Distancia aprox. 14 km
Desnivel acumulado subida 600 m
Nivel dificultad: Medio
Tiempo aprox. 6-7 horas
Tipo suelo:75 % senderos de cabra y caminos antiguos, 10 %
pista y carretera (zonas aledañas a las presas Guadalhorce/Guadalteba) y 10% campo través. Tipo de recorrido: se
combinan tramos circulares y lineales.
Cómo llegar al inicio
de ruta: la ruta comienza en un claro del bosque de pinos, junto
a la carretera que se encuentra, aproximadamente a 1,8 km más allá del inicio
de las escaleras que suben al Mirador de los Tres Embalses tal y como dejamos
El Chorro a nuestra espalda y vamos dirección Campillos.
Fecha de realización y meteorología:
Sábado 25 de febrero, día nublado y muy malo para fotografíar paisajes
lejanos, con cierta bruma en la distancia. Aunque la temperatura si fue muy
agradable, así como la ausencia de viento, que dadas las circunstancias no
hubiera venido mar para mover las nubes que nos dejaron cielos muy grises (las
fotografías de cielos despejados corresponden a las jornadas preparatorias).
48 prestonianos: Doctor Leal, Paco "El Generoso", Maria José
Fernández Lara,
Elena Santamaría "La chica que
hablaba con los árboles", Marco Martín Santamaría "La Ardilla del
Torcal", Paco Jaime "Mr. President", Antonio Pascual, Fernando Jiménez "El
Duque de Juanar", Ana Bueno "la Duquesa de Juanar", Manuel
Serrato "El Tuno de las veredas", Alicia "En el País de las
Maravillas", Alena Rakouskaya "La Amazona Bielorrusa", Paqui
Bravo "la Pacificadora", Marlem "la Perla de Venezuela", Francisco
Moreno Barea, Diego Martínez Linares, José Luis Ortega, Maite Narváez , Jesús
Rodríguez, Maria Jesús Benítez "La Venus del Genal", Eduardo Campos
González "El Último Samurai", Mercedes González, Sancho Adam
"Master Chef", Manuel Esteban, Marlis Hofer, Juan Antonio
López Mayorga, Marivi Aragón "La Dama de Violeta", Carmen García, Jerónimo Alba, Dolores Villaseca, Fran de la Jungla, Joaquín
Molina Rodríguez "El Quemasangre", Paco Quintero, Francisco Javier
Carnero López, Aurelio Campos Rico, Alejandro Campos, Pedro Arenas Colomo, Shi Chiun
Hung, Álvaro
Millán Padilla, José Guerrero Bermúdez, Julio Peláez Reiner, Pepi Rebollo Olmedo, Alejandro
Germán Gómez Herrera y los siguientes cronistas y fotógrafos:
Crónica: Juan Ignacio Amador
Fotografías de: Rafael Molina "Fali", Arnaud
"Nono", Rafael Castillo "Rafa Castle", Salvador Moreno
"El Ornitólogo" y Juan Ignacio Amador.
Bibliografía: Rutas 10 y 11 del libro EL CHORRO, Desfiladero
de Los Gaitanes, guía del Excursionista.
Sobre el mal uso de la "Casa del Administrador": El PAÍS
Sobre la Guerra Civil: http://fbravoconejo.blogspot.com.es/
1ª Parte: Tafonis del cerro Rebolo:
La ruta comienza en
un claro del bosque situado muy cerca del km3 de la carretera MA-451, El
Chorro-Campillos, desde donde vamos a tomar una antigua pista forestal en
dirección O, que pronto vamos a abandonar para encarar una rampa por la que
vamos a ir ganando altura por un sendero de cabras, esquivando las ramas bajas
de los pinos y algún que otro tronco caído hasta situarnos en la parte superior
del cerro, en busca de nuestro primer tafoni, que ya queda a tiro de piedra de
allí, pero antes ascendemos a la parte de arriba del mismo donde nos
encontramos con un mojón de "monte público" y unas vistas magníficas
sobre el embalse del Guadalteba, con el telón de fondo del Castillón de
Peñarrubia, la localidad de Cañete la Real y, el castillo de la Estrella y parte de Teba, semi oculto tras el cerro de
La Camorra, como principales referencias al OESTE.
Bajo las aguas del embalse del Guadalteba yacen los restos
de la localidad de Peñarrubia desde que en la primavera de 1973 las aguas del
embalse la inundaran para siempre, a excepción de los largos periodos de sequía
y concretamente algunos veranos, como el de 1995, en que los restos de la torre
del campanario y parte alta de algunas casas se dejaban ver por encima del
nivel de las aguas al mermar el caudal del embalse.
Peñarrubia perteneció al Condado de Teba desde la conquista
castellana. En 1843 se independizó de Teba y pasó ser término municipal propio,
gracias a la cesión del territorio que hizo el municipio matriz: 35,8
kilómetros cuadrados.
Este pueblo blanco de la comarca de Guadalteba contaba con
una pequeña pedanía o barriada a orillas del cercano río Guadalhorce, llamada
Gobantes, que disfrutó de una época de gloria gracias a la construcción de una cercana
estación de ferrocarril que llevaba su nombre, lo que mejoró la comunicación de
Peñarrubia con el exterior. Como ocurría con todos los pueblos que contaban con
estación de tren o/y una buena carretera que pasara por el mismo. La economía
de Peñarrubia se basada en la agricultura, en concreto, en el olivo y el trigo,
aprovechando la fertilidad y productividad de sus tierras, la mayoría heredadas
de sus mayores.
Pero los llamados 'polos de desarrollos' impulsados por el
Ministerio de Fomento, a las órdenes del Generalísimo pusieron los ojos en la
zona a mitad de los años sesenta y proyectaron construir dos embalses en los
ríos Guadalhorce (al que los lugareños le llamaban río Gobantes) y en el Guadalteba,
que discurrían por los fértiles campos de olivares y de cereales de Peñarrubia.
Ambas corrientes se unían en la confluencia, lo que los peñarrubieros denominaban "La
junta de los ríos", muy cerca de la presa del Conde del Guadalhorce,
que era la única que existió en la zona desde 1921 hasta finales de los 60, que
se empiezan a construir las presas del Guadalhorce en las cercanías de Gobantes
y del Guadalteba en las cercanías de Guadalteba.
Al principio los
peñarrubieros, inocentemente, pensaron que la presencia de aquellas enormes
máquinas núnca vistas antes en la zona y que hacían tanto ruido, iban a
significar, trabajo en abundancia para todos y generosos salarios, para una
obra que seguramente sólo les afectaría
a una pequeña parte del pueblo, pero no a toda la localidad. Rumor, que
conociendo la falsedad de los gobernantes de la época, (no muy distinta a las
actuales), no sería de extrañar que hicieran correr, para tranquilizar a los habitantes
de Peñarrubia y Gobantes, y de camino que no incordiaran demasiado el
desarrollo de las obras en el plazo establecido.
El Gobierno de la época justificó esta obra por la concesión
al Ayuntamiento de Málaga de un caudal continuo para abastecimiento de la
ciudad y por la aprobación en 1961 del Plan de Riegos del Guadalhorce. Al
principio se pensó en construir una gran presa, pero problemas geotécnicos lo
desaconsejaron y se optó por otra solución: construir dos presas gemelas, una
en cada río, pocos metros más arriba de su confluencia, que, con aguas altas,
formaban un solo embalse.
Las obras empezaron en la primavera de 1966. Las primeras
excavaciones revelaron que el terreno de cimentación era mucho más problemático
de lo que habían mostrado los estudios previos a la redacción del proyecto, lo
que obligó a una sustancial modificación del mismo. Los trabajos crearon
inquietud en la población. Los vecinos vieron que aquella gran obra hidráulica
era ya irreversible y empezaron el éxodo en 1970, coincidiendo con el auge de
la emigración. En esos momentos Peñarrubia, que contaba con Ayuntamiento,
colegio, iglesia y cuartel de la Guardia Civil, tenía 1.832 habitantes
censados. Muchos de ellos se fueron a Barcelona, donde encontraron trabajo y
allí terminaron sus vidas. Otros se establecieron en Gerona y algunos se
quedaron en pueblos de los alrededores como Ardales o Campillos, cerca de
Campanillas. También contribuyó al éxodo el deterioro en el que entró
Peñarrubia, ya que se dejaron de hacer las obras de mejoras en el pueblo a
sabiendas de que pronto quedaría sumergido bajo las aguas del embalse del río
Guadalteba.
En ese periodo, los peñarrubieros vivían en una constante
incertidumbre, sin conocer realmente su destino final ni las compensaciones que
iban a recibir por las pérdidas de sus fincas y de sus casas. Hartos de la
falta de información, una comisión se trasladó a Málaga para entrevistarse con
el gobernador civil, Víctor Arroyo.
En la reunión, celebrada el 13 de abril de 1970, Víctor
Arroyo, que previamente había sido informado de las indemnizaciones previstas
por el Estado para los afectados, instó a los vecinos a que en un breve plazo
de tiempo indicaran en qué pueblos o fincas del Instituto de Colonización
querían instalarse. A los peñarrubieros le ofrecieron, finalmente, en Santa
Rosalía, muy cerca de Campanillas, casas a precios económicos, mientras que su
territorio de origen -que incluía también el núcleo de Gobantes- pasó a formar
parte de Campillos, aunque no sin cierta disputa con las localidades de Teba y
Valle de Abdalajís.
Tras el desalojo, las casas del municipio fueron derruidas
para evitar la reocupación de las mismas, quedando sólo en pie la iglesia, el
colegio y el cuartel de la Guardia Civil, que fueron usados temporalmente como
oficinas por la Confederación Hidrográfica del Sur. La Presa del Guadalteba
comenzó a embalsar agua en octubre de 1971 y llegado el mes de diciembre la
localidad de Peñarrubia, ya había sido borrada del mapa (bajo las aguas del
embalse).
Y en la primavera de 1973 le llegaba el turno a la barriada
de Gobantes, que junto con la antigua estación y carretera que pasaba por allí
quedaría para siempre sumergida bajo las oscuras aguas del embalse del
Guadalhorce. Creándose el nuevo Apeadero de Gobantes unos 4 km al Noreste de la
antigua estación (orilla noreste del embalse), junto a la, por aquel entonces, "nueva
carretera", que es la que hoy discurre cerca de la orilla oriental del
embalse del Guadalhorce, por la vertiente oeste de Sierra Llana y rodea el pico
Capilla llegando hasta el Valle de Abdalajís y continuando hasta Antequera o
Álora.
Una vez que nos recreamos con las vistas desde esta
magnífica atalaya, rodeamos su base para admirar este precioso tafoni, tipo
nido de avispa, donde al igual que la mayoría de los tafonis que alberga el
cerro Rebolo (o de la "Escopeta"), ha sido principalmente erosionado
por los vientos procedentes del Atlántico, pues la gran mayoría se encuentran
orientado hacia el Oeste.
Después de nuestro primer tafoni del itinerario, tomamos
dirección sur, llevando a nuestra izquierda el bosque de pinos y a la derecha,
la caída hacia la zona que alberga la mayor concentración de tafonis, muchos de
ellos ubicados en la misma base del pequeño tajo por cuyo borde vamos
caminando, llevando la caída a nuestra izquierda, con la debida precaución.
Otro de los hitos que nos encontramos en este primer tramo, son los restos de
trinchera, parcialmente colmatadas por la tierra que se ha ido colando en su
interior,
Antequera es tomada por las fuerzas franquistas, el 12 de agosto de 1936,
el gobierno republicano de Málaga se ve obligado a establecer una línea
defensiva que frene el avance de los sublevados. El 20 de agosto se hace cargo
de Comandancia Militar de Málaga el Comandante Sabaté, que se queja al Ministro
de Guerra de que carece de las reservas indispensables y dispone sólo de mil soldados
sin armas. El Gobierno del Frente Popular prometió enviar mil hombres desde
Cartagena, de los que sólo llegaron a Málaga 700, sin que se supiera que fue de
los 300 restantes. Por orden del Gobierno de 17 de agosto es creado el ejército
voluntario, que en teoría debía regirse por unas normas prefijadas. A partir de
aquí comienzan a crearse batallones de milicias, compuestos por “voluntarios”,
tanto malagueños como refugiados llegados a la capital desde las localidades
ocupadas, con gran entusiasmo y valentía, pero con escasa o nula formación y
mal organizados.
En la zona noroccidental de la provincia, la línea de frente quedó
establecida por los accidentes geográficos que ofrecían la sierra del Torcal,
la de Abdalajís, y El Chorro hasta Ardales. Así como su prolongación hacia la
Sierra de las Cabras, puerto de Las Pedrizas y sierra de Camarolos hasta el
Puerto de Los Alazores. Más de tres mil hombres y mujeres recorrieron estos
campos formando parte de algún Batallón.
En estas trincheras y en las que nos encontramos, mas
adelante, en el cerro de Las Aguilillas, combatieron integrantes del Batallón Nº 8 Pablo Iglesias y del Batallón
Nº1 "Metralla", que tomó su nombre del miliciano Francisco Villodres
Rodríguez a, “el Metralla”. El 18 de julio cuando estalló la guerra, se
encontraba este, preso en la cárcel de Málaga porque había cometido algunas
raterías, pero al quedar libre formó su propia patrulla, compuesta por “el
Raya”, “el Hucha” y otro más. Tras cometer numerosas detenciones y ejecuciones,
concibió el plan de viajar a Sevilla disfrazado de falangista para asesinar al
propio Queipo de LLano; plan por el que se hizo famoso entre los suyos, pero
que no llegó a realizarse porque moriría el 4 de septiembre, en una operación
contra el enemigo cerca de Alfarnate, donde recibió el impacto de una bala de
grueso calibre, que le dejó gravemente herido, para morir algunos días después
en Málaga. Fue enterrado con honores de héroe.
El batallón que llevó su apodo: "Metralla",
comenzó a formarse el 22 de septiembre de 1936, con la inscripción de
voluntarios que fuesen avalados por una organización del Frente Popular. Los
milicianos voluntarios que ocuparon estas trincheras, cobraban diez pesetas
diarias por vigilar estas posiciones, para sabotear y dificultar el avance de
las tropas fascistas desde el momento en que las tropas fascistas establecen su
campamento de avanzada en la localidad de Peñarrubia. Algunos de los intrépidos
miembros del batallón Metralla llegaron acudieron en apoyo de los camaradas
apostados en la zona del Puerto del Viento (carretera Ronda-El Burgo), donde
llegaron a recuperar posiciones. También acudieron algunos de sus miembros a la
Cuesta de la Reina (carretera Málaga-Madrid), para frenar a los italianos.
Hasta que las tropas fascistas consiguen tomar estas posiciones a finales de
enero de 1937, viéndose obligados a replegarse hasta Málaga capital.
La ruta continúa por el mismo cordal, con algún que otro
paso aéreo escalonado en descenso, un precioso mirador natural por encima de un
almendro y poco después una brecha por la que descendemos, describiendo una
curva de unos 180º a nuestra derecha, para progresar por el sendero de cabras
que discurre más cerca de la base de los tajos sobre los que hemos venido
caminando hasta aquí, hasta llegar a un claro de bosque, situado unos 300 m mas
allá, desde donde nos separamos de la base de los tajos, para acercarnos a otra
espectacular agrupación de tafonis, donde estuvimos realizando una generosa
sesión de fotos. Mientras otros compañeros se dedicaban a recolectar un buen
puñado de espárragos que fueron en aumento,
conforme la ruta iba avanzando.
Los tafonis son cavidades
redondeadas socavadas en las paredes verticales o subverticales de arenisca (y
en otras zonas de granito), excavadas por la erosión en las paredes y escarpes
verticales desprovistos de vegetación en zonas de clima seco. La parte superior
de la boca del Tafoni está parcialmente cerrado por un delgado resalte o
voladizo. Son formas debidas a la erosión por disgregación de rocas areniscas
en las zonas de menos cementación. En general el interior de estas oquedades no
suelen presentar rellenos arenosos, puesto que el material desagregado es
fácilmente evacuado por deflacción eólica, es decir, por el viento. En algunos
casos, también puede ser evacuado por desbordamiento o aguas de arroyada. Las
cavidades con el mismo origen pero más pequeñas se denominan alveolos.
También se puede definir
como: Forma cavernosa de meteorización que puede oscilar entre varios
centímetros, decímetros o metros. Vistos desde lejos se asemejan a pequeños
nichos agrupados cual gigantesco queso de
gruyere. A veces su profundidad
puede alcanzar los 4 o 5 metros que visto desde la distancia podría parecernos
la entrada de una cueva, como los que se encuentran a la salida del túnel del
sendero del Gaitanejo, poco antes de llegar al actual inicio oficial del Caminito
del Rey.
No obstante, los tafonis que
predominan en el cerro Rebolo, presentan una gran concentración de pequeñas
oquedades, que asemejan a grandes nidos de avispa, estos son los conocidos en
el argot geológico como "alveolos".
La sierra del Almorchón o de la Pizarra y el cerro Rebolo, pertenecen a
una cuenca marina intramontañosa, que se formó justo después de las principales
etapas del plegamiento alpino, hace unos 20 millones de años. Los geólogos
engloban a estas rocas bajo la denominación de Depósitos Post-orogénicos de la
Cordillera Bética.
Todo el entorno está compuesto por una serie de capas de areniscas y
conglomerados color ocre, donde podemos apreciar fácilmente dos tipos de rocas
sedimentarias detríticas (formadas por fragmentos grandes y pequeños de otros tipos de roca). Algunas
capas de areniscas presentan delgados niveles dispuestos oblicuamente en
relación a los límites horizontales de dichas capas. A esta disposición los
geólogos la han llamado con el nombre de Estratificación oblícua o cruzada, y
su origen está ligado a los ambientes marinos agitados por corrientes y
sometidos a un fuerte oleaje desde el periodo Jurásico hasta que emergieron a
la superficie.
En estas areniscas se han
encontrado resto de conchas de moluscos marinos bivalvos (ostras y almejas) que
permiten datarlas en 10 millones de años de antigüedad (Época Mioceno Superior de
la Era Terciaria). Y por supuesto, Amonites y belemnitas, todavía más
frecuentes en la cercana cumbre del Huma o en el cercano desfiladero de Los
Gaitanes. Los estratos se presentan prácticamente horizontales, ya que se
depositaron con posterioridad al plegamiento ocasionado por el acercamiento de
las placas Ibérica y Africana. Estos materiales no están deformados en
pliegues, aunque sí podemos ver algunas fallas provocadas por reajustes del
terreno.
Finalizada la visita al que denominamos "Tafoni
de la Calavera" y a otro muy próximo con doble entrada, tipo
"ventana", descendimos por un terraplén, enlazando con uno de los
muchos senderos de ganado de la zona, que en dirección norte, nos conduce a
otro gran tafoni, que se encuentra al final de una pista que procede de las inmediaciones
del kilómetro 3 de la carretera El Chorro-Campillos.
Nada más pasar por delante
del mencionado tafoni, abandonamos la pista, remontando la pendiente que
tenemos a la derecha (dirección Este), y que en escasos minutos nos conduce al
interior del bosque de pinos pasando frente a otro espectacular tafoni, donde
tampoco faltó la foto de grupo y minutos más tarde, regresando a nuestro punto
de retorno. Este primer tramo se puede realizar como complemento a una jornada
de baño en temporada de verano o antes de disfrutar de un buen almuerzo en
cualquiera de los restaurantes de la zona, pero en nuestro caso, apenas era el
primer cuarto de la travesía que aún teníamos por delante.
Una que volvimos a pasar por la explanada terriza donde
todavía permanecía nuestro autobús, volviendo a saludar brevemente al chófer,
descendimos un terraplén para enlazar con una pista terriza que discurre
paralela a la solitaria carretera, pero unos 20 m por debajo de la misma e
inmersos de nuevo, en un frondoso pinar de repoblación, por un terreno muy
dócil, donde no es necesario caminar por una pista o sendero determinado hasta
llegar a las ruinas del cortijo del
Chopo, con su antigua era, llegando minutos después a una zona situada por
encima del fallido proyecto de camping y multiaventura planificada por una
empresa alemana con todas las garantías y el visto bueno del Ayuntamiento de
Campillos, pero que se detuvo en seco cuando solicitaron a la Junta de
Andalucía el proyecto para la construcción de bungalows y les dijeron que no.
Desde esta zona se enlaza con una pista de tierra que nos devolvería a la
carretera, pero que abandonamos inmediatamente para tomar un abandonado
sendero, que en su día, presentaba un elaborado sistema de peldaños con sus
troncos de madera, de los que apenas asoman algunas traviesas de hierro, con
las que conviene tener cuidado para no tropezar. Al final nos devuelve
igualmente a la carretera, que no vamos a pisar, porque nos desviamos a la
izquierda, dirección sur-suroeste, para caminar por el mismo cordal del cerro
que se va a convertir en nuestro camino a seguir, haciendo una primera parada
técnica en el Mirador de los Tres Embalses, cuyos paneles informativos piden a
gritos una renovación.
Y allí estuvimos
disfrutando de una panorámica privilegiada del embalse del Guadalhorce, bajo
cuyas aguas se encuentra la antigua estación y la pedanía de Gobantes, y en la
vertiente opuesta quedan recortadas las siluetas del tajo del Cabrito de Sierra
Llana, los tajos Ballesteros parcialmente cubierto de nubes, el Huma, su caída
hacia el desfiladero y la sierra del Almorchón o de la Pizarra, con el pico del
Convento como cumbre más fácil de reconocer con su perfil ganchudo.
Retomada la marcha,
la travesía continúa por el mismo cordal en dirección sur, con una sucesión de
toboganes muy dóciles de transitar, a penas interrumpido, por algún pequeño
bosquete de pinos o por un roquedo que podemos rodear, o pasar, directamente, por
encima. Este tramo nos ofrece unas panorámicas grandiosas del entorno y algunas
curiosidades, como un pequeño arco de arenisca, que a modo de "pequeña
Cueva de las Dos Puertas" da vistas tanto al embalse del Guadalhorce, que
llevamos a nuestra izquierda, como el embalse del Guadalteba, que ahora
llevamos a nuestra derecha.
La progresión por el cordal nos lleva a un cerrado
bosque de pinos jóvenes y cerrado matorral que nos desafía con un tramo de unos
400 m de campo través, donde habrá que estar atento a más de un resbalón, algún
paso escalonado y algunas ramas bajas, que iremos dejando atrás hasta venir a
salir al puente-presa Guadalhorce-Guadalteba, por donde pasa la carretera
MA-451, El Chorro-Campillos, junto a la que ahora caminaremos, dejando a nuestra
izquierda la caída de las presas del Guadalhorce y Guadalteba, hacia la
denominada "junta de los tres
ríos".
2ª Parte: Necrópolis de Las Aguilillas
Una vez que hemos atravesado las presas del
Guadalhorce y Guadalteba, pasamos junto a una de las instalaciones de la
Confederación Hidrográfica del Sur y tomamos un carril que sale a la derecha de
la carretera (dirección O), el grupo avanzaba algo estirado, pero siempre en
contacto con los walkies, manteníamos comunicación para ir avisando cada vez
que llegábamos a algún cruce de la pista forestal por laque íbamos ganando
altura, como por ejemplo: la bifurcación que nos encontramos al poco del inicio,
donde tomamos el ramal izquierdo, por el que avanzamos unos 600 m, hasta que
abandonamos el mismo por un cortafuegos donde enlazamos con el cordal que nos
lleva al conjunto de las 7 tumbas de la Necrópolis de Las Aguillas, sobre un
promontorio de areniscas del Mioceno cercano a los 500 msnm. en la divisoria de los Valles del Turón y el
Guadalteba.
Lugar de gran importancia estratégica, pues si al buen clima la
mayor parte del año, le añadimos la riqueza de agua de la zona y por lo tanto
la garantía del agua, la pesca, la caza, así como los inicios del desarrollo de
la agricultura y la ganadería en la zona, esto debió ser un paraíso, para los
habitantes que ocuparon esta atalaya en la Prehistoria. Esta necrópolis fue descubierta a
finales de los años ochenta y fue estudiada en 1991.
Algunas de las siete
estructuras funerarias excavadas en la roca han conservado los corredores de
acceso, así como las cámaras sepulcrales y numerosos nichos a su alrededor. LLegándose a inventariar más de dos mil
piezas arqueológicas y los restos de unos cincuentena individuos de ambos sexos
y de todas las edades, que fueron enterradas en estas sepulturas entre los años
2.100 y 1.900 antes de nuestra era.
En un periodo de tránsito entre la Edad del
Cobre y la del Bronce. Los enterramientos fueron siempre en segunda deposición,
es decir, se enterraban sólo los huesos y con ellos se depositaron ajuares
consistentes en vajillas de cerámicas, cuchillos de sílex y adornos personales,
que solían ser collares, conchas marinas y amuletos . Asimismo, se descubrieron
las primeras herramientas de metal que llegaron a la comarca del Guadalteba (puntas
de lanza y punzones de cobre). junto a unos ídolos femeninos en piedra, que
podrían recordar a la Venus de Willendorf.
En algunas zonas cercanas a las tumbas, llama la atención la
presencia de una larga hilera de trincheras, que en alguna ocasión llegó a estar
comunicada con las mismas estructuras funerarias, por lo que no sorprende que
en las excavaciones llevadas a cabo entre los años 1991 y 1994, junto a los
restos arqueológicos se encontraran desde latas de conserva, hasta sartenes,
cantimploras, armas y restos de munición del bando republicano, así como algún
proyectil de la aviación alemana, como apoyo de las tropas fascistas.
Finalizado el almuerzo en las inmediaciones de las tumbas
que aparecen numeradas como Nº 6 y Nº7,
descendimos hacia el mar de olivos, que nos separaba de las aguas del
embalse del Conde del Guadalhorce, en dirección sur-suroeste, pasando junto a pequeños prados tapizados de margaritas, con
vistas hacia la Sierra de Alcaparaín y Ardales a sus pies, allí en la
distancia.
Conforme nos íbamos acercando hacia el embalse, tomando como referencia una pista terriza, nos fuimos desviando a nuestra
izquierda, dirección Este, sureste, hasta abandonar el carril, al llegar a las
proximidades de dos grandes espolones que a modo de vertiginoso acantilado se
asoman a la orilla norte del embalse y que bajo aquellas nubes nos recordaban a
un paisaje de Escocia.
En un lugar determinado, de cuyo nombre no puedo acordarme,
abandonamos el carril a nuestra derecha, para descender hasta la idílica
"Casa del Conde", actualmente conocida como "Casa del Administrador",
construida por el Ilustrísimo Don Rafael Benjumea Burín, que fue su primer
inquilino y desde ella estuvo trabajando y supervisando las obras de este
embalse, que se iniciaron en el otoño de 1914 bajo su dirección, siendo colocada
la última piedra por su Majestad Alfonso XIII, tras el almuerzo que se sirvió
precisamente en esta casa y en las carpas instaladas en sus jardines, aquel
lluvioso 21 de mayo de 1921.
Que todos los habitantes y alcaldes de los pueblos de alrededor vivieron como una especia de "Bienvenido Mr. Marshall", aunque entre las dos horas de retraso con las que llegó el tren procedente de Córdoba que traía a su Majestad y la copiosa lluvia de aquel día, provocaron que casi nada saliera como estaba previsto. En cualquier caso su Majestad quedó tan gratamente sorprendido por la faraónica obra de ingeniería que allí se realizó y por las pasarelas de lo que hasta entonces se conocía como "Los Balconcillos", que poco tiempo después le otorgaba a Don Rafael Benjumea Burín, el título de Conde de Guadalhorce.
Nombre que también se le puso a la cercana presa y al embalse desde 1953. Pues desde el inicio de su construcción en 1914 hasta 1953 se le conocía como embalse del Chorro, que durante 50 años fue el único embalse de grandes dimensiones en la zona, ya que los embalses del Guadalhorce y Guadalteba no comenzaron a embalsar hasta principio de los años 70.
Que todos los habitantes y alcaldes de los pueblos de alrededor vivieron como una especia de "Bienvenido Mr. Marshall", aunque entre las dos horas de retraso con las que llegó el tren procedente de Córdoba que traía a su Majestad y la copiosa lluvia de aquel día, provocaron que casi nada saliera como estaba previsto. En cualquier caso su Majestad quedó tan gratamente sorprendido por la faraónica obra de ingeniería que allí se realizó y por las pasarelas de lo que hasta entonces se conocía como "Los Balconcillos", que poco tiempo después le otorgaba a Don Rafael Benjumea Burín, el título de Conde de Guadalhorce.
Nombre que también se le puso a la cercana presa y al embalse desde 1953. Pues desde el inicio de su construcción en 1914 hasta 1953 se le conocía como embalse del Chorro, que durante 50 años fue el único embalse de grandes dimensiones en la zona, ya que los embalses del Guadalhorce y Guadalteba no comenzaron a embalsar hasta principio de los años 70.
El caso es que allí estábamos nosotros, en el emblemático
cenador y en sus preciosos jardines con vistas al embalse, que siempre habíamos
admirado desde la orilla de enfrente donde se encuentra el Sillón del Rey, a
escasa distancia del famoso restaurante EL KIOSKO. Esta visita pudo realizarse,
gracias a las amistades que ha ido estableciendo nuestro compañero Rafa
Castillo con los guardas de la zona y los dueños del restaurante el Kiosko, en
sus numerosísimas visitas al Chorro, que desde muy joven, siempre fue su
santuario particular. Además para no dejar nada a la improvisación redactó una
elaboradísima instancia a Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del
Sur, para que no hubiera ningún problema con la visita. Digna de mención es la
amabilidad con las que nos atendió el guarda que nos estuvo contando varias
anécdotas del lugar y nos abrió las puertas para no tener que saltar ninguna
valla de forma ilegal. Siendo esta la guinda del pastel de una X Edición del
Jurásico, que de todas las realizadas hasta la fecha, fue la más suave, en
cuanto al desnivel de subida afrontado, pero sin perder un ápice de belleza,
como denominador común de las ediciones anteriores, descubriendo nuevos
rincones, nuevas panorámicas y perspectivas muy distintas a las tradicionales.
Al abandonar la idílica
casa, realizamos el mismo itinerario que siguió la comitiva del Rey D. Alfonso
XIII, tras el fastuoso almuerzo en la Casa del Administrador, aquel lluvioso 21
de mayo de 1921 para colocar la última piedra del Embalse del Chorro, firmando
el acta de finalización de la obra, sobre una mesa y un sillón labrados en la
misma piedra usada en la construcción del embalse, que fueron arrojados al
embalse por los camaradas republicanos como señal de desprecio ante cualquier
institución monárquica, en los primeros meses de la Guerra Civil, y que posteriormente
fueron recuperados y reubicados en su lugar original que son los que hoy
ocupan, como recuerdo de lo que fue una gran obra de ingeniería para el
benefició general de muchos miles de malagueños, abastecidos de un caudal de
agua permanente y electricidad, tanto a nivel doméstico como industrial.
En abril del año 2000,
el diario EL PAÍS, sacaba a la luz, una denuncia que hacían tanto los Ingenieros
de la Confederación Hidrográfica del Sur (CHS), como el alcalde de Ardales
acusando al presidente de este organismo público de utilizar la casa del conde
de Guadalhorce, en el pantano del Chorro, como una finca privada. El antiguo
director técnico de la CHS, José Ignacio Pérez Ruiz, denunció al Ministerio de
Medio Ambiente porque "desde julio de 1997 la casa del conde se convirtió
en "Casa Villegas", sirviendo única y exclusivamente para el uso
privado de José Antonio Villegas y su familia". El, por entonces, alcalde
de Ardales, Salvador Pendón (PSOE) reclamaba esta mansión para uso público.
El ingeniero José Ignacio Pérez
Ruiz (denunciante), que fue director técnico de la CHS y había sido relegado
por el nuevo presidente de aquel organismo, acusando a José Antonio Villegas de
"abuso de autoridad" e "irregularidades administrativas y
legales". Pérez Ruiz envió en vísperas de las elecciones, el 10 de marzo
de 2000, una denuncia a la secretaría general de la CHS, con copia al
subsecretario del Ministerio de Medio Ambiente. En este documento, el ingeniero
detallaba cómo el 25 de julio de 1997 el presidente ordenó que las llaves de la
casa pasaran a su poder: "El señor Villegas Alés ha usado durante estos
tres años y medio la casa del conde como le ha parecido. Cambió las llaves y
sólo le proporcionó una copia a la limpiadora. En otro momento le pareció
necesario mejorar la habitabilidad y encargó unas obras que le costaron a la
Confederación más de 15 millones de pesetas". Este diario no ha podido
confirmar el coste total de las obras. Pero tras hacerse con las llaves de la
casa, en agosto de 1997, Villegas ordenó cambiar la solería, alicatados y
sanitarios en los aseos de la planta baja y los cuatro cuartos de baño de la
planta alta, la reposición del suelo del vestidor y la pintura exterior de toda
la casa. La empresa Toquero SL, que realizó las obras interiores, pasó dos
facturas (números 23 y 24) el 3 y el 10 de diciembre de 1997, por un importe
total de 5.110.020 pesetas.
El alcalde de Ardales, Salvador
Pendón afirmó que en la casa "se habían celebrado fiestas" para las
que "los dos restaurantes de la zona habían servido comidas".
"No puedo decir si en estas celebraciones había 15 ó 30 personas, pero me
consta que se han producido". Villegas negó que se hubieran organizado
fiestas en la "casa administración", como se la conoce oficialmente
en la CHS. También negó el uso privado de la finca, excusándose con el
argumento de: "Eso pasaba en la época socialista, allí ha estado durmiendo
Rosa Conde, pero desde que estamos nosotros no ha ocurrido. Yo sobre todo la he
utilizado como casa de representación; he organizado visitas de periodistas,
reuniones de trabajo de los directores técnicos de la Confederación, y una vez
acompañé al obispo de Málaga".
Otras fuentes señalaban que la
familia Villegas había pasado en repetidas ocasiones varios días en la mansión:
"Él, su mujer, sus dos hijos, su hija y una señora mayor que será su madre
o su suegra". El presidente de la CHS admite que "alguna vez" ha
ido "de paseo" con su familia y les ha acompañado su suegra, pero
desafía a quien pueda demostrar que hayan dormido allí: "Nadie tendrá una
foto mía durmiendo en la casa". También negó que hubiera pernoctado en la
mansión el ex ministro Manuel Pimentel, como apuntaban las mismas fuentes.
"He estado comiendo, con él y una tercera persona, en el restaurante El
Oasis, pero no pasamos por la casa", añade.
EL PAÍS continuaba diciendo en
aquel mismo artículo: La llamada casa del conde de Guadalhorce, es una mansión de
unos 500 metros cuadrados, en dos plantas, desde la que el ingeniero Rafael
Benjumea dirigió la construcción del pantano del Chorro entre 1914 y 1921.
Benjumea fue más tarde nombrado conde del Gaudalhorce por Alfonso XIII. La casa
está en un promontorio, buen mirador sobre el pantano, rodeada de jardines.
Tradicionalmente ha sido utilizada por el ingeniero encargado de las presas. El
alcalde Ardales, Salvador Pendón, critica que "antes, con gobierno
socialista, y ahora con el popular, el uso de la casa no ha estado vinculado a
la gestión de las presas, sino con el disfrute vacacional". La novedad, su
opinión, es "que en la actualidad esté a disposición exclusiva del
presidente de la Confederación". El Ayuntamiento reclama desde 1994, cuando
fue aprobado por unanimidad en un pleno, que le cedan esta mansión para uso
museístico y recreativo: "La casa no es imprescindible para el buen
mantenimiento de las presas y, sin embargo, podemos instalar ahí un museo sobre
infraestructura hidráulica y generación de energía, y su embarcadero podría ser
utilizado por los visitantes".
Pendón también reprocha a la CHS
"no plantar ni un solo árbol en cuatro años, no desalinizar los pantanos
del Guadalhorce y el Guadalteba, abandonar los proyectos recreativos y haberse
olvidado de los 100 trabajadores de Ardales que trabajaban 15 días al año en el
vivero y les contaba para el desempleo agrario".
Tanto por aquel entonces, como a día de hoy, podemos afirmar que el alcalde de Ardales: Don Salvador Pendón, llevaba más razón que un Santo y desde estas líneas aprovechamos para romper una lanza en favor del máximo aprovechamiento de los recursos de la zona, incluidas las que cayeron en el olvido como aquel Museo del Parque Ardales en la zona 2 de camping o por supuesto la visita a la Casa del Administrador, que podría resultar un complemento perfecto para añadir a cualquier ruta de la zona o simplemente como paseo posterior a una de las comidas que podemos disfrutar en los restaurantes de la zona. Con visitas guiadas y con el máximo respeto del entorno, que no sólo ayudarían a crear empleo, sino a reforzar aún más la vigilancia y el control de los guardas de la zona. Pues sería un lugar perfecto para instalar un museo de historia e Ingeniería del lugar. O bien, un alojamiento turístico que igualmente crearía puestos de trabajo, pero siempre con el acceso permitido a sus jardines y cenador, de forma controlada y respetuosa con el medio. Y no cerrado a cal y canto y prácticamente inaccesible para la inmensa mayoría de visitantes hasta la fecha, que sólo lo han podido contemplar desde la otra orilla.
Impresionante relato,lleno de importante historia. Gracias por su aporte.
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