jueves, junio 04, 2009

SÁBADO 30 DE MAYO: Postero Alto-Picón del Jeres (Sierra Nevada oriental)

"Comenzamos a subir desde el refugio Postero Alto por el barranco del Alhorí con un tiempo magnífico, incluso caluroso, que nos permitió deleitarnos del grandioso espectáculo de cascadas, vertiginosos saltos de agua y túneles de nieve. Pero cuando sobrepasamos el nacimiento del Alhorí comenzaron a aparecer nubes negras por la parte de poniente. Como el viento que soplaba era de levante, pensamos que se irían, pero todo lo contrario, al rato comenzaron unos truenos y unos relámpagos enormes, el viento cambió de dirección y se nos metió la tormenta encima. ¡Qué forma de granizar!. Lo que hicimos fué tranquila pero decididamente tocar retirada, atravesando unos ventisqueros tremendos pero con nieve blanda para llegar hasta el puerto de Trevélez pasando por la Piedra de los Ladrones. Emprendimos el descenso por la Loma de Enmedio camino del refugio, y a primera hora de la tarde estábamos dentro, empapados y arrimados a las estufas de leña. Durante todo el camino de regreso no paró de caer truenos, relámpagos y granizo (con bolas de distinto tamaño), y cuando fuimos perdiendo altura el granizo se transformó en agua.

Después de comer algo, cambiarnos de ropa y secarnos en el refugio, emprendimos la vuelta a nuestros lugares de origen. Al abandonar las tierras del Marquesado de Zenete se veían todas las cimas de los tresmiles orientales completamente cubiertas de blanco por la nieve recién caída.

La verdad es que aunque no pudimos hacer cumbres (algunos sí que llegaron a la cima de Picón, y el resto nos quedamos a unos metros), el espectáculo de la tormenta en alta montaña fué tremendo. Jamás habíamos vivido algo igual. Nadie pasó miedo aunque sí bastante frío porque todos terminamos empapados y la temperatura bajó de golpe varios grados. La alta montaña nos enseñó su mejor (la plácida subida por el barranco del Alhorí con un sol espléndido), y su peor cara (una tormenta que nos echó literalmente de la sierra). Incluso las cabras montesas y las vacas que vimos en la bajada huían despavoridas de aquel infierno de truenos, relámpagos y granizo.

Al menos pudimos disfrutar del río Alhorí en todo el esplendor del deshielo. Y por supuesto que volveremos a intentar la subida."
Por Magdalena Mayor, la Pimentonera de Águila

1 comentario :

  1. Bueno yo me lo pasé en grande y repetiría. Ahora, eso sí, menos mal que los rayos caían en la otra ladera de la Sierra, porque con lo cerquita que estaban...

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