sábado, enero 20, 2018

Guajar Faragüit-Castillejo-cerro del Palinar

Cómo llegar a Guajar Faragüit: La referencia es la localidad de Motril y mas concretamente la antigua carretera N323, Motril-Granada, a la altura del emblemático Cañón del Guadalfeo, nos encontramos con el desvío que ya nos indica hacia Guajar Fondón por donde pasaríamos primero y después Guajar Faragüit.
Distancia: 16, 3 km
Desnivel: 960 m
Nivel de Dificultad: Alto (por el desnivel a superar)
Tipo de recorrido: Circular
Tipo de suelo: 60% sendero terrizo y algo pedregoso en algunos tramos. 35% pista forestal y caminos de huerta. 5% casco urbano de Guajar Faragüit al inicio y final de recorrido.
Principal escollo: Al final del itinerario hay que vadear el Arroyo de la Toba, en un punto donde sería imposible evitar el contacto con el agua, si el río baja muy crecido.
Fecha de realización: Sábado 13 de enero 2018.
Crónica y fotografías: Juan Ignacio Amador con la colaboración de Antonio Pascual, Inma Ruiz y Miguel González.
55 Participantes (todos socios de Comando Preston):
1 - Paco Leal, 2 - Paco Castillo, 3 - Paco Jaime, 4 - Jose Manuel Vazquez, 5 - Marita
6 - Isabel Bedoya, 7 - Manuel Jesús, 8 - Manuel Esteban, 9 - Marlis Hofer, 10 - Ana Martinez, 11 - Manuel Alvarez , 12 - Antonio Pascual, 13 - Mercedes Gonzalez, 14 - Pepe , 15 - Rosa , 16 - Soledad Cantero, 17 - Antonio Martin, 18 - Fran , 19 - Alicia
20 - Juan Manuel Ramirez, 21 - Marivi, 22 - Paco Verdugo, 23 - Emilio Dominguez
24 - Juani, 26 - Pedro Arenas , 27 - Julio Pelaez, 28 - Jose Guerrero Bermudez
29 - Diego Martinez Linares, 30 - Paco Moreno, 31 - Miguel Fortes, 32 - Josefa Rebollo
33 - Cristina Piqueras, 34 - Brida Bisculm, 35 - Carmen Moreno, 36 - Inma Castillejos
37 - Padre karras, 38 - Isabel Diaz Morales, 39 - Angel José Miranda, 40 - Carmen
41 - Manolo, 42 - Miguel Gonzalez Dominguez. Además de los nuevos socios:
43 - Inmaculada Ruiz Ramirez, 44 - Santiago Ruiz Agulera, 45 - Carlota Comino
46 - Pepi Perez Muñoz, 47 - Isaac Gonzalez Romero, 48 - Jose Manuel Moreno
49 - Pepe Valenzuela, 50 - Salvador Salas Guerrero, 51 - Ana Perez Salas
52 - Rosa Maria Luque, 53 - Carmen Perez Galisteo, 54 - Natividad Diaz Gonzalez
y 55 - Montserrat Azuaga acosta
Carambolas del destino:
Cuando dos días antes se anunciaba que debido a las inclemencias meteorológicas se posponía la ruta de Quentar para mas adelante y se recurriría a un Plan B, muchas dudas pudieron surgir. Sin embargo, tal es la confianza del grupo en el buen criterio de nuestros magníficos guías Manuel y Carmen, que se completaron las 55 plazas del autocar, asiento del guía incluido con el padre Carras para bendecir la ruta. Puntuales a la cita acudimos todos a la hora prevista y cual cita a ciegas, nos llevó hasta el recóndito pueblo de Guajar-Faragüit en la misteriosa Sierra de Los Guajares. Una zona desconocida para la mayoría de los participantes, a caballo entre Sierra Almijara, el Valle del Lecrín y las sierras de Ítrabo y El Chaparral.

Si el enclave del pueblo ya es bonito de por sí, la ruta fue una auténtica delicia de principio a fin, con un inicio y final callejeando por sus calles recoletas, continuando la primera ascensión hasta las ruinas del Castillón, y posterior subida hasta el cerro del Palinar, entre frondosos bosques de pinos, y abundante matorral de romero, brezo y tomillo en los márgenes del camino. Rodeado de un precioso entorno montañosos de principio a fin en un recorrido marca de la casa, donde una vez mas fue un auténtico lujo contar con el buen hacer de nuestros ya míticos guías Don Manuel Manzanares y Carmen Cabello y por contar con un grupo tan competente, pues no es fácil coordinar un grupo de 55 personas, con una ruta de casi 1.000 m de desnivel, en estos días que aún son los mas cortos del año, donde hay que hilar muy fino, calculando distancias y desniveles para manejarse con un grupo tan númeroso, si bien es cierto que los prestonianos dejaron una vez mas el pabellón en lo mas altos. Muchísimas gracias a todos por vuestra colaboración y por vuestro buen hacer.
Curiosidades: Los Guájares , en árabe, lugar abrupto, escarpado, de difícil acceso, y nombre de un bello valle subtropical formado por el rio La Toba,y municipio formado por las localidades de Guájar Fondón, Guájar Alto y como núcleo más importante y que alberga su ayuntamiento  Guájar Faragüit, cuyo nombre significa “jardín escondido”. 
Principales alicientes: Se trata de una ruta tan sorprendente como reconfortante, que en una primera ascensión a modo de calentamiento, nos lleva hasta uno de los espacios más singulares que esconde Andalucía como es El Castillejo, también conocido como el Machu Picchu andaluz, poblado almohade del siglo XIII. Este itinerario es el resultado de enlazar varios senderos de herradura que unen este yacimiento arqueológico con las aldeas de Guajar Faragüit y Guajar Alto, que en su primer tramo coincide con el SL-A 52 o Sendero del Castillejo y en el último tramo nos lleva de vuelta a Guajar Faragüit por el  SL-A 53 o Sendero del Río de la Toba. Pasando junto al desconocido y recóndito  Barranco del Fuerte ó el Barranco del Valle que nos ofrece una espectacular perspectiva de la mole piramidal que constituye El Fuerte, dominando desde las alturas este agreste paisaje.  También resulta muy gratificante el inicio y final de ruta callejeando por el entramado de calles de Guajar Faragüit de marcada traza morisca, a pesar de los añadidos de construcciones recientes, sin que por ello pierda su esencia.  Una ruta altamente recomendable para los amantes de los viejos senderos y caminos que hallarán en este recorrido un inesperado edén subtropical que a buen seguro hará las delicias de quien lo visite.
Relativamente cerca se encuentra la cascada de la Acequia del Río de la Toba, pero eso quedará pendiente para una posterior visita.
Descripción de la ruta:
Tras una laboriosa maniobra para que el autocar se pudiera orientar dirección salida del pueblo, nos bajamos todos y sin más dilación nos pusimos en marcha. Pues el grupo era numeroso, el día corto y nos esperaban casi 1.000 m de desnivel acumulado de ascensión. Nos adentramos en Guajar  Faragüit por la Calle Jesús, donde las gentes del pueblo nos miraba con cierta curiosidad, pero acostumbrados ya a la visita de grupos senderistas. Recuerdo muchos perros pequeñitos que nos ladraban al pasar y una señora mayor con uno de ellos en brazo, entre gestos de mucho cariño que me inspiraron gran ternura y que desde mi alma agradecí, como siempre que veo a alguien tratando bien a los animales. Entre callejuelas recovecas de marcada traza morisca, y trazado laberíntico, fuimos atravesando la localidad, siempre en descenso, dejando a nuestra derecha dos fuentes, pasamos frente a la Iglesia de San Lorenzo donde hicimos un breve reagrupamiento, llegando poco después a la zona conociad como  "Las Escuelas", en la parte baja de Guajar Faragït (Calle Motril). Tomamos una pista hormigonada que desciende hasta el río entre bancales de frutos tropicales.
Salvamos las cristalinas aguas del Río de la Toba, flanqueado por altos cañaverales, por un rudimentario puente de cemento, desde donde iniciamos la ascensión por la vertiente contraria, pasando junto a fincas dispuestas en bancales de aguacates, chirimoyos, naranjos, limoneros, granados, etc. todo un autentico vergel. Antaño al río de la Toba, también se le conocía como Río de la Sangre.
Ya al otro lado del río pasamos junto a unos abrigos rocosos conocidos como  la "Cueva de Allá de Caras" de donde brota el manantial conocido como "Fuente Santa", el sendero va ganando altura en sucesivos zig-zags, mientras vamos pasando por bancales de frutales, donde predominan los aguacates, cuyo exigente riego está mermando nuestros recursos hídricos de forma considerable. Continuamos por el sendero hasta encontrarnos con una acequia de origen árabeconocida con la peculiar denominación de "Allá de Caras" que nos acompaña durante unos metros. El sendero discurre por un paisaje de almendros, desde aquí la pendiente se hace más pronunciada.
Al llegar a lla altura de un bosque de pinos ya nos quedará muy poco para llegar al Yacimiento Arqueólogico de "El Castillejo", de visita obligada. Se trata de un antiguo poblado Almohade del siglo XIII, donde están marcadas algunas de sus casas, que con un poco de imaginación nos ayuda a reconstruir mentalmente, cómo habría sido aquel poblado en su día, ubicado en tan estratégica atalaya. Que de forma romántica (aunque muy exagerado) es conocida por algunos  como el "Machu Pichu andaluz" por lo recóndito de esta sierra de Los Guajares, una gran desconocida para muchos.
Al contrario de lo que podría deducirse por su engañosa denominación de Castillejo, no se trata de un castillo, sino de un poblado fortificado de época almohade, siglo XIII, construido de tapial y mampostería. La entrada principal es de doble recodo y sus casas tenían un patio central con las habitaciones alrededor. El aljibe está en lo más profundo del poblado y no se ha encontrado el cementerio ni las letrinas. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1989.

Abandonamos la antigua aldea morisca conocida como "El Castillón" en dirección oeste, por un marcado sendero que da vistas al cerro del Palinar y El Haza del Buho.
En el primer tramo a la izquierda del sendero, tenemos vistas hacia nuestra izquierda, del barranco del Rendate y algunas parcelas agrícola, donde núncan depositos de agua de forma circular.
Poco después el sendero, comienza a girar dirección N, N-E, como si comenzáramos a regresar a Güajar-Faragüit, que de hecho iremos viendo de frente, mientras perdemos altura por empinados zig-zags, hasta que llega un momento que el sendero comienza a girar hacia la izquierda dirección OESTE, comenzando a ganar altura de forma mas suave entre altas aulagas y olivos, mientras que a nuestra derecha, vamos llevando la caída hacia el Valle del río de la Toba, vistas sobre Güajar-Faraguit, a los pies del Alto de Las LLanadas (1.236 m), y mas a la izquierda, como principales referentes orográficos de nuestra ruta en el horizonte norte:  el cerro Gordo (1.268 m) y el cerro Giralda (1.431 m).
LLega un momento, en que el sendero dibuja la clásica curva de herradura para salvar un barranbquillo, encajonado entre bloques de arenisca que a veces nos obliga a salvar algún que otro escalón, cerca del cual una goma negra para el riego, nos servirá de referencia para certificar que estamos en un punto clave para no errar la trayectoria en nuestro itinerario. El sendero continúa al otro lado del barranquillo, para llevarnos de vuelta a Güajar Faraguit, pero esa opción la dejamos para el final de nuestro itinerario, ya que ahora debemos comenzar a ganar altura atravesando una parcela de olivos y almendros, que queda a la derecha del sendero.

Al final de esta parcela de olivos parte un sendero muy marcado a la derecha (S-O) que es por donde regresaremos y otro mas difuminado de frente (S), por "la Cuesta del Quemao".                      
Que en prolongada ascensión entre pinos y abundante matorral de brezo nos lleva hasta el collado de La Viñuela, donde se hizo una obligada parada de reagrupamiento.
Si la trayectoria por la Cuesta del Quemao, hasta el collado de la Viñuela, tiene marcada trayectroria SUR. Al llegar a dicho collado debemos doblar a la derecha, es decir, cambiamos a rumbo OESTE, remontando un pequeño talud, para enlazar unos metros mas allá con un angosto, pero bien marcado sendero, por el que vamos a ir ganando altura poco, a poco, a veces en cerrados zig-zags, a veces en prolongadas pendientes hasta una plataforma situada sobre el Haza del Buho, donde estuvimos almorzando sobre un dócil terreno muy alomado donde predominaba el esparto, mientras llegaba el paciente equipo de apoyo con "el farolillo rojo".

Tras el almuerzo, aprovechamos la magnífica atalaya para hacernos la foto de grupo... y subgrupos.

Desde esta zona se vislumbraban algunas de las cumbres mas occidentales de Sierra Nevada, como el cerro del Caballo.


Realizada la foto de grupo, regresamos sobre nuestros pasando junto a la zona donde habíamos almorzado para coronar el redondeado cerro del Palinar, desde donde descendimos hacia la cercana pista forestal que queda a la derecha del mismo, hacie el OESTE.
Aunque se trata de una pista forestal, este descenso nos permite descubrir parajes de gran belleza, que tiene como principal protagonista la Cañada de la Cruz, que al principio va quedando a nuestra izquierda, mas adelante lo dejamos a nuestra derecha y finalmente otra vez a nuestra izquierda, tras prolongados zig-zags, mientras nos vamos recreando con la belleza de sus densos bosques de pinos, los tajos que van quedando a nuestra espalda o las principales montañas de esta zona, tan interesante, como poco conocida para muchos.
 Aprovechando la última pausa de reagrupamiento que se hizo, abandonamos momentáneamente la pista forestal a nuestra izquierda, para coronar el cercano cerro del Cordel de Los Jarales, que le da nombre al cortafuegos que pasa por allí y remonta la ladera, hasta el cerro del Palinar, cerca de cuya cumbre habíamos almorzado.

 En la imagen de arriba aparecen juntoal rudimentario vértice del cerro del cordel de Los Jarales aparecen, de izq. a der.: José Manuel Vázquez, Antonio Pascual, Manuel Álvarez, Ana Martínez y Emilio Domínguez.
Sobre estas líneas José Manuel Vázquez, inmortalizando el Valle de los Guajares con Guajar-Alto al fondo. Regresando sobre nuestros pasos hasta la pista forestal retomamos rumbo ESTE y a poco mas de un kilómetro la pista finaliza y sin cambiar de rumbo continuamos por un angosto pero bien marcado sendero por el que volvemos a adentrarnos en un frondoso pinar, por encima de cuyas copas volvemos a vislumbrar la localidad de Guajar-Faragüit.
Este último tramo del recorrido, coincide con el sendero Guajar Faragüit-Guajar Alto-Albuñuelas, por el camino del río de La Toba, donde una fina llovizna, a veces pequeño chaparrón, nos fue acompañando hasta el final del itinerario.
Tras una sucesión de toboganes donde se alternan varias subidas y bajadas el sendero nos devuelve al olivar que atravesamos en la primera parte del recorrido en sentido subida y que ahora atravesamos (sobre nuestros pasos), en sentido bajada.
Al llegar al final del mismo, en vez de tomar el ramal de la derecha, que fue por donde llegamos después de visitar el "Castillón", ahora tomamos el sendero de la izquierda, que pronto nos llevará en sinuosos zig-zags y pronunciada pendiente hasta la zona de huertas cercana al río de la Toba,
que pasaremos por un vado muy precario, donde hay que extremar la precaución para no meter el pié en el agua y donde resulta muy fácil resbalar como se aprecia en estas imágenes.
Y eso que el río no bajaba crecido, en ese caso podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que será imposible cruzarlo sin meternos en el agua.
Superado el vado enlazamos con una pista de cemento por la que remontamos una empinada rampa que ya nos sitúa en la carretera,que tomándola a la derecha ya nos lleva sin margen de error hasta Guajar-Faragüit, pero para no hacer todo lo que resta de recorrido por la misma, al llegar al inicio de la carrada curva de herradura que traza la carretera para salvar el Barranco de La Alberca, podemos tomar la pista que va por debajo de la carretera, se trata de un camino vecinal, para acceder a las fincas frutícolas, junto a las que ya nos acompañan hasta que entramos en el pueblo, sumergiéndonos de nuevo en su sinuoso trazado morisco, buscando las calles mas altas para retornar al punto de
inicio, situado estratégicamente junto al bar, donde el grupo brindaba por una preciosa ruta (tapa gratis incluida) y el grupo de cola con gran espíritu de solidaridad, llevaba en volandas a la compañera a la que se le hizo muy larga la cuesta de Enero (incluso en las bajadas).
Nuestra mas sincera enhorabuena a Carmen y a Manolo por esta ruta, y al grupo de cola por vuestra tremendas dosis de paciencia y solidaridad, que fuistéis los auténticos héroes de aquella jornada.

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