

Domingo, 24 de diciembre de 2006
Cascada del Río Xallas sobre la Ensenada de Ézaro y Ascensión al Monte Pindo “El Olimpo Celta”
Cascada del Río Xallas sobre la Ensenada de Ézaro y Ascensión al Monte Pindo “El Olimpo Celta”

SITUACIÓN:
Si no venimos de directamente desde A Coruña capital o alrededores, lo mas normal es que lleguemos a “La Costa da Morte” entrando por la parte Sur, es decir, entrando por la Ría de Muros y Noia, todo un espectáculo visual, circundada de grandes pinos y eucaliptos que han sobrevivido a los últimos incendios. Nada mas doblar el pronunciado saliente que nos deja ya orientados hacia el norte, la Costa da Morte nos da la bienvenida una peculiar lengua de tierra que se adentra en el mar, rematada al final por el Monte Louro, que no escapó a los terribles incendios de agosto´2006 y a sus pies una laguna “Lagoa das Xarfas”, el lugar bien merece una parada en el camino. Estamos a la altura de la localidad de Louro que dejamos atrás casi sin darnos cuenta, al igual que Lariña y Miñarzo, trasesta localidad, se abre ante nosotros la impresionante playa “Praia da Carnota".


Afortunadamente quedaba el plato principal, regresar a la muy cercana localidad de “O Pindo”, a penas a 1 km. de distancia, donde me dirigí a la Iglesia de “San Clemente” situada a orillas del mar, tras la que nos encontramos un pequeño parque infantil y el primer panel informativo donde para orientarnos sobre esta ruta de la Subida a “A Moa” (el techo del Olimpo Celta) desde “O Pindo” sin duda todo un clásico en lo referente a las rutas senderistas por la “Costa da Morte” una imponente mole de granito rosado que deja hipnotizado al viajero que se adentra por estas tierras.

A pocos metros de la iglesia, nada mas salir atravesamos uno de los numerosos arroyos que discurren por las laderas de esta curiosísima montaña. Al comienzo vamos caminando por una especie de callejón, flanqueado por pequeños muros de piedra a ambos lados, pasaremos junto los restos de un antiguo molino, rápidamente dejamos atrás las pequeñas huertas que rodean la aldea y enseguida vamos ganando altura, por el esqueleto de un gran pinar que ha sido pasto de las llamas, los numerosos incendios que han castigado la Costa da Morte se han cebado con los bosques que existían en este monte sagrado, lo cual ha contribuido tremendamente a la aceleración del proceso erosivo, incrementado de una forma casi dramática por las lluvias torrenciales que han transformado el sendero en una auténtica torrentera, hasta el punto que el 70% de esta ruta, a fecha de hoy, se hace por lo que parece el lecho de un arroyo pedregoso que convierte el caminar en un ejercicio muy lento y tedioso. (Nada que ver con el día que realicé esta misma ruta en 2003). Actualmente hay lugares donde el uso de las manos es casi obligatorio para poder seguir adelante y ni que decir tiene que en la bajada los bastones se me hicieron imprescindibles.

El siguiente hito, lo encontramos después de atravesar un pequeño bosquete de pinos, tras el cual vamos a pasar entre dos grandes moles de piedra, unidas entre sí por un rudimentario muro de piedras, a modo de valla, para que los caballos que se encuentran en la ante-cumbre no puedan marcharse por donde hemos venido.


Mas tarde se llega a los restos de lo que en su día tuvo que ser un precioso robledal, desde aquí ya tenemos la cumbre a tiro de piedra, justo ante nosotros accediendo a la misma, a través de un fácil rodeo por la cara este. Tan fácil, que al llegar a la misma en esta ocasión me encontré con tres caballos, las vistas, descritas anteriormente son sencillamente espectaculares. Ni que decir tiene lo curioso que resultan, los numerosos cráteres que se han formado en la misma plataforma de la cumbre rodeando al punto geodésico, a modo de pequeñas islas de agua, que siempre suelen permanecer tras las lluvias. La única

Sus 4,4 km. (Sólo IDA) casí tardé mas en bajarlos que en subirlos, de hecho llegué a la aldea de “O Pindo” con las últimas luces del día. La luz justa para recoger el atardecer con el “Cabo Finisterre” al fondo y el Monte Pindo, visto desde abajo.
Recomendación muy importante: Si se trata de un día de lluvia, ha llovido en los días previos conviene descartar esta ruta, ya que el camino está muy abandonado y en su mayor parte estamos obligados a caminar por terreno muy pedregoso y resbaladizo.
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