Distancia aprox. 17,5 km
Desnivel acumulado Ascensión 950 m aprox. y Descenso: 850 m aprox
Nivel de dificultad: Media por l desnivel a superar y algún tramo de trepada con cierto vértigo en el acceso a la cumbre del cerro Atalaya.
Tipo de camino: 30% pista terriza, 67% sendero, bien marcado, 2% cortafuego (que parte de la base del cerro Atalaya hasta el arroyo del Melero poco antes de llegar a la Fábrica de Luz) y 1% canchal en la rocosa y picuda cumbre del cerro Atalaya.
Tiempo estimado: Unas seis horas sin contar paradas.
Mapa: 1.040 IV (Canillas de Albaida)
A tener en cuenta: Se trata de una interesantísima ruta circular, englobando dos rutas en una, por un lado la belleza del arroyo del Melero desde la Fábrica de luz hasta Puerto Blanquillo y por otro lado la belleza de dos cumbres consideradas modestas por la proximidad de los grandes colosos Almijaracos, pero que sin embargo nos regalan unas vistas tan espectaculares como distintas son estas dos cumbres, tan cercanas entre sí, que por su forma, color y contenido hacen honor a su nombre: cerro verde y cerro Atalaya. Dos joyas de sierra Almijara que normalmente han pasado desapercibidas para la mayoría de montañeros y senderistas que se limitan a realizar las cumbres mas altas y emblemáticas, dejándose por el camino auténticas joyas como estas.
Fecha de realización y meteorología: sábado 12 de junio de 2010, cielos cubiertos de nubarrones que fueron en aumento conforme avanzaba la tarde pero que proporcionaron una temperatura fresca, que a penas superó los 20ºC, ideal para remontar los 950 m. acumulados de ascensión, lloviznando incluso durante los últimos minutos en la cumbre del cerro Verde.
Participantes: Manuel Manzanares Morilla (coordinador de la ruta), Valentín García Vioque, Eduardo Campos González, Eduardo Campos Montañez, Paco Jaime, Patricia López, Miguel Angel Buitrago, Paco de Motril, Rafa “el Hombre de la Harmónica”, Inés “la Damisela de la torre de Yunquera”, Rosa, Maribel Martín, Antonio J Ruiz y Juan Ignacio Amador, un servidor aprendiendo que suscribe esta crónica y reportaje.
Canillas de Albaida:
La localidad de Canillas de Albaida se encuentra situada al pie de las impresionantes sierras de Tejeda y Almijara, y en el valle formado por los Ríos Cajula y Turvilla. Enclavada en la zona alta de la comarca de La Axarquía oriental, a la que se llega desde la costa tomando la salida de la autovía del Mediterráneo que nos señala Algarrobo desde donde llegaremos por una sinuosa, pero preciosa carretera paisajística pasando por Algarrobo-Sayalonga y Cómpeta hasta llegar a Canillas de Albaida, tomando la primera calle del pueblo que se abre ligeramente de frente y en perpendicular a la derecha, ascendiendo hasta la ermita de Santa Ana. Éste trayecto en coche ya nos brinda de por sí una sucesión de preciosas postales de la Axarquía con los mencionados pueblos y otros colindantes como Archez o Corumbela con sus laderas abancaladas repletas de arboles frutales y olivares que tiñen de verde el paisaje con el telón de fondo de la Maroma y la zona de transición entre las sierras de Tejeda y Almijara en cuyas faldas se asientan.
El origen de Canillas de Albaida es una alquería árabe, del siglo XIII, perteneciente a Vélez-Málaga aunque fue definiéndose como tal a partir del siglo XVII, época en la que se construyeron las ermitas de San Antón y Santa Ana. Época en la que recibe el nombre de la blanca, por la abundancia de flores blancas que, según las crónicas había en su entorno. De hecho la etimología de su nombre indica; Canillas (Cannula) y Albaida (Albus) aunque de raíz latina y no árabe.
En 1487, tras la conquista de Vélez por los Reyes Católicos, Canillas se sumó a los requerimientos de obediencia impuestos por el rey Fernando, hasta que en el siglo XVI se sumó a la rebelión morisca y sufrió la misma suerte que los demás pueblos de su entorno, tras la derrota común en la batalla del Peñón de Frigiliana, también conocido como “El Fuerte”, que las crónicas de la época narran con todo lujo de detalles. En su casco urbano sobresale la Iglesia de Ntra. Sra. de la Expectación y la ermita de Santa Ana de donde parte el camino principal que nos introduce en la sierra.
De su entorno natural cabe destacar el paraje conocido como la Fábrica de la Luz, ideal para la acampada y el senderismo. El paraje de Las Cuestas: calzada serpenteante de origen árabe, así como el Puente Romano. Junto a la Fábrica de la Luz, se encuentra la Cueva de las Piletas, aunque las más grandes y conocidas son la Cueva del Agua y la Cueva del Conejo.
De Canillas de Albaida a La Fábrica de Luz
Nos encontramos en el extremo oriental de la Sierra Tejeda, donde ya entramos en contacto con sierra Almijara ó zona de transición entre ambas sierras. Una vez en Canillas de Albaida, tomamos la pista asfaltada que parte de la Ermita de Santa Ana (639 m), en la parte alta del pueblo, que va faldeando la sierra en suave ascensión. A 1,3 km de la ermita llegamos a un cruce de caminos conocido como "Los alamillos", en el que debemos desviarnos tomando la pista de la izquierda, si continuáramos de frente iríamos hacia Puerto Blanquillo, clásico punto de partida para la ascensión al Lucero ó Raspón de los Moriscos. La Fábrica se encuentra señalizada, sirviendo también de guía las indicaciones que conducen a la cantera, pues se encuentran relativamente próximas.
Desde este cruce el camino comienza a descender hacia el angosto valle del río de la Llanada del Turvilla, el verdor de estas laderas y la abundancia de árboles frutales distribuidos en bancales indica la presencia del agua en esta zona. Por una pista perfectamente asfaltada pasaremos junto a una cantera de háridos que quedará a nuestra derecha e inmediatamente después llegaremos a una bifurcación en forma de “Y” donde debemos tomar el camino de la derecha que nos llevará hasta la zona recreativa de La Fábrica (720 m), cortijo y antigua instalación industrial eléctrica de principios de siglo.
Actualmente convertida en una de las zonas recreativas con mayor encanto de la provincia, donde abundan las fuentes, en cierto modo nos recuerda al área recreativa del Alcázar en Alcaucín, aunque ésta es mas pequeñita y el valle mas angosto, pero la abundancia de fuentes y el contaste rumor del agua procedentes de las cascadas del arroyo del Melero envuelto por una frondosa vegetación lo convierten en un lugar privilegiado para la acampada y estratégico punto de partida para varias rutas de montaña y senderismo en esta zona de transición entre Sierra Tejeda, Játar y Almijara. Por la parte de detrás de la Fábrica se encuentran las albercas donde se almacenaba el agua para producir el salto que proporcionaría la energía necesaria para producir electricidad para Canillas de Albaida, Corumbela y Archez, de la misma manera que en Frigiliana era el agua que caía desde la alberca del Batán la que hacía funcionar la fábrica del Ingenio. Al parecer en esta misma fábrica de luz de canillas de Albaida, existía anteriormente un aserradero, lo que da idea de la importancia que debió tener la zona en la explotación maderera.
El área de acampada de la Fábrica de Luz cuenta con: mesas con bancos, barbacoas, fuente pública, duchas, fregadero, servicios, aparcamiento, plazas para tiendas, paneles informativos. Pertenece a la Consejería de Medio Ambiente. Reserva: Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía. C/ Mauricio Moro, Edif. Eurocom. Blo. Sur, 3º y 4º. 29071 Málaga. Teléfono: 951040058. Se encuentra a 4 km (de pista asfaltada desde Canillas de Albaida. 11 km desde Cómpeta. 17 km desde Sayalonga y 33 km desde Vélez-Málaga.
Para acampar se requiere de permiso previo y en la actualidad queda prohibido hacer fuego para barbacoa o para lo que sea desde el 1 de junio hasta el mes de octubre de cada año en cualquier área recreativa ubicada dentro de un parque natural como es este caso. Incluso se está estudiando la posibilidad de cortar un paso con la típica cadena al inicio de la pista por la que se accede a la sierra para impedir el paso de vehículos en los meses de verano tal y como ya se ha hecho en la Sierra de las Nieves o en la entrada a Sierra Almijara desde las cuevas de Nerja por el camino que nos llevaría hasta la Fuente del Esparto.
1ª parte de la Fábrica de Luz hasta Puerto Blanquillo:
Distancia aprox. 5 km
Desnivel aprox. 500 m
Nivel de dificultad: Media-fácil
Tipo de camino: 100% sendero, bien marcado y balizado
Tiempo estimado: Unas dos horas sin contar paradas.
Mapa: 1.040 IV (Canillas de Albaida)
A tener en cuenta: En época de lluvias abundantes el arroyo del Melero suele ir a tope de agua, hasta cubrir en muchos tramos parte del sendero que discurre junto a su orilla y los vados que se cruzan en numerosas ocasiones, son imposibles de salvar sin botas de agua, por lo que en estos casos o se va preparado para caminar por el agua ó mejor penar en otra ruta alternativa.
Se trata de una bonita ruta fluvial por un sendero que acompaña al arroyo del Melero que en realidad es el curso alto del río de la Llanada , conocido aguas abajo como río Algarrobo y que discurre por el extremo oriental de la Sierra Tejeda, en su contacto con la Almijara. Una vez en las instalaciones recreativas, se inicia el camino a pie tomando una senda que cruza el arroyo en la parte trasera del edificio principal. Aquí el curso de agua es espectacular, dado que suele ser caudaloso, discurre entre rocas con un agradable murmullo y la abundante arboleda proporciona umbría y frescura. Aquí nos encontraremos con madroños, durillos, adelfas, sauces blancos, helechos de gran porte y una serie de pequeñas huertas primorosamente cuidadas donde se cultivan olivos, higueras, nogales y otros frutales. Los pájaros frecuentan este entorno y acompañan con sus trinos el recorrido.
A pocos minutos se cruza el arroyo por una pasarela de madera o apoyando en rocas sobre el agua, llegando a una pequeña estación de aforo. La senda continúa pudiendo apreciarse el uso antiguo de la misma por arrieros, pastores y trabajadores de la sierra en general, pudiendo apreciarse elementos humanos como el empedrado del suelo. Los cantos redondeados y algunos casi brillantes, delatan el intenso uso que se le dio a este camino en tiempos no tan lejanos.
En las márgenes del camino es fácil encontrar enclaves rocosos en los que se asientan curiosas florecillas que llamarían la atención de los amantes de la botánica como especies de Reseda, Linaria, Saxifraga, Geranium, Campanula, Arenaría, etc.
Durante unos tres kilómetros recorremos el fondo del valle aguas arriba, la vereda que se abre paso entre abundante vegetación de ribera cruza varias veces el caudaloso arroyo y pasamos por un carril que accede al Cortijo del Chato que queda a nuestra derecha, mientras que en la vertiente opuesta del arroyo observamos la gran oquedad conocida como la Cueva del Melero, antiguo refugio de pastores. Aquí se deja el margen del barranco alejándonos del curso de agua para salir a una pista rural que seguiremos en dirección noreste aguas arriba a lo largo de 300 m con el arroyo a nuestro costado izquierdo. Precisamente a la izquierda dejaremos un dique de medianas proporciones una vez que la senda se aproxima nuevamente al cauce del arroyo. A partir de aquí las aguas comienzan a desaparecer poco a poco, discurriendo bajo el lecho de grava prácticamente ya en todo el recorrido. Salvo que haya llovido recientemente.
Durante un trecho parece que nos vamos alejando del arroyo e incluso llegamos ganar cierta altura sobre su cauce, pero nuevamente bajamos hasta él, para volver a caminar cerca del arroyo, posteriormente el valle se cierra y volvemos a caminar por su margen derecho, es decir llevamos el arroyo a nuestro costado derecho en el sentido de la marcha pero no tardamos en encontrarnos con un vado que atravesaremos para situarnos en la orilla contraria, margen izquierdo del arroyo del que parte una senda que comienza a ascender claramente ladera arriba, pero que no debemos tomar porque desaparece pocos metros después entre los matorrales, por lo que nosotros seguiremos avanzando junto al río, con el arroyo en nuestro costado izquierdo, volviendo a situarnos mas adelante en el margen derecho del arroyo, Media hora despés de haber dejado atrás la cueva del Melero, el trayecto acentúa la pendiente serpenteando por la ladera del monte junto a una zona de huertas de riego, se trata del cortijo del Chaparral. Aquí se hacen más frecuentes los alcornoques, algunos de porte magnífico, así como los castaños, procedentes de antiguos cultivos.
Cuando se pasan los bancales, nos encontramos con el arroyo del Barranco de la Mina, generalmente de aguas permanentes, si bien su caudal varía bastante de unos años a otros. En esta zona se hace muy notable el cambio de materiales litológicos es decir de la roca o materiales del suelo. A poco que nos fijemos podemos apreciar que dominan los tonos pardos, marrones y que la textura es más arcillosa, es decir, forma barro más fácilmente. Si recordamos el trayecto pasado o bien si miramos a la ladera de enfrente, podemos comprobar que las rocas son más escarpadas, de color gris o blanco, generando por erosión restos arenosos. Los materiales pardos son de naturaleza silícea (ricas en sílice o cuarzo o por el contrario, pobres en cal) y suelen corresponder a rocas denominadas esquistos y gneis, son del grupo de las pizarras. En el segundo caso corresponden a materiales carbonatados en el que el componente fundamental es el carbonato cálcico o cal, de donde deriva su color blanco. Estas rocas se denominan mármoles y dolomías, del gran grupo de las calizas, existiendo ligeras diferencias entre ambas en función de matices en su constitución y proceso de origen.
Continuando el sendero llegamos en quince minutos a otro núcleo antiguamente habitado. Es el cortijo de Camacho, actualmente con explotación agraria dedicada a la ganadería extensiva tradicional, donde se pueden encontrar ejemplares representativos de las razas "rubia malagueña" y "serrana", así como los típicos perros de pastor "el perro de aguas español".
Continuando la senda, se llega a una zona donde el matorral es denso, en este tramo cruzamos el barranco de la Fuente de la Teja, que suele llevar agua gran parte del año, en el arroyo vuelve a oírse el rumor del agua corriente aunque en un breve trayecto. La senda cruza el barranco por una zona que normalmente no lleva agua y de este modo cambiamos a la ladera opuesta. En esta zona se aprecian bien los materiales carbonatados y las arenas resultantes de su erosión. Es por ello que el puerto al que llegamos a continuación, ya en la pista forestal recibe el nombre de "Puerto Blanquillo" (1.208 m)..
En caso de dudas, hay una serie de pautas que nos van a mantener en el buen camino, hasta bien avanzado la mitad de este itinerario, siempre debemos seguir el sendero que discurre junto al río y en todo momento debemos tener en cuenta que el denominado camino de Sierra Tejeda, que es la pista que pasa por Puerto Blanquillo, la llevamos siempre a nuestra derecha en todo momento. No obstante, el sendero, aunque a veces parece perderse un poco entre la abundante vegetación y pequeños desprendimientos por pedreras o ramblas arenosas arrastradas por la lluvia, se sigue sin a penas dificultad a poco que se tenga cierta experiencia montañera.
.2ª parte, Continuación del itinerario circular de Puerto Blanquillo al cerro Verde y cerro Atalaya y descenso hasta la Fábrica de Luz:
Distancia aprox. 12,5 km
Desnivel acumulado Ascensión 450 m aprox. y Descenso: 850 m aprox
Nivel de dificultad: Media-fácil, teniendo en cuenta algún tramo de trepada con cierto vértigo en el acceso a la cumbre del cerro Atalaya.
Tipo de camino: 40% pista terriza, 56% sendero, bien marcado, 3% cortafuego (que parte de la base del cerro Atalaya hasta el arroyo del Melero poco antes de llegar a la Fábrica de Luz) y 1% canchal en la rocosa y picuda cumbre del cerro Atalaya.
Tiempo estimado: Unas cuatro horas sin contar paradas.
Mapa: 1.040 IV (Canillas de Albaida)
A tener en cuenta: Esta ruta se puede plantear como ascensión directa desde la Fábrica de Luz, pero de ese modo quedaría como una simple ruta lineal, de un nivel alto por su permanente subida sin tregua. Mientras que de la manera que proponemos es una ruta circular, englobando dos rutas en una, por un lado la belleza del arroyo del Melero desde la Fábrica de Luz hasta Puerto Blanquillo y por otro la belleza de dos cumbres olvidadas por la proximidad de los grandes colosos Almijaracos y de Sierra Tejeda, pero que sin embargo nos regalan unas vistas tan espectaculares como distintas son estas dos cumbres, muy cercanas entre sí, que hacen honor a su nombre cerro verde y cerro Atalaya.
Una vez en Puerto Blanquillo (1.208 m), tomaremos la pista en sentido descendente, es decir, dirección Canillas de Albaida, predominantemente hacia el suroeste, a nuestra espalda el redondeado perfil del cerro de Las Chapas irá cerrando nuestro horizonte al norte, en dirección noroeste, La Maroma nos mostrará su perfil con su prolongación hacia el Malascamas y Albucaz. A nuestra derecha llevamos todo el tiempo el valle del Melero o la Llanada de la Turvilla que hemos remontado hasta Puerto Blanquillo. Mientras que lo que llevamos a nuestra izquierda es la ladera del cerro Verde sobre la que se asienta la pista por la que vamos, junto a la cual han plantado una hilera de jóvenes pinsapos a lo largo de unos 50 m, que de momento parecen haber agarrado muy bien y tienen un aspecto fenomenal. Es sin duda alguna, el gran aliciente de este tramo de unos 4,2 km de carril que a modo de peaje tenemos que recorrer desde Puerto Blanquillo hasta la Fuente de Borriqueros (950 m). Esta fuente es casi una pequeña alberca, que en los meses de primavera suele albergar una simpática colonia de renacuajos y es alimentada por un generoso caño donde no dudamos en reponer nuestras botellas y refrescarnos un poco tal y como hizo Chuckie.
Desde la misma Fuente de Borriqueros (950 m) desde la que ya se ve el piramidal cerro Atalaya, parte una senda que asciende suavemente en dirección este, abriéndose paso, entre exuberante vegetación y bajo la sombra de los pinos que ayudan a mitigar el esfuerzo de esta ascensión, que no obstante mantiene un perfil muy suave la mayor parte del trayecto. Aproximadamente 1 km mas allá de la fuente, el sendero viene a salir a un cortafuego de arenas blancas, por el que continuaremos caminando dirección este hacia la base del cerro Atalaya donde finaliza el cortafuego y nosotros continuamos nuestro camino rodeando el cerro bajo los tajos de la cercana cumbre que queda a nuestra derecha, sin embargo, rodeamos el cerro Atalaya dejándolo momentáneamente a nuestra espalda, mientras el sendero comienza a zig-zaguear por unos escalones rocosos, que nos sitúan ya muy cerca del cerro Verde, que vamos a encarar girando a nuestra izquierda, es decir, hacia el norte. Curiosamente, de la misma manera que hemos hecho antes con el cerro anterior, iremos rodeando la cumbre del cerro Verde dejándola siempre a nuestra derecha, como si estuviéramos trazando un signo de interrogación alredor del vértice geodésico, hasta que intuyendo su cercana presencia, abandonaremos la bien marcada senda por la que vamos, para acometer los últimos metros campo través bajo la sombra de los pinos, a través de la generosa vegetación que nos encontramos en su cumbre y que justifica el nombre de cerro Verde (1.326 m), junto a cuyo vértice geodésico disfrutamos del almuerzo.
De regreso sobre nuestros pasos, al volvernos a situar en pocos minutos frente a la base del cerro Atalaya, un pequeño sendero lo rodeaba por su margen izquierdo, cara este, alrededor de la cual fuimos girando en espiral alrededor de la cumbre que iba quedando en todo momento a nuestra derecha, hasta los últimos metros donde el sendero se perdía, al llegar a la zona rocosa de la cumbre del cerro Atalaya a la que casi hay que llegar trepando y que aunque con sus 1.252 m puede pasar desapercibida entre los grandes colosos almijaracos, no tiene nada que envidiarle a las montañas mas altas de su entorno, por las magníficas panorámicas que nos regala de la vertiente sur de Sierra Almijara. Prácticamente las mismas vistas que el cerro Verde, pero con mayor sensación de altura, pues aún siendo unos 75 m mas baja, al tratarse de una cumbre cónica, la adrenalina incluso llega a dispararse en algún paso delicado con cierto vuelo.
Una vez hechas las fotos de rigor retornamos sobre nuestros pasos hasta la fuente de Borriqueros.
Una vez en la fuente de Borriqueros, volvemos a caminar por la pista en dirección Canillas de Albaida, pasado 1 km desde la fuente casi en el mismo punto donde el cortafuegos que viene de la base del cerro Atalaya se corta con nosotros, sale un ramal de la pista a nuestra derecha que desciende hasta el cortijo del Chato, pero nosotros seguiremos por la pista y unos 400 m después nos encontramos a la derecha de la pista dos hitos de piedra que a modo de puerta nos indican el acceso al sendero que desde allí nos va a llevar en un casi permanente zig-zag hasta la Fábrica de Luz, entre pinos y vegetación que irá creciendo en cantidad y variedad conforme nos vayamos acercando a las orillas del arroyo del Melero donde se encuentra nuestro punto de partida y finalización de este precioso recorrido circular que tuvo a bien enseñarnos nuestro buen amigo Manuel Manzanares al que una vez mas aprovecho la ocasión para dar las gracias y felicitar por esta bonita, inédita y entretenida ruta de la que muy poco se había escrito.
Otras variantes a tener en cuenta desde La Fábrica de Luz ó en una versión mas cómoda si se cuenta con un 4x4 a través de la pista de Canillas de Albaida-Sierra Tejeda, tomando Puerto Blanquillo como punto de referencia:
Desde Puerto Blanquillo, nombre que le viene por el color blanco de los mármoles que forman sus rocas, tomamos el carril que sigue hacia el oeste. Siguiendo el carril pronto veremos la imponente mole de los Tajos de la Chapa que se alzan al norte.
La vegetación desde Puerto Blanquillo hasta los Tajos de la Chapa está dominada por el pinar que se eleva en el lado derecho del carril, formado por pino resinero, negral, carrasco e incluso algún pino silvestre. En su sotobosque crece un matorral de aulagas, lastones, matagallos, tomillos y torviscos. De las inmediaciones del puerto de Puerto Blanquillo parten dos ramales de sendero ladera arriba, separados entre sí unos 400 m pero ambos viene a unirse poco antes de llegar al Puerto de Cómpeta (1.404 m) desde donde podemos acceder a la zona de la cantera para tomar el sendero del Raspón de los Moriscos que nos llevará hasta la cumbre del Lucero (1.774 m), ó bien tomamos la divisoria de aguas en dirección norte que es el límite provincial. Pronto encontramos un carril que culmina en una meseta sobre los Tajos de la Chapa (1.629 m) dejando a nuestro pie un impresionante y precioso cortado y una visión general de todo el valle del Río de la Llanada. Este camino nos conducirá al Collado de los Cameros, pero antes nos encontraremos la alineación de la Sierra de Játar, con la sucesión de los llamados Cerros de la Chapa o del Puerto, que remontamos para alcanzar el vértice (1.818 m). Desde la misma cima del Cerro de la Chapa, nos dirigimos hacia el norte por la cuerda al siguiente pico, algo más alto, de esta parte de la Sierra de Játar, conocido como Cerro de Los Majanos (1.805 m). En su cima se encuentra una cruz y una caseta meteorológica. La ladera este del cerro se encuentra cubierta de canturriales. A sus pies se extiende una amplia pradera casi llana. Finalmente, siguiendo el recorrido hacia el norte, y bajando de altitud hacia los 1.600 m, alcanzamos la zona de la Majada de Retameros (1.644 m.). Es una zona muy visitada por el pastoreo, de ahí la denominación que recibe.Por el camino cruzamos varias majadas, o lugares donde se concentra el ganado. En los alrededores aparece desarrollado un lastonar y el roquedal circundante aparece colonizado por un matorral de salvias.
La comunidad de reptiles de esta zona está constituida por especies como la víbora hocicuda, el lagarto ocelado, la culebra de herradura y la coronela meridional. Entre las aves destacamos la presencia del halcón peregrino, el cernícalo, la perdiz, la curruca rabilarga, la tarabilla, la collalba rubia, la cogujada montesina, la urraca y el escribano montesino. Entre los mamíferos el zorro y la garduña
Para volver, tomamos la vaguada existente entre estos cerros y los de la Sierra de Játar, llegando a los Tajos de la Chapa, pudiendo volver sobre nuestros pasos o mejor por el carril del Cortijo del Nevazo, y la senda Puerto Blanquillo-Salares, que podemos abandonar en el Cortijo de Los Llanos hacia La Fábrica o Canillas de Albaida.
Nivel de dificultad: Media por l desnivel a superar y algún tramo de trepada con cierto vértigo en el acceso a la cumbre del cerro Atalaya.
Tipo de camino: 30% pista terriza, 67% sendero, bien marcado, 2% cortafuego (que parte de la base del cerro Atalaya hasta el arroyo del Melero poco antes de llegar a la Fábrica de Luz) y 1% canchal en la rocosa y picuda cumbre del cerro Atalaya.
Tiempo estimado: Unas seis horas sin contar paradas.
Mapa: 1.040 IV (Canillas de Albaida)
A tener en cuenta: Se trata de una interesantísima ruta circular, englobando dos rutas en una, por un lado la belleza del arroyo del Melero desde la Fábrica de luz hasta Puerto Blanquillo y por otro lado la belleza de dos cumbres consideradas modestas por la proximidad de los grandes colosos Almijaracos, pero que sin embargo nos regalan unas vistas tan espectaculares como distintas son estas dos cumbres, tan cercanas entre sí, que por su forma, color y contenido hacen honor a su nombre: cerro verde y cerro Atalaya. Dos joyas de sierra Almijara que normalmente han pasado desapercibidas para la mayoría de montañeros y senderistas que se limitan a realizar las cumbres mas altas y emblemáticas, dejándose por el camino auténticas joyas como estas.
Fecha de realización y meteorología: sábado 12 de junio de 2010, cielos cubiertos de nubarrones que fueron en aumento conforme avanzaba la tarde pero que proporcionaron una temperatura fresca, que a penas superó los 20ºC, ideal para remontar los 950 m. acumulados de ascensión, lloviznando incluso durante los últimos minutos en la cumbre del cerro Verde.
Participantes: Manuel Manzanares Morilla (coordinador de la ruta), Valentín García Vioque, Eduardo Campos González, Eduardo Campos Montañez, Paco Jaime, Patricia López, Miguel Angel Buitrago, Paco de Motril, Rafa “el Hombre de la Harmónica”, Inés “la Damisela de la torre de Yunquera”, Rosa, Maribel Martín, Antonio J Ruiz y Juan Ignacio Amador, un servidor aprendiendo que suscribe esta crónica y reportaje.
Canillas de Albaida:
La localidad de Canillas de Albaida se encuentra situada al pie de las impresionantes sierras de Tejeda y Almijara, y en el valle formado por los Ríos Cajula y Turvilla. Enclavada en la zona alta de la comarca de La Axarquía oriental, a la que se llega desde la costa tomando la salida de la autovía del Mediterráneo que nos señala Algarrobo desde donde llegaremos por una sinuosa, pero preciosa carretera paisajística pasando por Algarrobo-Sayalonga y Cómpeta hasta llegar a Canillas de Albaida, tomando la primera calle del pueblo que se abre ligeramente de frente y en perpendicular a la derecha, ascendiendo hasta la ermita de Santa Ana. Éste trayecto en coche ya nos brinda de por sí una sucesión de preciosas postales de la Axarquía con los mencionados pueblos y otros colindantes como Archez o Corumbela con sus laderas abancaladas repletas de arboles frutales y olivares que tiñen de verde el paisaje con el telón de fondo de la Maroma y la zona de transición entre las sierras de Tejeda y Almijara en cuyas faldas se asientan.
El origen de Canillas de Albaida es una alquería árabe, del siglo XIII, perteneciente a Vélez-Málaga aunque fue definiéndose como tal a partir del siglo XVII, época en la que se construyeron las ermitas de San Antón y Santa Ana. Época en la que recibe el nombre de la blanca, por la abundancia de flores blancas que, según las crónicas había en su entorno. De hecho la etimología de su nombre indica; Canillas (Cannula) y Albaida (Albus) aunque de raíz latina y no árabe.
En 1487, tras la conquista de Vélez por los Reyes Católicos, Canillas se sumó a los requerimientos de obediencia impuestos por el rey Fernando, hasta que en el siglo XVI se sumó a la rebelión morisca y sufrió la misma suerte que los demás pueblos de su entorno, tras la derrota común en la batalla del Peñón de Frigiliana, también conocido como “El Fuerte”, que las crónicas de la época narran con todo lujo de detalles. En su casco urbano sobresale la Iglesia de Ntra. Sra. de la Expectación y la ermita de Santa Ana de donde parte el camino principal que nos introduce en la sierra.
De su entorno natural cabe destacar el paraje conocido como la Fábrica de la Luz, ideal para la acampada y el senderismo. El paraje de Las Cuestas: calzada serpenteante de origen árabe, así como el Puente Romano. Junto a la Fábrica de la Luz, se encuentra la Cueva de las Piletas, aunque las más grandes y conocidas son la Cueva del Agua y la Cueva del Conejo.
De Canillas de Albaida a La Fábrica de Luz
Nos encontramos en el extremo oriental de la Sierra Tejeda, donde ya entramos en contacto con sierra Almijara ó zona de transición entre ambas sierras. Una vez en Canillas de Albaida, tomamos la pista asfaltada que parte de la Ermita de Santa Ana (639 m), en la parte alta del pueblo, que va faldeando la sierra en suave ascensión. A 1,3 km de la ermita llegamos a un cruce de caminos conocido como "Los alamillos", en el que debemos desviarnos tomando la pista de la izquierda, si continuáramos de frente iríamos hacia Puerto Blanquillo, clásico punto de partida para la ascensión al Lucero ó Raspón de los Moriscos. La Fábrica se encuentra señalizada, sirviendo también de guía las indicaciones que conducen a la cantera, pues se encuentran relativamente próximas.
Desde este cruce el camino comienza a descender hacia el angosto valle del río de la Llanada del Turvilla, el verdor de estas laderas y la abundancia de árboles frutales distribuidos en bancales indica la presencia del agua en esta zona. Por una pista perfectamente asfaltada pasaremos junto a una cantera de háridos que quedará a nuestra derecha e inmediatamente después llegaremos a una bifurcación en forma de “Y” donde debemos tomar el camino de la derecha que nos llevará hasta la zona recreativa de La Fábrica (720 m), cortijo y antigua instalación industrial eléctrica de principios de siglo.
Actualmente convertida en una de las zonas recreativas con mayor encanto de la provincia, donde abundan las fuentes, en cierto modo nos recuerda al área recreativa del Alcázar en Alcaucín, aunque ésta es mas pequeñita y el valle mas angosto, pero la abundancia de fuentes y el contaste rumor del agua procedentes de las cascadas del arroyo del Melero envuelto por una frondosa vegetación lo convierten en un lugar privilegiado para la acampada y estratégico punto de partida para varias rutas de montaña y senderismo en esta zona de transición entre Sierra Tejeda, Játar y Almijara. Por la parte de detrás de la Fábrica se encuentran las albercas donde se almacenaba el agua para producir el salto que proporcionaría la energía necesaria para producir electricidad para Canillas de Albaida, Corumbela y Archez, de la misma manera que en Frigiliana era el agua que caía desde la alberca del Batán la que hacía funcionar la fábrica del Ingenio. Al parecer en esta misma fábrica de luz de canillas de Albaida, existía anteriormente un aserradero, lo que da idea de la importancia que debió tener la zona en la explotación maderera.
El área de acampada de la Fábrica de Luz cuenta con: mesas con bancos, barbacoas, fuente pública, duchas, fregadero, servicios, aparcamiento, plazas para tiendas, paneles informativos. Pertenece a la Consejería de Medio Ambiente. Reserva: Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía. C/ Mauricio Moro, Edif. Eurocom. Blo. Sur, 3º y 4º. 29071 Málaga. Teléfono: 951040058. Se encuentra a 4 km (de pista asfaltada desde Canillas de Albaida. 11 km desde Cómpeta. 17 km desde Sayalonga y 33 km desde Vélez-Málaga.
Para acampar se requiere de permiso previo y en la actualidad queda prohibido hacer fuego para barbacoa o para lo que sea desde el 1 de junio hasta el mes de octubre de cada año en cualquier área recreativa ubicada dentro de un parque natural como es este caso. Incluso se está estudiando la posibilidad de cortar un paso con la típica cadena al inicio de la pista por la que se accede a la sierra para impedir el paso de vehículos en los meses de verano tal y como ya se ha hecho en la Sierra de las Nieves o en la entrada a Sierra Almijara desde las cuevas de Nerja por el camino que nos llevaría hasta la Fuente del Esparto.
1ª parte de la Fábrica de Luz hasta Puerto Blanquillo:
Distancia aprox. 5 km
Desnivel aprox. 500 m
Nivel de dificultad: Media-fácil
Tipo de camino: 100% sendero, bien marcado y balizado
Tiempo estimado: Unas dos horas sin contar paradas.
Mapa: 1.040 IV (Canillas de Albaida)
A tener en cuenta: En época de lluvias abundantes el arroyo del Melero suele ir a tope de agua, hasta cubrir en muchos tramos parte del sendero que discurre junto a su orilla y los vados que se cruzan en numerosas ocasiones, son imposibles de salvar sin botas de agua, por lo que en estos casos o se va preparado para caminar por el agua ó mejor penar en otra ruta alternativa.
Se trata de una bonita ruta fluvial por un sendero que acompaña al arroyo del Melero que en realidad es el curso alto del río de la Llanada , conocido aguas abajo como río Algarrobo y que discurre por el extremo oriental de la Sierra Tejeda, en su contacto con la Almijara. Una vez en las instalaciones recreativas, se inicia el camino a pie tomando una senda que cruza el arroyo en la parte trasera del edificio principal. Aquí el curso de agua es espectacular, dado que suele ser caudaloso, discurre entre rocas con un agradable murmullo y la abundante arboleda proporciona umbría y frescura. Aquí nos encontraremos con madroños, durillos, adelfas, sauces blancos, helechos de gran porte y una serie de pequeñas huertas primorosamente cuidadas donde se cultivan olivos, higueras, nogales y otros frutales. Los pájaros frecuentan este entorno y acompañan con sus trinos el recorrido.
A pocos minutos se cruza el arroyo por una pasarela de madera o apoyando en rocas sobre el agua, llegando a una pequeña estación de aforo. La senda continúa pudiendo apreciarse el uso antiguo de la misma por arrieros, pastores y trabajadores de la sierra en general, pudiendo apreciarse elementos humanos como el empedrado del suelo. Los cantos redondeados y algunos casi brillantes, delatan el intenso uso que se le dio a este camino en tiempos no tan lejanos.
En las márgenes del camino es fácil encontrar enclaves rocosos en los que se asientan curiosas florecillas que llamarían la atención de los amantes de la botánica como especies de Reseda, Linaria, Saxifraga, Geranium, Campanula, Arenaría, etc.
Durante unos tres kilómetros recorremos el fondo del valle aguas arriba, la vereda que se abre paso entre abundante vegetación de ribera cruza varias veces el caudaloso arroyo y pasamos por un carril que accede al Cortijo del Chato que queda a nuestra derecha, mientras que en la vertiente opuesta del arroyo observamos la gran oquedad conocida como la Cueva del Melero, antiguo refugio de pastores. Aquí se deja el margen del barranco alejándonos del curso de agua para salir a una pista rural que seguiremos en dirección noreste aguas arriba a lo largo de 300 m con el arroyo a nuestro costado izquierdo. Precisamente a la izquierda dejaremos un dique de medianas proporciones una vez que la senda se aproxima nuevamente al cauce del arroyo. A partir de aquí las aguas comienzan a desaparecer poco a poco, discurriendo bajo el lecho de grava prácticamente ya en todo el recorrido. Salvo que haya llovido recientemente.
Durante un trecho parece que nos vamos alejando del arroyo e incluso llegamos ganar cierta altura sobre su cauce, pero nuevamente bajamos hasta él, para volver a caminar cerca del arroyo, posteriormente el valle se cierra y volvemos a caminar por su margen derecho, es decir llevamos el arroyo a nuestro costado derecho en el sentido de la marcha pero no tardamos en encontrarnos con un vado que atravesaremos para situarnos en la orilla contraria, margen izquierdo del arroyo del que parte una senda que comienza a ascender claramente ladera arriba, pero que no debemos tomar porque desaparece pocos metros después entre los matorrales, por lo que nosotros seguiremos avanzando junto al río, con el arroyo en nuestro costado izquierdo, volviendo a situarnos mas adelante en el margen derecho del arroyo, Media hora despés de haber dejado atrás la cueva del Melero, el trayecto acentúa la pendiente serpenteando por la ladera del monte junto a una zona de huertas de riego, se trata del cortijo del Chaparral. Aquí se hacen más frecuentes los alcornoques, algunos de porte magnífico, así como los castaños, procedentes de antiguos cultivos.
Cuando se pasan los bancales, nos encontramos con el arroyo del Barranco de la Mina, generalmente de aguas permanentes, si bien su caudal varía bastante de unos años a otros. En esta zona se hace muy notable el cambio de materiales litológicos es decir de la roca o materiales del suelo. A poco que nos fijemos podemos apreciar que dominan los tonos pardos, marrones y que la textura es más arcillosa, es decir, forma barro más fácilmente. Si recordamos el trayecto pasado o bien si miramos a la ladera de enfrente, podemos comprobar que las rocas son más escarpadas, de color gris o blanco, generando por erosión restos arenosos. Los materiales pardos son de naturaleza silícea (ricas en sílice o cuarzo o por el contrario, pobres en cal) y suelen corresponder a rocas denominadas esquistos y gneis, son del grupo de las pizarras. En el segundo caso corresponden a materiales carbonatados en el que el componente fundamental es el carbonato cálcico o cal, de donde deriva su color blanco. Estas rocas se denominan mármoles y dolomías, del gran grupo de las calizas, existiendo ligeras diferencias entre ambas en función de matices en su constitución y proceso de origen.
Continuando el sendero llegamos en quince minutos a otro núcleo antiguamente habitado. Es el cortijo de Camacho, actualmente con explotación agraria dedicada a la ganadería extensiva tradicional, donde se pueden encontrar ejemplares representativos de las razas "rubia malagueña" y "serrana", así como los típicos perros de pastor "el perro de aguas español".
Continuando la senda, se llega a una zona donde el matorral es denso, en este tramo cruzamos el barranco de la Fuente de la Teja, que suele llevar agua gran parte del año, en el arroyo vuelve a oírse el rumor del agua corriente aunque en un breve trayecto. La senda cruza el barranco por una zona que normalmente no lleva agua y de este modo cambiamos a la ladera opuesta. En esta zona se aprecian bien los materiales carbonatados y las arenas resultantes de su erosión. Es por ello que el puerto al que llegamos a continuación, ya en la pista forestal recibe el nombre de "Puerto Blanquillo" (1.208 m)..
En caso de dudas, hay una serie de pautas que nos van a mantener en el buen camino, hasta bien avanzado la mitad de este itinerario, siempre debemos seguir el sendero que discurre junto al río y en todo momento debemos tener en cuenta que el denominado camino de Sierra Tejeda, que es la pista que pasa por Puerto Blanquillo, la llevamos siempre a nuestra derecha en todo momento. No obstante, el sendero, aunque a veces parece perderse un poco entre la abundante vegetación y pequeños desprendimientos por pedreras o ramblas arenosas arrastradas por la lluvia, se sigue sin a penas dificultad a poco que se tenga cierta experiencia montañera.
.2ª parte, Continuación del itinerario circular de Puerto Blanquillo al cerro Verde y cerro Atalaya y descenso hasta la Fábrica de Luz:
Distancia aprox. 12,5 km
Desnivel acumulado Ascensión 450 m aprox. y Descenso: 850 m aprox
Nivel de dificultad: Media-fácil, teniendo en cuenta algún tramo de trepada con cierto vértigo en el acceso a la cumbre del cerro Atalaya.
Tipo de camino: 40% pista terriza, 56% sendero, bien marcado, 3% cortafuego (que parte de la base del cerro Atalaya hasta el arroyo del Melero poco antes de llegar a la Fábrica de Luz) y 1% canchal en la rocosa y picuda cumbre del cerro Atalaya.
Tiempo estimado: Unas cuatro horas sin contar paradas.
Mapa: 1.040 IV (Canillas de Albaida)
A tener en cuenta: Esta ruta se puede plantear como ascensión directa desde la Fábrica de Luz, pero de ese modo quedaría como una simple ruta lineal, de un nivel alto por su permanente subida sin tregua. Mientras que de la manera que proponemos es una ruta circular, englobando dos rutas en una, por un lado la belleza del arroyo del Melero desde la Fábrica de Luz hasta Puerto Blanquillo y por otro la belleza de dos cumbres olvidadas por la proximidad de los grandes colosos Almijaracos y de Sierra Tejeda, pero que sin embargo nos regalan unas vistas tan espectaculares como distintas son estas dos cumbres, muy cercanas entre sí, que hacen honor a su nombre cerro verde y cerro Atalaya.
Una vez en Puerto Blanquillo (1.208 m), tomaremos la pista en sentido descendente, es decir, dirección Canillas de Albaida, predominantemente hacia el suroeste, a nuestra espalda el redondeado perfil del cerro de Las Chapas irá cerrando nuestro horizonte al norte, en dirección noroeste, La Maroma nos mostrará su perfil con su prolongación hacia el Malascamas y Albucaz. A nuestra derecha llevamos todo el tiempo el valle del Melero o la Llanada de la Turvilla que hemos remontado hasta Puerto Blanquillo. Mientras que lo que llevamos a nuestra izquierda es la ladera del cerro Verde sobre la que se asienta la pista por la que vamos, junto a la cual han plantado una hilera de jóvenes pinsapos a lo largo de unos 50 m, que de momento parecen haber agarrado muy bien y tienen un aspecto fenomenal. Es sin duda alguna, el gran aliciente de este tramo de unos 4,2 km de carril que a modo de peaje tenemos que recorrer desde Puerto Blanquillo hasta la Fuente de Borriqueros (950 m). Esta fuente es casi una pequeña alberca, que en los meses de primavera suele albergar una simpática colonia de renacuajos y es alimentada por un generoso caño donde no dudamos en reponer nuestras botellas y refrescarnos un poco tal y como hizo Chuckie.
Desde la misma Fuente de Borriqueros (950 m) desde la que ya se ve el piramidal cerro Atalaya, parte una senda que asciende suavemente en dirección este, abriéndose paso, entre exuberante vegetación y bajo la sombra de los pinos que ayudan a mitigar el esfuerzo de esta ascensión, que no obstante mantiene un perfil muy suave la mayor parte del trayecto. Aproximadamente 1 km mas allá de la fuente, el sendero viene a salir a un cortafuego de arenas blancas, por el que continuaremos caminando dirección este hacia la base del cerro Atalaya donde finaliza el cortafuego y nosotros continuamos nuestro camino rodeando el cerro bajo los tajos de la cercana cumbre que queda a nuestra derecha, sin embargo, rodeamos el cerro Atalaya dejándolo momentáneamente a nuestra espalda, mientras el sendero comienza a zig-zaguear por unos escalones rocosos, que nos sitúan ya muy cerca del cerro Verde, que vamos a encarar girando a nuestra izquierda, es decir, hacia el norte. Curiosamente, de la misma manera que hemos hecho antes con el cerro anterior, iremos rodeando la cumbre del cerro Verde dejándola siempre a nuestra derecha, como si estuviéramos trazando un signo de interrogación alredor del vértice geodésico, hasta que intuyendo su cercana presencia, abandonaremos la bien marcada senda por la que vamos, para acometer los últimos metros campo través bajo la sombra de los pinos, a través de la generosa vegetación que nos encontramos en su cumbre y que justifica el nombre de cerro Verde (1.326 m), junto a cuyo vértice geodésico disfrutamos del almuerzo.
De regreso sobre nuestros pasos, al volvernos a situar en pocos minutos frente a la base del cerro Atalaya, un pequeño sendero lo rodeaba por su margen izquierdo, cara este, alrededor de la cual fuimos girando en espiral alrededor de la cumbre que iba quedando en todo momento a nuestra derecha, hasta los últimos metros donde el sendero se perdía, al llegar a la zona rocosa de la cumbre del cerro Atalaya a la que casi hay que llegar trepando y que aunque con sus 1.252 m puede pasar desapercibida entre los grandes colosos almijaracos, no tiene nada que envidiarle a las montañas mas altas de su entorno, por las magníficas panorámicas que nos regala de la vertiente sur de Sierra Almijara. Prácticamente las mismas vistas que el cerro Verde, pero con mayor sensación de altura, pues aún siendo unos 75 m mas baja, al tratarse de una cumbre cónica, la adrenalina incluso llega a dispararse en algún paso delicado con cierto vuelo.
Una vez hechas las fotos de rigor retornamos sobre nuestros pasos hasta la fuente de Borriqueros.
Una vez en la fuente de Borriqueros, volvemos a caminar por la pista en dirección Canillas de Albaida, pasado 1 km desde la fuente casi en el mismo punto donde el cortafuegos que viene de la base del cerro Atalaya se corta con nosotros, sale un ramal de la pista a nuestra derecha que desciende hasta el cortijo del Chato, pero nosotros seguiremos por la pista y unos 400 m después nos encontramos a la derecha de la pista dos hitos de piedra que a modo de puerta nos indican el acceso al sendero que desde allí nos va a llevar en un casi permanente zig-zag hasta la Fábrica de Luz, entre pinos y vegetación que irá creciendo en cantidad y variedad conforme nos vayamos acercando a las orillas del arroyo del Melero donde se encuentra nuestro punto de partida y finalización de este precioso recorrido circular que tuvo a bien enseñarnos nuestro buen amigo Manuel Manzanares al que una vez mas aprovecho la ocasión para dar las gracias y felicitar por esta bonita, inédita y entretenida ruta de la que muy poco se había escrito.
Otras variantes a tener en cuenta desde La Fábrica de Luz ó en una versión mas cómoda si se cuenta con un 4x4 a través de la pista de Canillas de Albaida-Sierra Tejeda, tomando Puerto Blanquillo como punto de referencia:
Desde Puerto Blanquillo, nombre que le viene por el color blanco de los mármoles que forman sus rocas, tomamos el carril que sigue hacia el oeste. Siguiendo el carril pronto veremos la imponente mole de los Tajos de la Chapa que se alzan al norte.
La vegetación desde Puerto Blanquillo hasta los Tajos de la Chapa está dominada por el pinar que se eleva en el lado derecho del carril, formado por pino resinero, negral, carrasco e incluso algún pino silvestre. En su sotobosque crece un matorral de aulagas, lastones, matagallos, tomillos y torviscos. De las inmediaciones del puerto de Puerto Blanquillo parten dos ramales de sendero ladera arriba, separados entre sí unos 400 m pero ambos viene a unirse poco antes de llegar al Puerto de Cómpeta (1.404 m) desde donde podemos acceder a la zona de la cantera para tomar el sendero del Raspón de los Moriscos que nos llevará hasta la cumbre del Lucero (1.774 m), ó bien tomamos la divisoria de aguas en dirección norte que es el límite provincial. Pronto encontramos un carril que culmina en una meseta sobre los Tajos de la Chapa (1.629 m) dejando a nuestro pie un impresionante y precioso cortado y una visión general de todo el valle del Río de la Llanada. Este camino nos conducirá al Collado de los Cameros, pero antes nos encontraremos la alineación de la Sierra de Játar, con la sucesión de los llamados Cerros de la Chapa o del Puerto, que remontamos para alcanzar el vértice (1.818 m). Desde la misma cima del Cerro de la Chapa, nos dirigimos hacia el norte por la cuerda al siguiente pico, algo más alto, de esta parte de la Sierra de Játar, conocido como Cerro de Los Majanos (1.805 m). En su cima se encuentra una cruz y una caseta meteorológica. La ladera este del cerro se encuentra cubierta de canturriales. A sus pies se extiende una amplia pradera casi llana. Finalmente, siguiendo el recorrido hacia el norte, y bajando de altitud hacia los 1.600 m, alcanzamos la zona de la Majada de Retameros (1.644 m.). Es una zona muy visitada por el pastoreo, de ahí la denominación que recibe.Por el camino cruzamos varias majadas, o lugares donde se concentra el ganado. En los alrededores aparece desarrollado un lastonar y el roquedal circundante aparece colonizado por un matorral de salvias.
La comunidad de reptiles de esta zona está constituida por especies como la víbora hocicuda, el lagarto ocelado, la culebra de herradura y la coronela meridional. Entre las aves destacamos la presencia del halcón peregrino, el cernícalo, la perdiz, la curruca rabilarga, la tarabilla, la collalba rubia, la cogujada montesina, la urraca y el escribano montesino. Entre los mamíferos el zorro y la garduña
Para volver, tomamos la vaguada existente entre estos cerros y los de la Sierra de Játar, llegando a los Tajos de la Chapa, pudiendo volver sobre nuestros pasos o mejor por el carril del Cortijo del Nevazo, y la senda Puerto Blanquillo-Salares, que podemos abandonar en el Cortijo de Los Llanos hacia La Fábrica o Canillas de Albaida.
Bibliografía: http://www.rutasdelsur.es/inicio y http://www.canillasdealbaida.es/inicio.asp