carcavas, además del Valle del río Alhama, con el telón de fondo de los Tajos
de la Meseta del Manco, que es nuestro telón de fondo dirección Este, en todo
el camino que nos ha traído desde Beas de Guadix hasta aquí.
Crónica,documental histórico y fotos son una auténtica joya y lujo realizado con mucho esmero y detalle por nuestros amigos y compañeros Juani y pepe Guerrero
ResponderEliminarNos regalan una obra muy extensa y a la vez didáctica y cultural que ofrece para los sentidos una labor documental insuperable !!.
Gracias por mi parte y Enhorabuena !!
Crónica,documental histórico y fotos son una auténtica joya y lujo realizado con mucho esmero y detalle por nuestros amigos y compañeros Juani y pepe Guerrero
ResponderEliminarNos regalan una obra muy extensa y a la vez didáctica y cultural que ofrece para los sentidos una labor documental insuperable !!.
Gracias por mi parte y Enhorabuena !!