Ni que decir tiene que el Valle del Genal esta considerado como uno de los lugares más hermosos y atractivos del sur peninsular. La mayor parte de su cauce discurre a través de una gran masa forestal de bosques autóctonos repletos de castaños, quejigos, alcornoques centenarios y pinos en sus zonas altas. La proliferación de castaños da lugar a la denominada primavera de cobre en pleno otoño y durante la primavera y el verano, tiñen de un intenso color verde esta comarca que en un futuro podría ser catalogada como parque natural e incluso parque nacional, en lo referente a Los Reales de Sierra Bermeja. Sus pozas y pequeños rápidos dan lugar a imágenes de gran belleza que invitan al baño en sus aguas aparentemente limpias y cristalinas. Sin embargo, en esta ruta pudimos constatar que era cierto el artículo que se publicaba dos meses antes, en el blog de: “Gaucín día a día”, respecto a la calidad de sus aguas y que decía así:
“Los indicadores medioambientales en el Valle del Genal son buenos, excepto la calidad de las aguas, donde aparecen datos alarmantes, como el hecho de que el 84 por ciento —206 kilómetros— de la longitud fluvial presente riesgo seguro de incumplimiento de los objetivos de calidad establecidos por
El problema se agrava por el retraso en materia de depuración. De los 22 municipios de
Cómo llegar:
Viniendo desde la costa por la antigua N-340, al llegar a Manilva, nos desviamos hacia el interior a la altura de una gasolinera. Por la autovía de peaje salimos mucho mas arriba y llegamos mucho antes. En ambos casos pasaremos por un parque eólico de grandes dimensiones a pocos metros de la carretera a nuestra izquierda, con Casares y Sierra Crestellinas relativamente cercanos a la derecha y Gaucín con la silueta del Hacho hacia el que nos dirigimos dirección norte recortando el horizonte frente a nosotros, después de unos tramos llanos y rectos pero con algún que otro bache, la carretera empieza a descender por una serie de zig-zags que acaban en un pequeño puente por donde la carretera atraviesa el río Genal. A pocos metros del puente existe una pista que pasa junto a la base del mismo y por lo tanto es el lugar ideal para dejar allí, algunos coches, ya que este es el lugar donde tenemos previsto finalizar la ruta. En estos coches es donde cada uno debe dejar muda de ropa y calzado para cambiarse. Y continuaremos en el resto de los coches para dirigirnos al inicio de ruta, subiendo la carretera que nos lleva hasta Gaucín, desde donde continuamos dirección Norte, es decir hacia Ronda, dejando a nuestra derecha el pueblo de Benarrabá, un poco mas adelante el puerto del Espino, donde se encuentra el desvío hacia Cortes de
Viniendo desde el interior carretera Ronda-Algeciras y al llegar a Gaucín tomamos dirección Casares, al final de la bajada nos encontramos con el puente sobre el río Genal donde tendremos que dejar al menos un coche pués se trata del finalk previsto de ruta y desde allí regresaremos por la misma carretera que hemos veniodo hasta regresar a Algatocín desde donde descenderemos al puente de
Distancia aprox.
Desnivel aprox.
Tiempo aprox. Entre 8 y 13 horas. El tiempo aproximado en grandes travesías de descensos de río o similares depende de muchos factores. Concretamente en este caso, como en toda ruta acuática suelen hacerse muchas paradas en las pozas para los baños, que por supuesto es uno de los grandes atractivos de la ruta. Y hay tiempo para todo, pero hay que gestionarlo muy bien y sobre todo hacerlo con un grupo reducido y a serr posible con experiencia en este tipo de rutas, si por el contrario el grupo es superior a 20 personas, incluyendo algunas no acostumbradas a la dureza que conlleva este tipo de rutas, simplemente animadas por la belleza de unas bonitas fotografías. La ruta se le puede hacer eterna y lastrarán al grupo, convirtiéndolo en un rosario interminable y a buen seguro acabarán de noche, con las linternas, y echando maldiciones los de adelante porque ya están hasta los cojones de esperar a los de atrás y los de atrás cagándose en todo porque van reventados y la ruta se le hace interminable.
Nivel dificultad: Alto, porque aunque su perfil sea prácticamente llano y en descenso, discurre la mayor parte del tiempo por el lecho del río con muchos tramos resbaladizos que nos obligan a estar constantemente pendiente de donde ponemos cada pié para no caer, resbalar, golpearnos los tobillos o lo que es peor sufrir un esguince. Al no existir referencia visual del final de ruta hasta llegar al mismo, si se va justo de fuerzas las ansias por llegar se pueden convertir en una pesadilla y además resulta muy fácil perder la noción de la distancia y los kilómetros que se van haciendo si no se lleva un mapa de la zona o GPS.
Tipo suelo: el cauce del río con fondo rocoso y resbaladizo, de vez en cuando nos da una tregua con tramos arenosos. Márgenes del río con cañaverales, adelfas, juncos, culantrillos y abundante vegetación de ribera en general, flanqueadas la mayor parte del tiempo por empinadas laderas que te obligan a seguir por el mismo cauce. Si bien de vez en cuando parecen pequeños tramos de sendas paralelas al cauce, zonas llanas con choperas, algarrobos o alcornoques bajo los que podemos avanzar mas rápido. En el último kilómetro existe un camino paralelo por la orilla derecha y anteriormente varios tramos de sendero que pasan junto a fincas con árboles frutales, por donde podremos avanzar por fuera de forma intermitente.
Tipo de recorrido: lineal, esto nos obliga a dejar coches en el final previsto de ruta al comienzo de la jornada. Si bien la mejor opción es contactar con Autocares Domínguez (Telf. 952 794 738), de la cercana localidad de Casares, quedar todo el grupo en el puente de San Juan, para dejar todos los coches allí. Que el autocar ó la minibús, venga a recogernos y ya desde allí dirigirse a la venta de San Juan, punto de inicio de la ruta, pues se trata de mas de
Términos transitados: El río Genal, como le ocurre a otros muchos ríos a servido históricamente para delimitar los términos municipales a ambos lados de su valle, por lo que la ruta discurre a caballo entre: Algatocín-Jubrique, Benarrabá-Genalguacil y Gaucín.
Recomendación: bañador, tubo estanco ó en su defecto cualquier bote grande tipo garrafa de aceitunas o similar que también se puede comprar en “los chinos” (para proteger cámara, móvil, comida, llaves del coche, etc…), gorra, protector solar, bastones (dos mejor que uno) calzado para caminar por el agua del río, preferentemente botas de trecking o zapatillas de deportes que no tengan las suelas desgastadas y por supuesto con bastante agarre.
Una de las principales referencias que tenemos en esta ruta para calcular si vamos bien de tiempo es El Prado de
En este tipo de rutas acuáticas siempre es recomendable dejar en el maletero de uno de los coches que se han quedado en el final previsto de ruta muda de ropa y calzado cómodo para la vuelta. Y una bola se plástico grande y fuerte para guardar la ropa y calzado mojado con el que llegaremos al final.
A tener en cuenta: Algunas personas se apuntan a este tipo de rutas animadas por unas seductoras imágenes de senderistas caminando por el lecho del río, saltando al agua, etc… imágenes que además de belleza, transmiten una sensación de aventura y diversión. Pero en mi modesta opinión y tras varios años frecuentando distintas rutas acuáticas, toda ruta acuática superior a
Una montaña por alta que sea, nos suele dar una referencia aproximada de lo que nos falta hasta la cumbre aunque no la veamos y en el peor de los casos nos damos media vuelta si vemos que vamos mal y ya en el descenso comenzamos a reecuperar y todo resulta mas fácil. Sin embargo, en las travesías acuáticas, nunca ves el final hasta que no has llegado, por muy estudiado que lleves un mapa topográfico, cuando crees que ya falta poco, todavía queda bastante mas de lo que te imaginas, detrás de la siguiente curva que hace el río te crees que ya está allí el final, pero detrás vienen 20 curvas mas, si vamos justo de fuerza cada tramo se te hace mas largo y la incertidumbre sobre cuándo acaba la ruta, puede llegar a machacar psicológicamente a las personas no acostumbradas.
Posible punto de fuga: km. 4´7 Prado de
Mapa: Del km 0, puente de San Juan, al km 16, casa del Cañuelo, mapa Gaucín (1.064-IV) y del km 16, casa del Cañuelo al puente de Gaucín km 18, mapa Casares (1.071-II)
Fecha de realización y meteorología: sábado, 24 de julio 2010, el día amaneció con cielos cubiertos en toda la zona cercana al Estrecho, incluidos valles del Genal y el Guadiaro, hasta el mediodía no comenzamos a ver el sol. No obstante, una agradable brisa nos favoreció una temperatura que osciló entre los 27-
Participaron en esta ruta: Celia “
Incidentes: Siete compañeros de aventura en total, con quienes ya había realizado numerosas rutas, pero que en la mayoría de los casos habían coincidido muy pocas veces o ninguna hasta ese día. No obstante reinó un magnífico ambiente de camaradería de principio a fín y se caminó a un ritmo bastante bueno, por lo que nos recreamos en cada una de las pozas mas bonitas que nos íbamos encontrando, con tres paradas prolongadas para comer. Aún así partimos del puente de la venta san Juan a las 9,30 am y llegamos al puente de Gaucín a las 20,15, pues sabedores de que llegábamos con luz de sobra, nos planteamos la jornada en plan relax para disfrutar de los baños, la fotografía y el precioso paisaje que nos acompañó la mayor parte del recorrido.
Encarni llevaba unas viejas botas de trecking que con el tute del agua y las rocas, se le despegó la mitad de la suela desde la mitad del puente hasta el talón, así le aguantaron hasta el final. Buen ejemplo: para recordar que este tipo de rutas duras por terrenos tan irregulares no son las mas apropiadas para llevar calzados viejos o un poco estropeados, porque nos podemos quedar sin calzado a mitad de ruta. Por otra parte podría haberse ido directamente para Torremolinos al final de la ruta con Manolo y Silvia, de no ser porque incomprensiblemente, dejó su muda y las llaves de casa en uno de los coches que se habían quedado en el inicio de ruta, es decir en
Primer tramo: del puente de Gaucín al Prado de
Tras el Alto Genal, el río bordea Atajate y Benadalid, para entrar en los términos municipales de Benalauría y Jubrique, donde vuelve a reducirse su cauce, debido a la extracción de agua con motores ilegales, o acequias alimentadas a partir de rudimentarios diques que se repiten a lo largo de nuestro itinerario. Afortunadamente existen grandes pozas para bañarse, como el denominado charco Estrecho , ó El charco Picao”, unos
Para iniciar la ruta descendemos a los pies del puente, a través de una rampa, que hay enfrente de la venta, al otro lado de la carretera, aquí se ha improvisado una especie de dique, para formar una gran poza, que suele aglutinar a muchos de los bañistas que frecuentan este lugar, pero la ruta no ha hecho mas que comenzar y no conviene perder tiempo con un primer baño, a no ser que sea un ligero chapuzón para coger la temperatura del agua. Con el camping del Genal, en la orilla derecha, según el sentido de nuestra marcha al oeste en el t.m. de Algatocín, y el camping de San Juan a la izquierda, este, en el t.m. de Jubrique, iniciamos la caminata, entre la frondosa vegetación de ribera que nos va a acompañar la mayor parte del trayecto. Pronto nos encontramos con unas llamativas paredes de negra pizarra en la orilla derecha, a renglón seguido, junto a un árbol caído, parte un sendero de la orilla izquierda que nos puede ayudar avanzar unos
Entre choperas, cañaverales, quejigos, adelfas, juncos y demás vegetación de ribera, caminaremos sobre el mismo lecho del río plagado de rocas redondeadas muy resbaladizas debido al abundante verdín que las cubre, teniendo que ir pendiente de cada paso que damos, aunque afortunadamente el río nos da una tregua con intermitentes tramos arenosos donde podemos caminar con total comodidad y sin peligro de caídas o resbalones. Sobre el km 2 de ruta, también por nuestra izquierda entrega sus aguas al Genal el arroyo Hondo. Poco antes habremos dejado a nuestra derecha una antigua construcción, que a penas nos permitirá ver la maleza, se trata del molino de los Choreses. Aunque las laderas no siempre son escarpadas, la vegetación que flanquea ambas márgenes del río suele ser tan abundante, que nos obliga a ir por él la mayor parte del tiempo, a veces nos da la sensación de ir haciendo una especie de descenso del Amazonas en miniatura. En un momento dado nos encontramos con un segundo puentecillo de madera y poco después llegamos a una pequeña playita donde una soga que cuelga de un árbol de la orilla izquierda, invita a realizar divertidos saltos al agua.
Hasta ahora la mayor parte del tiempo el río a penas ha llegado a cubrirnos por encima de la cintura, pero aproximadamente en el km 3, nos encontramos una gran poza de fondo arenoso trazando una curva de izquierda, donde quien no lleve bote estanco, tendrá que pasar con la mochila sujeta por encima de la cabeza para que no se le moje la comida. Nuevos rápidos, algún que otro árbol caído sobre el lecho del río y curiosas algas rojas sujetas a las rocas, son la antesala de una acequia que nos vamos a encontrar en el margen izquierdo, poco después ya en el km. 4, llegaremos a una chopera, asentada sobre un llano en la orilla izquierda del río, a la que accederemos poco después de dejar a nuestra izquierda una pequeña construcción entre la abundante vegetación, casi al final de la misma pasaremos por lo que debe ser la joya de la corona del Turismo rural del valle del Genal, una especie de mansión rústica espectacular, que bien podría llamarse “El Palacio de
Ni que decir tiene el Prado de
Segundo tramo: Desde el Prado de
Una vez que queda atrás el siempre plácido y tranquilo prado de
Al salir de la mencionada poza de aguas cristalinas, volvemos a avanzar por fuera del agua, sirviéndonos de otra zona de aluvión que tan sólo queda cubierta de agua en época de crecidas, en principio el río queda a nuestra izquierda y después lo atravesamos por un cañaveral, se trata de la zona conocida como Los Llanos de
Tercer tramo: De
Después de la mencionada poza con el puentecillo de madera que sostiene una tubería y el árbol con tronco doble en forma de “V”, nos vamos a encontrar con una serie de tramos rectos del Genal, confondo arenoso que nos facilitan la caminata. Siendo el siguiente hito significativo un puente colgante, en medio de un tramo recto y relativamente ancho del río, flanqueado de chopos, a partir de aquí, cada vez, van a ser mas frecuentes los caminos que nos encontremos paralelos al río, pero en ningún momento debemos alejarnos del mismo, porque estos caminos solo nos alejan del río ladera arriba o bien los tramos que discurren paralelos al río suelen quedarse cortados por la vegetación y de vez en cuando tenemos que caminar sobre nuestros pasos obligándonos a buscar el acceso mas cercano al agua entre la abundante vegetación para continuar por el mismo cauce.
Las huertas, a ambos lados del río son cada vez mas frecuentes, así como las pistas que desde allí se dirigen ladera arriba, hacia Benarrabá, Gaucín, o directamente a la carretera, pero que no debemos tomar en ningún caso. Junto a las márgenes del Genal comenzaremos a encontrarnos con numerosos cortijos y pequeñas casitas aisladas. En plena sucesión de meandros dirección sur-oeste-sur, llegaremos a la altura del Molino del Capitán, km. 13, que queda en la orilla derecha.
Después de pasar por una amplia rambla del río donde este traza una abierta curva hacia la izquierda, con chopos en la orilla derecha, avanzaremos por un camino que discurre por la orilla izquierda del río, dejando a nuestra izquierda dos casa muy cercanas: una rojiza y otra la típica casa encalada con una llamativa placa solar sobre su tejado. Seguidamente llegamos a otra idílica poza, junto a la cual discurre una acequia elaborada de forma artesanal sobre la orilla derecha del río. Unos metros mas debajo de esta poza, pasamos por encima de la acequia para avanzar por fuera del río que ahora llevamos a nuestra izquierda. Pasando junto a una espectacular adelfa, desde la que tenemos la primera vista del piramidal cerro de Las Chapas, que a partir de ahí va a convertirse en el principal referente visual dirección sur, mientras que nosotros avanzamos en dirección predominantemente suroeste. Adentrándonos minutos después en un huerto aparentemente abandonado presidido por las casas de
Seguidamente llegamos a otra rambla seca del río, convertida en un inmenso pedregal tan solo cubierta en época de crecidas invernales, mientras el río discurre a través de un cerrado cañaveral, volviendo a caminar por el mismo cauce hasta prácticamente el penúltimo kilómetro, después de haber pasado junto a