lunes, octubre 31, 2016

Sendero Casa Floranes-Arredondo-Casas de Santa Olalla y Álamos Centenarios:

Entorno: Sector Central Parque Natural Sierra de Baza (Sector Casa Floranes-Álamos Centenarios)
Hora y punto de encuentro 1 (si venimos desde Málaga-Antequera):  7.00 am para desayunar en la Venta Ríofrío (o a las a las 7.30 am ya desayunados).

Hora y punto de encuentro 2:  A las 10.15 am cortijo de Floranes, se accede por una pista terriza que parte entre los km 31 y 32 (antigua numeración) de la carretera comarcal que atraviesa en parque de norte a sur: GR.8101 Escúllar-Caniles.

Localidad de referencia: Escúllar (si accedemos desde el Sur: A-92 Guadix-Almería) o Caniles (si accedemos por el Norte A-92 Guadix-Baza-Murcia).

Cómo llegar al inicio de ruta: Desde Granada, nos desplazamos  por la A-92, pasado Gadix, nos desviamos dirección ALMERÍA, de hecho nos adentraremos unos cuantos kilómetros en la provincia de Almería y tomamos la Salida 336, que nos indica Escúllar, y poco antes de llegar al pueblo de Escúllar (que dejaremos a nuestra derecha), tomamos el desvío por la GR 8101, que en permanente ascenso nos llevará 958 m de este pueblo almeriense, a los 2.000 msnm, zona más alta de la carretera por donde pasa la línea interprovincial Almería 8que dejamos atrás) y Granada (sonde volvemos a entrar y que es la provincia a la que pertenece la mayor parte de este parque natural).

Vistas hacia la zona del Chullo y Morrión Sanjuanero (Sierra Nevada almeriense) desde la subida al Parque natural Sierra de Baza desde Escúllar)
Resumen itinerario: 1ª parte: P.R-A Sendero Casa Floranes-cortijo Arredondo (también conocido como cortijo de las Noguericas); 2ª parte: Cortijo de Las Noguericas-casas de Santa Olalla; 3ª parte: Sendero de Los Álamos Centenarios, pasando por la aldea de Los Mellizos y con un final alternativo coronando el peñón de La Lechera (2.025 m) y el cerro Padilla (2.061 m) o bien el sendero tradicional que sin margen de error nos devuelve a la carretera.

La carretera que atraviesa este parque desde Escúllar (Almería) hasta Caniles (Granada) es tan solitaria, que nos encontramos con varios grupos de cervatillos hembra a escasa distancia de la carreetera o cruzándose por la misma.
Fecha de realización y meteorología prevista en la zona para ese día: Sábado 29 de octubre, cielos azules todo el día con ligera brisa de levante, temperaturas cercanas n las horas centrales del día.

Grado de maduración de los álamos: El 80% de los álamos lucía tonos que iban del amarillo al dorado típico otoñal, un 15% todavía permanecía entre verde y amarillo y un 5% ya había perdido todas sus hojas.

Estado del arroyo Bodurria: Tras el largo verano, apenas había llovido en esta zona y la mayor parte del arroyo estaba seco o con un pequeño hilito de agua entre las Casas de santa Olalla y el inicio del sendero de Los Álamos Centenarios, además de otras zonas intermitentes.

Fuente de la Fraguilla: El abrevadero estaba lleno de agua, gracias al tímido pero constante chorro que vertía sus aguas en él. Donde bebieron varios compañeros como Alicia, Fran o el Doctor Leal coincidiendo en el ligero sabor a mineral de hierro, de sus cristalinas y frías aguas.

Mapas y Bibliografía: IGN, http://www.sierradebaza.org/

http://alexandermagina.blogspot.com.es/2015/11/floranes-arredondo-santa-olalla-los.html (blog de senderismo: Por los cerros de Úbeda)


Distancia aproximada: 21 km (incluidos Peñón de la Lechera y cerro Padilla) ó 17 km en la versión tradicional.

Desnivel ascendido aprox. 800 m (versión corta 600 m)

Tiempo aproximado: 8 horas  y media (versión tradicional 7 horas)

Punto más bajo: Vado del arroyo Bodurria antes de llegar al cortijo Arredondo  (1.440 msnm)

Punto más Alto: en la versión larga: cerro Pasilla (2.061 m); o en la versión tradicional. FINAL DE RUTA en el km 24  (numeración antigua) de la carretera a 1.904 msnm

Punto de partida: Collado del Llano, a la altura de un cortafuego situado entre los km 25 y 26 de la carretera comarcal GR.8101 Escúllar-Caniles (1.900 m)

Nivel dificultad: Versión larga: Medio-Alto por el desnivel; versión tradicional: Medio.

Tipo suelo: 60% sendero; 20% pista terriza, 13%  cauce seco o zona de crecidas del arroyo Bodurria, 7% cortafuegos (ascensión al Peñón de La Lechera).

Participantes: Doctor Leal, Laura Ezcurra “La Arquitecta”, Lena "La Amazona Bielorrusa", Salvador Gómez “El Hombre y la Tierra”, Arnaud “Nono”, Fali "El Retorno de Elvis", Paqui "La Pacificadora", Fran de la Jungla, Alicia en el país de las Maravillas, Paco "El Generoso", Manuel Esteban, Marlise Hofer y un servidor: Juan Ignacio Amador.

Material recomendado:

Comida y bebida para todo el día, calzado para una ruta de todo el día en esta época del año. Pero sobre todo no olvides traer tu mejor sonrisa y un frontal para verla si cae la noche y despídete siempre cargado de energía positiva para el resto de la semana.

Época recomendada: Cualquiera menos verano.

A tener en cuenta: 1º) Sobre la carretera que atraviesa el parque natural Sierra de Baza desde Escúllar (Almería) al sur hasta Caniles (Granada) al norte: Esta carretera se suele cerrar al tráfico en época de nevadas, porque en la parte alta cerca de donde finaliza nuestra ruta, la carretera suele permanecer sumergida bajo un metro de nieves, a veces mas, no sólo durante días, sino a veces, durante semanas.  La numeración kilométrica que aparece en los mapas se corresponde con los mojones antiguos que vemos en la carretera, aunque con un kilómetro menos. ES decir, donde en el mapa pone km. 24 (final teórico de ruta), en ese mismo lugar nos encontraremos el antiguo mojón con el km 23.Los mojones kilómetricos antiguos son los que aparecen señalados en el mapa.Porque resulta que después hay una doble y triple numeración kilómetrica: por un lado la vertiente almeriense (sur) que empieza a contar los kilómetros desde Escúllar. Y por otro lado la numeración de la vertiente granadina, que empieza a contar los kilómetros desde Caniles (cerca de Baza). 2º)A la hora de realizar esta ruta, conviene informarse del nivel de las aguas del arroyo Bodurria, que pasa por Caniles con el nombre de Gállego, porque si va muy crecido, puede resultar complicado afrontar los numerosos vados sin mojarnos. Por lo que habrá que llevar doble calzado para los tramos de riesgo de pie al agua o cuando menos dejar calzado cómodo para cuando lleguemos al coche. 3º) La ruta que describimos a continuación, está planteada de manera que el inicio de ruta lo situamos en la Casa Forestal de Floranes , al que llegamos por una pista terriza que parte cerca del km. 33 según nuestro mapa de referencia). Y finaliza en el km. 24. Para nosotros fue ideal porque íbamos 4 coches y a la ida nos pillaba antes el km 24 (ya que veníamos desde Escúllar),así que al pasar primero por el km. 24 dejamos allí un coche y desde allí, nos reagrupamos en los tres coches restantes con los que llegamos al cortijo de Floranes. 4º) Debido a la amplia red de pistas y caminos secundarios en esta zona del parque natural de la Sierra de Baza, existe la posibilidad de escoger una versión  más corta como por ejemplo: la lineal del Sendero oficial de Los Álamos Centenarios, que parte del punto kilómetrico km 24 (ida y vuelta). O bien, una circular de apenas 15 km, tomando como comienzo la pista que parte cerca del km. 25 y regresando por el sendero tradicional, que finaliza en el km. 24 (numeración según los mapas).



Tamo 1: Casa Floranes-Cortijo Arredondo (o de las Noguericas)

Después de dejar un coche a la entrada del carril que nos encontramos en el margen izquierdo de la carretera justo antes de llegar al km. 25 (FINAL PREVISTO DE RUTA), continuaremos hasta pasado el km. 33 donde en el margen  izquierdo de la carretera nos encontramos con el carril terrizo, que en poco más de 1 km nos lleva hasta la Casa Forestal de Floranes, muy cerca del cortijo del mismo nombre. Aunque parece ser que han cambiado la numeración de los km. y ahora se encuentra entre los km 12 y 13 de los nuevos mojones que cuentan a partir de Caniles (un cachondeo). 
Nada mas vadear el barranco del Tornazo, llegamos a la cortijada abandonada de Floranes, donde aún se percibía claramente la presencia del ganado

Una vez en el cortijo abandonado de Floranes, empezamos a caminar por una pista terriza y unos 50 m más allá nos encontramos una señalizacion que nos indica: Casa Forestal de Floranes a 120 m a la izquierda, llegando por un ramal secundario que traza una media luna, que podemos atrochar sobre la dócil ladera tapizada de aciculas de pino y de grandes ejemplares de piña, llegando en unos instantes a la Casa Forestal de Floranes,  con un cartel de la la Junta de Andalucía de Taller-Escuela, posiblemente por su restauración,  pues el aspecto exterior parece robusto y recientemente encalado, digno de mención es el patio interior al que se accede por un precioso arco de piedra que completa la forma cuadrangular del edificio, o más bien una "U" invertida y cuadrada a cuyo interior accedemos por el mencionado arco de piedra.

El hecho de ser antigua casa forestal nos lleva a pensar que este debió ser el cuartel general desde donde se organizó y se llevó a cabo el magnífico trabajo de reforestacion en muchos kilómetros a la redonda. Ojalá en el futuro se pueda rehabilitar cómo Centro de Información y albergue de montaña, al igual que el Centro de Visitantes Narvaez en la zona norte del Parque.
De regreso a la pista principal, nos encontramos con el panel  informativo del sendero: FLORANES-ARREDONDO por donde discurre el primer tramo de nuestra ruta.
Dejando a nuestra derecha el sendero Floranes–Cerro Panizo, conocido por su magnífico mirador. Seguimos por la pista forestal que discurre por un denso pinar, mientras nos acompaña el canto de los pajarillos, y numerosas huellas  de mamíferos que habitan el.parque cómo jabalíes, ciervos, zorros, jinetes, tejones, etc. A penas a un kilómetro del inicio atravesamos un cortafuegos cortafuegos que baja desde la cumbre Cerro Alonso (1.703 m) a nuestra izquierda y vuelve a subir hasta el Cerro Panizo (1.608 m) a nuestra derecha.
En a penas unos minutos de suave ascenso, llegamos a un collado donde nos encontramos con una doble indicación:  a la derecha: el sendero  Floranes-Cortijo del Tío Capote, que desde aquí  desciende hasta los antiguos cortijos cerca del arroyo Bodurria, otra zona privilegiada de la Sierra de Baza. Y a la izquierda nuestra ruta: Floranes-Cortijo Arredondo que continúa por la pista forestal donde se intercalan suaves pendientes en bajada, subida y llaneo. Siendo nuestro siguiente hito un bonito puente de piedra, justo donde la pista describe una suave curva a la derecha para salvar una barranquera, un poco más adelante la pista se va difuminando hasta transformarse en un sendero por el que iremos cruzando numerosas barranqueras, alternando pequeñas subidas y bajadas, pero con predominante pendiente descendente hasta el arroyo Bodurria.

Si mal no recuerdo, el siguiente hito es un panel descriptivo titulado Valle del río (arroyo) Bodurria,  sobre cuya imagen se identifican los principales lugares que desde allí contemplamos como: el mismo cauce del río (arroyo) Bodurria que podemos identificar claramente por la larga hilera de chopos (álamos) que flanquean sus orillas. En la ladera de enfrente podemos apreciar vestigios de la historia reciente de la Sierra de Baza en forma de cortijos y antiguos molinos, como el cortijo de la Loma, el de Pinar Hoya, incluso una antigua fundición de plomo conocida como la Fabriquilla, a los pies del Calar de Rapa, que es el monte que vemos al otro.lado del valle. En época de lluvias podremos deleitarnos  con la agradable melodía de la escorrentía del agua, destacando los pequeños barrancos de Plaza y de La Petronila,  pero no fue el caso.
De hecho tal y como nos íbamos acercando al cauce del arroyo Bodurria la ausencia del sonido del agua, ya nos adelantaba que nos lo encontraríamos seco. Una pena, pues el elemento acuático tanto para la vista, como para los oídos enriquece mucho cualquier ruta. Sin embargo, no es menos cierto que teniendo en cuenta la cantidad de veces que hay que vadear el Bodurria en este itinerario, resultó una circunstancia favorable para hacer más fácil nuestra progresión.

Una vez que llegamos al cauce del arroyo Bodurria, la ausencia de señalizaciones o de un sendero claro justo en frente, nos puede llevar a confusión.  Encontrando la continuación del sendero, caminando por el cauce seco, unos 20 m a la izquierda, tal y como llegamos al mismo y continuando. por el sendero que en amplios zigzags nos permite ir ganando unos 70 m por encima del Bodurria, hasta enlazar con una pista terriza que sin margen de error nos lleva hasta el  cortijo Noguericas o de Arredondo, situado junto a un estratégico cruce de pistas forestales del Parque. El cortijo, que aunque actualmente no está habitado, si parece estar en perfecto estado, tiene toda la pinta de servir de cuartel general para los guardas forestales que controlan esta zona del parque, junto a su entrada nos encontramos con un entrañable reloj de sol. Y en frente unas mesas con bancadas de madera nos ofrecieron el lugar perfecto para disfrutar de la primera parada de avituallamiento mientras nos recreabamos con las bonitas vistas del entorno, destacando los amarillos y dorados de los álamos del Bodurria, abriéndose paso entre las tonalidades verdes del.pinar, encinar y otras especies como los cedros que parecen haberse adaptado a la perfección en esta Sierra de Baza.

Tamo 2: Cortijo Arredondo-Casas de Santa Olalla-La Pantaneta

Una vez finalizado el avituallamiento en las mesas aledañas al cortijo Arredondo (o "de Las Noguericas"), desa´ndamos el corto ramal que nos devuelve al sendero principal, dejando a nuestra derecha un ramal de pista que se dirige a Los Prados del Rey (entre el calar desanta Bárbara y el picón de Gor y siguiendo nosotros por el ramal que nos lleva dirección S-O, teniendo siempre como referencia el Valle del Bodurria a nuestra izquierda. Inmediatamente después llegamos a una bifurcación, el ramal principal (por el que nosotros vamos, continúa de frente descendiendo hacia el Bodurria, para remontar el valle por la vertiente opuesta hasta enlazar con la carretera que atraviesa el parque la GR-8100. Pero nosotros tomamos el ramal secundario, una desdibujada pista que sale a la derecha y que al principio discurre mas o menos paralela a la principal, pero poco a poco se va separando de la misma gradualmente, mientras nos vamos adentrando en una zona donde se intercala el pinar con algunas manchas del bosque original de encinar.

Unos 15 minutos mas allá del mencionado cruce llegamos a un refugio de piedra a la izquierda del camino y otro ladera arriba, a nuestra derecha, probablemente, antiguos refugios de pastores, que coincide con la modesta barranquera de los Porqueros (el nombre ya nos da una pista), aquí finaliza el desdibujado carril, pero un sendero nos permite continuar faldeando la ladera, prolongando la misma trayectoria que traíamos, hasta llevarnos a una zona despejada, donde nos encontramos con viejos bancales de cultivo, mientras que al otro lado del arroyo Bodurria, vemos un pequeño conjunto de asas de piedra (bajo estas líneas). 
Desde esta zona de bancales, debemos comenzar a descender al arroyo Bodurria, no existe ningún sendero principal, pero sí algunos senderillos de cabra que nos van dando una pista de los lugares mas favorables para descender hasta el arroyo, si bien, la ladera no es muy escarpada, ni el matorral lo suficientemente denso como para impedirnos bajar mas o menos por donde queramos.
Una vez en el arroyo, lo tomamos aguas arriba, es decir, a nuestra derecha, tal y como descendemos al mismo, en nuestro caso nos lo encontramos seco, pudiendo caminar a veces por su mismo cauce y la mayoría de las veces, bien por su margen izquierdo, bien por su margen derecho, tomando como referencia, pequeñas sendas que a veces discurren paralelas al arroyo, a veces haciendo eslalon para esquivar los numerosos arbolitos, que sin éxito han intentado plantar, a pesar de sus mallas protectoras, pues los han plantado en zona de crecidas, donde las aguas torrenciales se han llevado por delante todo lo que han encontrado a su paso. 
El siguiente hito de nuestro recorrido es un primer muro de contención cual pequeña presa, para amortiguar el efecto de la erosión, cuando las aguas del Bodurria bajan muy crecidas.

Nada más pasar esta presa, caminando por el margen izquierdo del arroyo Bodurria (derecho en el sentido de nuestra marcha), no tardamos en ver a nuestra derecha las primeras casas de piedra de Santa Olalla, hacia donde dirigimos nuestros pasos, llevando a nuestra izquierda la caída hacia el Barranco tributario "de Las Casas" y a la derecha, ladera arriba, las casas en estado semi ruinoso, pero con mucho encanto, que bien merecen la pena ser exploradas.

A continuación tomamos prestado un pequeño fragmento de la interesante revista digital: “Proyecto Sierra de Baza": “Esta bella aldea de la Sierra de Baza, se localiza en la ribera del arroyo Bodurria, a la altura del llamado Barranco de Las Casas, el que desciende desde el Calar de Rapa (2.244 m). La zona ha estado habitada hasta hace apenas unos años, siendo esta aldea el último reducto de la presencia humana en el arroyo Bodurria, la principal columna hidrográfica de esta Sierra y que unos kilómetros más bajo, ya en el término de Caniles, tras juntarse con la Rambla de Granada, pasará a denominarse Río Gállego primero y Río de Baza después. En la zona es perfectamente visible la confluencia de los dos principales sectores geológicos de esta sierra: el nevado-filábride y el alpujárride, siendo muy vistosos los afloramientos de mármoles cipolínicos, que contienen bandas de láminas micáceas, en el mismo cauce del arroyo, por lo que aparecen pulidos naturalmente por el agua.

Las Casas de Santaolalla fueron un importante núcleo de población de la Sierra de Baza, como podemos percibir a primera vista, dando un  paseo por sus ruinas, llegando a contar con un molino de agua, el llamado Molino de Barragán, que se emplazada en la margen derecha del arroyo Bodurria".

Una vez explorado este primer tramo de casas, debemos descender perpendicularmente por una zona de bancales, hasta un llano muy cercana al arroyo de Las Casas al que accedemos por un angosto sendero que desciende forma empinada por un talud  que nos deja en el cauce seco, justo en frente otro ramal de sendero, nos lleva en empinada subida a la otra zona de casas que se encuentran al otro lado del arroyo,  donde aprovechamos para fotografiarnos junto a la casa que se ve que ha estado habitada hasta fechas muy recientes. Esta zona conserva, aunque muy deteriorado, el sistema de riego con el que estaban dotadas sus terrazas de cultivo, en las que se cultivaban unas patatas de una calidad excepcional, de modo que aún podemos localizar algunos de los acueductos y presas con los que los serranos tomaban el agua para conducirla hasta sus terrenos de labor.

Continuamos caminando en paralelo al barranco de las Casas, eligiendo nosotros cualquiera de los senderos de cabra que discurren por su margen derecho, hasta desembocar de nuevo en el cercano arroyo Bodurria; siendo éste el único tramo que se presta a confusión en todo el recorrido, que si bien a grandes rasgos consiste en remontar el arroyo Bodurria aguas arriba, concretamente en este punto la vegetación ribereña presenta una densidad notable y a veces puede costar un poco encontrar el paso más propicio, para retornar s u cauce, descendiendo por un talud, al tiempo que nos abrimos paso por algún túnel de zarzas, hasta que por fin cruzamos el arroyo Bodurria, que por aquí ya llevaba un pequeño hilillo de aguas cristalinas y comenzamos a caminar por su margen derecho, es decir, izquierdo en el sentido de nuestra marcha. De manera que llevamos en todo momento el modesto cauce del Bodurria a nuestra derecha. Al llegar a un segundo muro que hace las veces de pequeña presa en el río, el sendero comienza a ganar altura para salvar los resaltes rocosos que forman parte de la "Cerrada o Angostura del Bodurria" que dejaremos a nuestra derecha, hasta que poco después nos encontramos con un tercer muro de contención (otra presa), que al igual que la anterior forma una "Pantaneta de regulación" que se acondicionó a final de los años setenta del pasado siglo XX, para controlar las grandes avenidas que producían las aguas en estos parajes, cuando tenían lugar lluvias torrenciales.
Esta Pantaneta evitó en 1998, que la maquinaria que había iniciado la deforestación de todo el arroyo Bodurria, (al amparo de una autorización dada para retirar “maderas muertas o deterioradas previamente señaladas” y que en realidad supuso la tala de la práctica totalidad de la vegetación de ribera que se localizaba río abajo desde la altura del arroyo con la confluencia del camino que conduce al Área Recreativa del Pinarillo hasta esta presa), se salvara, al no poder continuar la maquinaria pesada con la actuación desforestadora, de modo que es muy apreciable el contraste que presenta el arroyo aguas abajo de la presa por donde hemos llegado y aguas, junto a las que comenzaremos a caminar a partir de este momento. A partir de esta última pantaneta  ya tomamos una  vereda mucho más clara, que nos acerca a una pista que pronto veremos a nuestra izquierda, por la que también podemos caminar, hasta que  dicha pista traza una curva de 180º, justo en el lugar donde cruza el arroyo Bodurria y continúa por la vertiente contraria. En este punto nos encontramos con el cartel de Final del "sendero de Los Álamos Centenarios", ya que teóricamente empieza desde la carretera, pero nosotros lo recorreremos a la inversa, de manera que para nosotros será el principio, donde una preciosa alameda, formada por varias hileras perfectamente alineadas de jóvenes chopos nos dio la bienvenida.

Tamo 3: Sendero de los Álamos Centenarios (con subida opcional al Peñón de la Lechera y cerro Padilla)
Desde el cartel de Fin de sendero de Los Álamos centenarios, comenzamos a caminar por cualquiera de los angostos senderistos de cabra que discurren paralelos al cauce seco del arroyo, que de momento llevamos a la derecha y más adelante llevaremos a la izquierda, la abundancia de álamos justifica el nombre del sendero, si bien los que se encuentran todavía por aquí, nos bastante jóvenes. Pero el amarillo y dorado de sus hojas le aportaba gran belleza al paisaje, en contraste con algunos cedros de elegante porte con sus hojas verde oscuro y sus curiosas piñas.

Por aquella zona nos encontramos con las dos únicas personas que vimos en toda nuestra ruta, un hombre cogiendo "setas de chopo" y poco después un pastor que guiaba un rebaño de no menos de 250 ovejas, que pasaron junto a nosotros a una distancia prudencial, unas por el mismo lecho del Bodurria y otras ladera arriba. Este tramo es muy dócil y es prácticamente llano, salvo pequeñas subidas para remontar algún montículo, apenas perceptible sobre un mapa topográfico. 
Quince minutos después pasamos junto a un castaño centenario, que ya nos anunciaba nuestra proximidad a la aldea de Los Mellizos, que ya veíamos al otro lado del arroyo Bodurria, que ahora llevábamos a nuestra izquierda, caminando ya bajo dorados y amarillos álamos de un porte cada vez mayor. Atravesado el cauce seco del arroyo, remontamos unos 40 m de desnivel, ladera hasta llegar a la antigua plaza principal de la aldea, justo delante de los restos de la fachada de la Ermita de San Antonio (fundada en el año 1868) y dedicada en sus tiempos a la devoción del Santo, un auténtico monumento y símbolo de su época, del que solo quedan ahora sus paredes maestras, habiéndose hundido totalmente la cubierta. Frente a su fachada estuvimos almorzando en fraternal almuerzo de hermandad sendérica donde no faltó buen queso, buen vino para brindar por el nieto de Fran, que se llamará "Nathan" y de postre unos bombones Ferrero Roché que estaban en perfecto estado (sin haberse derretido lo más mínimo), pero la gran sorpresa para todos fue la enorme colección de creps que trajo "Arnaud" ("Nono") además de un bote de delicioso chocolate y limones naturales con azúcar, de manera que podías elegir según el gusto de cada uno, aunque la mayoría probó los dos sabores y algunos/as hasta tripitieron. La perfecta armonía del grupo, la temperatura óptima, la sensación de paz infinita, unidas a la magia del lugar y las bonitas vistas con aquellos magníficos álamos dorados a nuestros pies, hacían que diera mucha pereza moverse después de comer. Pero estos lugares mágicos, al igual que las cumbres míticas, suelen ser moradas para los Dioses, soliendo estar limitado el tiempo de estancia en ellos para la mayoría de mortales.



Así que parte del grupo nos pusimos a explorar sus casas y alrededores, mientras otros hacían yoga, con el único sonido del canto de los pajarillos, paseando por los restos de sus antiguas huertas, las acequias de riego, ó las viejas casas de piedra de esta aldea que fue lugar central de reunión entre los vecinos de la Sierra,  las lejanas poblaciones de Caniles o Escúllar quedaban a mas más de ocho horas de pesado y lento caminar. Si a esto añadimos lo riguroso del clima, a más de 1.700 metros de altitud, lo que se traduce en inviernos fríos, con nevadas abundantes, comprenderemos los duros esfuerzos de sus habitantes por sobrevivir en éstas áreas de alta montaña, donde la ganadería y una agricultura escasa y de subsistencia, debido al corto verano, fueron las bases del sustento. 
Las ruinas muestran los restos de una rudimentaria arquitectura basada en los recursos del entorno: muros de piedra unidos con mortero y techos de viga con pizarra y launas también llamadas de "tierra roja", actualmente en estado ruinoso de abandono. La aldea de Los Mellizos ya era citada en el Catastro de Ensenada (1753).Otrora importante lugar de transacciones y mercado bisemanal de esta sierra (los días 2 y 16 de cada mes). Las permutas e intercambios de mercancías eran lo más corriente; la moneda apenas se utilizaba y la mayoría de la población vivía al margen de la economía monetaria. Tal fue la importancia de este mercado, que era conocido fuera de las fronteras meramente comarcales y a él acudían vendedores ambulantes con caballerías cargadas para cambiar las mercaderías que transportaban por los productos que ofrecían los serranos: patatas, trigo, centeno, lentejas, queso, huevos y frutas, de modo fundamental. 
 
Aquí se celebraba también unas fiestas anuales el primer domingo de septiembre, coincidiendo con la finalización de la recolección de la cosecha de cereales y posterior trilla, siendo un lugar muy concurrido y conocido en toda esta sierra, hasta que hacia los años sesenta la aldea quedó completamente deshabitada y abandonada. Si nos introducimos en la aldea, debemos tener cuidado de no entrar en las casas que, por su situación de abandono y ruina, representan un manifiesto peligro y contentarnos con visitar sus empinadas calles. En toda esta zona de Los Mellizos abundan los cerezos silvestres (Prunus avium) de hecho este paraje fue conocida en la antigüedad como "Royo del Cerezo". Aún en día se conservan en el lugar algunos de estos excepcionales ejemplares.

Una vez finalizado el almuerzo y la sesión exploratoria, volvimos a descender al sendero, que discurre paralelo al arroyo Bodurria, el gran protagonista de este itinerario y conforme íbamos avanzando nos encontrábamos con unos ejemplares de álamos negros extraordinarios, posiblemente tricentenarios, al igual que algunos de los míticos castaños del valle del Genal en el sector Pujerra-Igualeja. En este tramo del itinerario, se han llegado a contabilizar cerca de doscientos álamos negros (Populus nigra) bi o tricentenarios que componen el majestuoso bosque galería del arroyo Bodurria, que convivieron durante muchos  lustros con los casi cinco mil habitantes de la Sierra de Baza.


Un poco mas allá de la aldea de Los Mellizos llegamos a la zona donde se encuentran los 200 álamos tricentenarios, junto al arroyo Bodurria". Las arrugas de sus enormes troncos, a veces deformes, han sido talladas profundamente por el sol, el viento y la nieve. Estos álamos convivieron durante lustros con los casi cinco mil habitantes de la zona... Hoy, junto a los robustos árboles, sólo quedan las ruinas de sus casas... La soledad de los árboles, que rara vez se ve alterada por el hombre. Pues el Parque Natural Sierra de Baza, es uno de los menos visitados de Andalucía. La aridez de la comarca que rodea la sierra no invita a imaginar los bellos paisajes y la rica biodiversidad -animal y vegetal- que encierra en su interior... "Cada árbol constituye un pequeño ecosistema en sí mismo. En la oquedades de los longevos troncos pueden habitar insectos, aves y pequeños mamíferos" explicaba José Ángel Rodríguez, Presidente del Proyecto Sierra de Baza... Los álamos conviven junto a otras especies comunes en la vegetación ribereña, como sauces y cerezos silvestre.

La soledad de estos árboles rara vez se ve alterada por el hombre, pues nos encontramos en el parque natural menos visitado de Andalucía, situado en la parte nororiental de Granada. La aridez de la comarca que rodea la sierra hace difícil imaginar los bellos paisajes y la rica biodiversidad -animal y vegetal- que encierra en su interior... "Cada árbol constituye un pequeño ecosistema en sí mismo. En la oquedades de los longevos troncos pueden habitar insectos, aves y pequeños mamíferos" explica José Ángel Rodríguez, Presidente del Proyecto Sierra de Baza...

Los álamos conviven junto a otras especies comunes en la vegetación ribereña, como sauces y cerezos silvestre y otras más atípicas como los cedros.


Poco después de finalizar el tramo más espectacular de Los Álamos Centenarios, nos encontramos con un prado a la derecha, presidido por la Fuente-abrevadero de "La Fraguilla" de gran importancia para la ganadería y la fauna de la zona, e incluso para algunos senderistas de leyenda. Desde la Fuente de la Fraguilla en poco más de quince minutos llegamos al lugar donde, la pista presenta una pendiente más acusada, se trata justo del lugar donde confluye el joven arroyo Bodurria, que viene de la vertiente sur del cerro Padilla, con el barranco del Aguardentero que viene de la vertiente oeste del cerro Padilla, en paralelo a este arroyo, que llevaremos a nuestra derecha hasta el final del recorrido, discurre la pista que nos devuelve al teórico km 25 de la carretera, donde se encuentra el panel de "Inicio de sendero de los Álamos Centenarios".

En este punto se dividió el grupo, por un lado los que continuarían por la pista, que finalizarían una hora y cuarto antes y que realizaron la impagable labor de recuperar los vehículos que habíamos dejado previamente en el cortijo de Floranes (desde donde iniciamos la ruta). Y el resto, encaramos el extenuante cortafuegos que nos lleva al Peñón de la Lechera, salvando unos 300 m en poco más de un kilómetro, tratándose en realidad del punto más alto de la redondeada loma por la que pasa la línea interprovincial, Granada-Almería, sobre la que estuvimos caminando en dirección S-E, mientras nos recreábamos con las vistas hacia Sierra Nevada, quedando más cercano a nosotros el sector del Chullo y el Mojón Sanjuanero. En poco más de media hora llegábamos a la carretera, desde donde accedimos por una pista de escasa pendiente hasta el cerro Padilla, presidido por su vértice geodésico (2.061 m), junto a una caseta de vigilancia contra incendio muy parecida a la que nos encontramos en el cerro Lopera o el Salto del Caballo de Sierra Almijara. Destacando al Oeste y noroeste: los cerros de Tejoletos ,Picón de Gor, Calar de Rapa, Calar de Casa Heredia, Calar de Santa Bárbara, al norte la Sagra, cual "Kilimanjaro del altiplano granadino" con Castril al fondo. Al Sur la Sierra Nevada almeriense, al suroeste la Sierra Nevadaa granadina y al Este los Filabres almerienses.


Una vez finalizada la sesión de fotos en el cerro Padilla, descendimos sobre nuestros pasos hasta una pequeña construcción con paneles solares junto a la que pasábamos unos 100 m antes de llegar al v.g. tomando esta vez un ramal de pista que desciende por la vertiente contraria a la que habíamos ascendido, llegando a la carretera en apenas 15 minutos, en perfecta sincronización con los compañeros que ya venían a recogernos con sus vehículos. Reorganizándonos para reubicarnos cada uno en los vehículos en los que habíamos venido, descendiendo esta vez no hasta Escúllar, sino hasta Caniles cerca de Baza, que nos pareció mucho más rápido, con menos curvas y mejor carretera que la vertiente almeriense. En nuestro descenso a Caniles escuchábamos en la SER el discurso de investidura, con los divertidos turnos de réplica de Iglesias, Rufián y compañía. Llegando con las últimas luces de la tarde, a un bar que estaba muy bien en la plaza de Escúllar, donde brindamos por tan magnífica ruta compartida (aunque esté mal que yo lo diga).

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