Distancia aprox. Unos 9 (total ida y
vuelta)
Desnivel aprox. subida
450 m (y otros tantos de bajada)
Punto de partida: Calle de la
Estación El Colmenar-Gaucín.
Punto más elevado: antecumbre del
cerro que flanquea la vertiente Occidental de Las Buitreras
Tiempo aprox. Planteando la ruta con sección fotográfica, baños y regreso
por el cauce del río (entre 6 y 7 horas)
Nivel dificultad: Medio
Tipo suelo: sendero terrizo y
pedregoso, torrenteras de piedra suelta y cauce del río.
Tipo de recorrido: Teóricamente
lineal, pero el retorno hasta El Colmenar está previsto realizarlo por el mismo
lecho del río.
Mapa: IGN
Fecha de realización: Sábado 13 de Julio de 2019
10 participantes: Nacho "El Demonio de Timanfaya", Diego 2¡Qué bueno que viniste", Héctor de Troya, Juan "El Ilustrado", Juanjo "El Niño Prodigio", Nikita, Ángel "El Hacker", Celia "La Hechicera du Sao Paulo", Maria José "La Alpinista", El Comandante y...horas mas tardes llegaban "El Sherpa Carmona" y la Fiel Penélope.
10 participantes: Nacho "El Demonio de Timanfaya", Diego 2¡Qué bueno que viniste", Héctor de Troya, Juan "El Ilustrado", Juanjo "El Niño Prodigio", Nikita, Ángel "El Hacker", Celia "La Hechicera du Sao Paulo", Maria José "La Alpinista", El Comandante y...horas mas tardes llegaban "El Sherpa Carmona" y la Fiel Penélope.
Para más información: Ruta 20 del
Libro: Las 25 Mejores rutas por los espacios naturales protegidos de la
provincia de Málaga” (pág. 204, Sendero de Las Buitreras). Autor: Rafa Flores
(Editorial La Serranía).
Bibliografía:
https://ignaciotrillo.wordpress.com/2018/08/08/35477/
Bibliografía:
https://ignaciotrillo.wordpress.com/2018/08/08/35477/
Cómo llegar a El Colmenar: Como pueblo de
referencia debemos dirigirnos
Gaucín, ya que aunque es una pedanía que pertenece a Cortes de la Frontera,
desde cortes sólo se puede acceder en tren. Una vez en Gaucín ya tomamos el
desvío hacia la carretera que une Ronda con Algeciras y un par de kilómetros
mas allá, justo cuando nos encontramos a los pies del Hacho de Gaucín que queda
a nuestra derecha, llegamos a un cruce que nos indica: Algeciras a la izquierda
y El Colmenar a la derecha, por done nos vamos a desviar tomando la MA-9300,
con trazado sinuoso, pero con un piso en buen estado, llegando al Colmenar tras
unos 15 minutos, en medio de un bonito paisaje de media montaña, donde el
predominio del alcornoque, justifica el nombre del parque natural al que nos
estamos aproximando, unos 400 m después de atravesar el puente de hierro que
salva las aguas del río Guadiaro, donde finaliza la versión anfibia de esta
ruta, un precioso mural de azulejo con una pareja adulta de gamos y su cría a
los pies nos dan la bienvenida a El Colmenar (Estación de Gaucín), anunciando
también: Las Buitreras (Monumento Natural) y Parque Natural de Los
Alcornocales.
La historia de la
población de El Colmenar, pedanía de Cortes de la Frontera, está íntimamente ligada a dos
infraestructuras de primer nivel. El 24 de noviembre de 1892 se abrió al tráfico ferroviario de la línea Ronda-Jimena de la Frontera, que años mas tarde fueron ampliadas hasta conectar Bobadilla con Algeciras, gracias a la compañía inglesa "The Algeciras - Gibraltar Railway Company". El 1 de Octubre de 1913 la concesión fue traspasada a la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces que la gestionó hasta 1941, que se produjo la nacionalización del ferrocarril en españa bajo las siglas RENFE. Desde el 31 de diciembre de 2004, ADIF es la titular de estas instalaciones ferroviarias.
Ni que decir tiene que la
línea Algeciras-Bobadilla, se encontró en el Desfiladero de Las Buitreras con los principales
escollos geográficos. Tal y como ocurriera con la linea ferroviaria que atravesaba El Chorro, que se construyó unos años antes que esta, hubo que construir numerosos
puentes y largos túneles, muchos de ellos paralelos al sendero por donde discurre nuestra ruta. El más
llamativo es el semitúnel de los arcos, que se ve desde el mirador final.
Si el Siglo XIX, finalizó con una actividad inusual en
estos pagos, el comienzo del Siglo XX trajo los trabajos de construcción de la
presa y la central hidroeléctrica (1918), separadas por 6 kilómetros de
conducciones subterráneas. El agua acumula desde el origen un desnivel de 120
metros, suficiente para mover las tres turbinas mediante la energía potencial
del agua acumulada en los 430 metros de la tubería forzada, de un metro y medio
de diámetro.
Nada
mas entrar en el pueblo nos vamos a encontrar con un cruce de calles en forma
de “T”, el ramal de la izquierda nos lleva hasta la Estación por donde
aparcaremos nuestros vehículos. Regresando poco después, ya caminando, sobre
nuestros pasos hasta este cruce, para tomar el ramal de la derecha, hasta
enlazar con un camino terrizo, que en dirección predominantemente O al
principio y más adelante dirección N, siempre paralelo al río Guadiaro por su
margen derecha (occidental) , izquierdo en el sentido de nuestra marcha, no
ofrece lugar a la duda y menos aún a la vuelta donde nuestro "camino"
a seguir es el mismo cauce del río Guadiaro. Llevando el río en todo momento a
nuestra derecha y la vía del tren a nuestra izquierda. Por lo que
orientativamente esta es una ruta muy fácil. El inicio de esta ruta discurre
por una pista asfaltada que es el camino de servicio que nos conduce hasta las
instalaciones de la Central Hidroeléctrica Las Buitreras, situada a las afueras
de El Colmenar, a las que llegamos caminando a los pies de una hilera de
eucaliptos centenarios, que desemboca en una verja de hierro, con puerta
peatonal a la derecha, que nos permite acceder al recinto de las
fantasmagóricas casas abandonadas, construidas en su día, para los operarios de
esta Central y sus familias, algunas de ellas de muy buen porte. El edificio
principal tiene el regusto de las obras de principios del siglo pasado, con una
factura arquitectónica notable. Desde el año 1918, la compañía Hidroeléctrica
del Guadiaro ya funcionaba a pleno rendimiento con dos grupos, al que se le
suma uno más siete años después; entre todos sumaban una potencia de 7200 Kw.
En 1949 se disuelve dicha entidad y la gestión pasa a manos de Sevillana de
Electricidad, actualmente Endesa.
Nada
mas atravesar la mencionada verja, nos encontramos con la baliza verde y blanca
que nos señala 4 km a la Garganta de Las Buitreras a través de un sendero que
comienza con unas escaleras que discurren paralelas a la tubería, junto a la
que vamos ganando altura rápidamente, pronto giramos a la derecha, dejando
atrás la vieja estructura metálica por la que todavía sigue descendiendo el
agua para la producción de energía eléctrica.
En breves minutos ya podemos comenzar a disfrutar de unas bonitas vistas sobre la cuenca del río Guadiaro, que ahora queda a mas de 100 m por debajo nuestra, mientras el sendero se abre paso entre abundante matorral de lentisco, aulaga, retama, hérguenes, romero, palmitos, algarrobos, encinas y acebuches principalmente. Más adelante, el sendero desciende hasta situarnos muy cerca de su orilla. De hecho, nos adentraremos en pequeños bosquetes de adelfas, intercalados con otras especies de ribera, iniciando un tramo de perfil ondulante, donde se alternan pequeños tramos de subidas, bajadas y llaneos muy llevaderos.
En breves minutos ya podemos comenzar a disfrutar de unas bonitas vistas sobre la cuenca del río Guadiaro, que ahora queda a mas de 100 m por debajo nuestra, mientras el sendero se abre paso entre abundante matorral de lentisco, aulaga, retama, hérguenes, romero, palmitos, algarrobos, encinas y acebuches principalmente. Más adelante, el sendero desciende hasta situarnos muy cerca de su orilla. De hecho, nos adentraremos en pequeños bosquetes de adelfas, intercalados con otras especies de ribera, iniciando un tramo de perfil ondulante, donde se alternan pequeños tramos de subidas, bajadas y llaneos muy llevaderos.
Poco
después del km 2 de ruta, el sendero cruza un arroyo tributario, procedente del
cerro del Oso, que aunque puede parecer poco menos que un adorno tiene especial
relevancia ya que salva un desagüe del complejo hidroeléctrico que puede ser
impresionante en carga, cuando cae por preciosas cascadas en época de
abundantes lluvias y días posteriores. Igualmente resultarán llamativos los
agrestes perfiles encrestados de la Sierra
del Hacho (de Gaucín) al otro lado del valle, cubierto por un
imponente manto verde que alberga una amplia representación de las especies más
representativas del catálogo florístico del monte Mediterráneo, desde las
cumbres del cerro de La Mora, hasta la misma ribera del Guadiaro.
El siguiente hito paisajístico que llamará nuestra atención es un rudimentario falso túnel por el que discurre la vía del tren a nuestra izquierda ladera arriba, que se construyó en su día para salvaguardar el trazado de la vía férrea, evitando la avalancha de piedras que se produce de vez en cuando en ese tramo de la ladera y que ha llegado a formar dos grandes pedreras, que atravesaremos más adelante. De hecho, la última avalancha de piedras sobre la vía del tren se produjo a raíz de las lluvias torrenciales que tuvieron lugar en la Serranía a finales de Octubre 2018 y que provocaron el cierre de esta vía férrea Madrid-Algeciras hasta hace pocos meses, con un elevado coste de mantenimiento y reparación por la dificultad de la orografía del terreno.
Unos metros antes de
llegar a la primera pedrera, un ramal de sendero que sale a nuestra derecha,
nos lleva hasta la misma orilla del río Guadiaro, después de pasar junto a los
restos de una vieja calera, se trata de un ensanche del río conocido como
Charco del Moro, donde tenemos previsto iniciar nuestro tramo acuático, ya de
regreso. Superada la segunda torrentera, el sendero comienza a ganar altura de
forma espectacular. Al coincidir este sendero con el tramo Nº10 de la Gran
Senda de Málaga, se ha restaurado recientemente y se ha acondicionado con dos
tramos de escalera, donde antes la pendiente era demasiado fuerte y la
abundante gravilla suelta provocaba inevitables caídas en sentido descendente.
Aunque en línea recta nos queda poco más de un kilómetro para llegar al Puente
de los Alemanes, en tan corta distancia, el sendero salva un desnivel de 200 m,
que pondrá a prueba nuestro estado de forma físico y nuestra fortaleza mental
en los tramos más empinados. De vez en cuando el sendero pasa cerca de
auténticos miradores naturales que quedan a nuestra derecha muy cerca del borde
del desfiladero, como uno que está relativamente cerca del tramo más alto del
recorrido que identificaremos fácilmente por sus barandillas de madera, junto
al cual nos hicimos una foto de grupo, junto a una pequeña atalaya caliza.
Magnífico punto para recrearnos con el abrigo del cerrado valle en “v”, en un entorno montañoso, con la presencia permanente de agua al fondo del valle que genera muy diferentes ambientes albergando una biodiversidad de especies mediterráneas de gran relevancia. En algunos puntos el sendero se difumina, entre grandes palmitos, pequeños chaparros y algunos algarrobos cuya sombra nos da la vida en tan empinada ascensión. Pero en general, se sigue muy bien gracias a las recientes mejoras con sus nuevos tramos escalonados o pedreras abancaladas correspondientes a la Etapa Nº2 del G.R. 141 Serranía de Ronda: Jimera de Líbar - El Colmenar. A pesar de la fuerte pendiente de este tramo, en ningún caso resulta peligroso, entre resuello y resuello iremos ganando altura, hasta alcanzar el collado, donde unas redondeadas rocas nos brindan un buen lugar para descansar y recrearnos con las espectaculares vistas del entorno. Desde éste collado, podemos contemplar parte de la sierra de Líbar al N y la Sierra de Los Pinos al N.
Magnífico punto para recrearnos con el abrigo del cerrado valle en “v”, en un entorno montañoso, con la presencia permanente de agua al fondo del valle que genera muy diferentes ambientes albergando una biodiversidad de especies mediterráneas de gran relevancia. En algunos puntos el sendero se difumina, entre grandes palmitos, pequeños chaparros y algunos algarrobos cuya sombra nos da la vida en tan empinada ascensión. Pero en general, se sigue muy bien gracias a las recientes mejoras con sus nuevos tramos escalonados o pedreras abancaladas correspondientes a la Etapa Nº2 del G.R. 141 Serranía de Ronda: Jimera de Líbar - El Colmenar. A pesar de la fuerte pendiente de este tramo, en ningún caso resulta peligroso, entre resuello y resuello iremos ganando altura, hasta alcanzar el collado, donde unas redondeadas rocas nos brindan un buen lugar para descansar y recrearnos con las espectaculares vistas del entorno. Desde éste collado, podemos contemplar parte de la sierra de Líbar al N y la Sierra de Los Pinos al N.
Antes
de darnos cuenta podremos contemplar, por encima nuestra, el elegante planear
de los buitres cuya presencia en esta zona ha servido para bautizar la
impresionante garganta que llevamos a nuestra derecha. Superado un collado
iniciamos un tramo de descenso donde vamos a perder unos 100 m, hasta llegar al
emblemático “puente de Los Alemanes” que no se ve desde la senda, con la
sensación de que tal vez nos habremos pasado de largo. Pero el minúsculo sendero
que vemos al otro lado de la garganta, que procede de La Cañada del Real Tesoro
(Estación de Cortes), nos servirá como referencia para situarnos a su altura y
aproximarnos con precaución a una especie de terraza, donde se encuentra el
tunelillo que excavado en roca viva, de unos 25 m de largo y en forma de “L” para
acceder al puente de Los Alemanes, debiendo agachar la cabeza e incluso gatear
un poco, la gente mas alta, para no darnos un "cocorotazo", en en el
lugar donde el túnel forma un ángulo de 90º a la izquierda que da acceso al
mítico puente. Al igual que ocurre en El Chorro, el hombre ha influido en el
entorno con la construcción de impresionantes túneles y puentes que permiten el
paso de la línea ferroviaria Algeciras-Ronda. Concretamente el denominado
"Puente de los Alemanes", que curiosamente fue construido por unos
obreros belgas (confundidos con alemanes) en 1919, como punto clave de un canal
de unos 6 km que durante varias décadas transportó el agua hasta la central
hidroeléctrica Buitreras. Actualmente esta canalización ya discurre en su
totalidad soterrada por la margen derecha del río Guadiaro, mas o menos
paralela a la vía del tren. El lugar es realmente espectacular: majestuoso e
intimidante. Como en anteriores ocasiones, nuestra llegada al Puente de los
Alemanes coincidió con el paso de un grupo de barranquistas, 80 m por debajo
nuestra.
Una
vez en el puente, merece la pena cruzarlo e incluso remontar un corto tramo
escalonado al otro lado del mismo, con cables de acero a modo de pasamanos que
aportan gran seguridad, y que una vez al otro lado nos permiten disfrutar de
una preciosa perspectiva del puente y su entorno, flanqueado por un fascinante
bosque vertical, donde jóvenes encinas y coscojas se han desarrollado
desafiando a la gravedad de forma inverosímil. Mucho se ha hablado de este
Cañón como una auténtica joya geológica, que lo es, pero es que también es una
auténtica joya botánica.
El Cañón de las Buitreras es un impresionante desfiladero con
algunas paredes que superan los 100 metros de verticalidad formado por la
acción de río Guadiaro, que ha sido declarado recientemente Monumento natural,
cuya singularidad viene dada por el paisaje y el proceso geomorfológico que
formó el río Guadiaro y la elevación de las paredes que lo flanquean por los
movimientos de la Era Alpina. Su nombre se debe a la presencia del Buitre
Leonado (Gyps fulvus). Por el fondo del cañón corren las aguas del Guadiaro
como si atravesaran una cueva sin techo.
El río ha actuado sobre una matriz de calizas y
margocalizas desde hace mas de 150 Millones de años, mientras las aguas del Mar
interior que inundaban gran parte de la actual meseta del Ronda desaguaban a
través del Río Guadalevín y más adelante continuaban por el río Guadiaro con
cantidades ciclópeas de agua, que con un gran poder erosivo, formaron este
impresionante cañón. Realizadas las fotos de rigor deleitándonos con la belleza
y espectacularidad de tan grandioso paisaje, regresamos sobre nuestros pasos,
hasta el río Guadiaro.
El
charco del Moro es una alargada badina de frías aguas, tal y como podremos
comprobar inmediatamente, encajada entre
paredes. Si afinamos la vista, a mediación de la poza, bajo el cortado del
margen izquierdo, según miramos hacia el interior del desfiladero, podemos
observar una surgencia subterránea de donde emergen pequeñas ondas. Esta aguas
subterráneas proceden nada menos que de la Sima del Republicano, situada muy
cerca de Villaluenga del Rosario en pleno Parque Natural de Grazalema, a más de
25 km de distancia al N-O de nuestra posición.
Otro de los alicientes del Charco del Moro es que
forma un largo pasillo de mas de 250 m de nado ininterrumpido hacia el interior
del desfiladero, con una profundidad de hasta 8 metros, flanqueado de altas
paredes calizas y algunos tramos a modo de gradas, donde los más intrépidos
gustan de subirse para disfrutar de acrobáticos saltos al agua. Mientras que el
resto de excursionistas prefieren disfrutar de la playita fluvial que nos da la
bienvenida a la entrada.
Pero el charcón es más importante aún por el hecho de
significar la surgencia del río Guadiaro tras haberse infiltrado en el terreno
aguas abajo de la presa y el trasvase que merman el caudal significativamente.
De hecho, en verano es frecuente que no corra agua por encima del Charco del
Moro. En la negruzca pared de la otra orilla, una minúscula plaquita roja a
unos metros del agua identifica el lugar en el que se encuentra el Sifón de las
Buitreras. Fue explorado en 1994 llegándose a la profundidad de 62 metros
utilizando las técnicas del espeleobuceo, y en la actualidad continúa en
exploración.
El
tramo de descenso del río Guadiaro que va desde la salida de Las Buitreras,
donde el Guadiaro se ensancha en el lugar conocido como "El Charco del
Moro", hasta el puente de hierro de El Colmenar, suele ser una auténtica
gozada, ya que la aparente monotonía de los tramos rectos y anchos del río, se
verán enriquecidos con intermitentes rápidos, donde el río puede llegar a
arrastrarnos cuando va crecido en Primavera y largas pozas de nado obligado
incluso en pleno verano.
En
los días soleados, el agua suele adoptar tonalidades verde esmeralda, a los que
se le sumará el azul del cielo (esperemos), el rosa de las adelfas y las mil
tonalidades de verde que envuelve a las orillas y que nos harán sentir seres
verdaderamente privilegiados. Unos 500 m antes de llegar a la altura de la
presa el río describe una fuerte curva a la derecha, que es la antesala de un
caos de bloques, donde hay que escoger con buen criterio el lugar por donde
pasamos, siendo la derecha la zona más llevadera. Una vez que dejamos atrás el caos de bloque,
llamará nuestra atención en la orilla derecha una especie de Casa Cueva, con
fachada realizada a base de un rudimentario muro de piedras, que le da un toque
a este rincón del Guadiaro, al igual que la Vieja Mansión Encantada, cuyas
paredes están cubiertas de enredaderas y al mismo tiempo rodeada de un gran
jardín con palmeras, que invita a ser visitada, pocos minutos después de dejar
a la derecha, las instalaciones de la antigua Central llegamos al Puente de
Hierro, donde finaliza la ruta teórica, si bien podemos continuar, hasta la pequeña
playita fluvial que hay unos 400 m río abajo.