Pueblos de referencia: aldea del Acebuchal (entre Frigiliana y Cómpeta)
Lugar recomendado de punto de encuentro: 9.30 ya desayunados en la gasolinera BP, justo a la derecha de la rotonda que nos encontramos al tomar la salida 292 (Nerja-Frigiliana) de la autovía A-7 (N-340)
Distancia aprox. 13,5 km
Desnivel aprox. subida 600 m
Desnivel aprox. bajada 550 m
Punto de partida y regreso: Aldea del Acebuchal
Tiempo aprox. 8 horas (incluyendo paradas)
Nivel dificultad: medio/bajo, el único inconveniente podría ser el calor en el tramo final de 3 km de pista cuesta arriba, desde la Fábrica de Luz de Cómpeta hasta la aldea de la Acebuchal.
Tipo suelo: 30% pista, 20% sendero, 5% acequia, 45% lecho del río, casi todo el tiempo se puede ir por fuera (de características muy parecidas al Chíllar y otros ríos de Sierra Almijara, sin tramos de nado, tan sólo pequeñas pocitas y rápidos, que nos permitirán refrescarnos, pero que no requieren ni siquiera de bote estanco.
Mapa: Topográfico de Sierra Almijara (Miguel Angel Torres Delgado)
Hora puesta de sol y ciclo lunar: 21.33 pm. luna nueva
Previsión meteorlógica para el sábado 30 de julio en Cómpeta: 27ºC, viento sureste 14 km/h (previsión a fecha 19 julio 2011)
Fecha de realización: sábado 30 de julio de 2011
12 Participantes: Valentín García Vioque, Paco Jaime, Juan Antonio Mena, Vicky Beltrán, Elisa, Juan Antonio Villalba, Eduardo Campos González, Guillermina Montañez, Rafael, Mª José, Pedro y J.I.A.T.
Dato curioso: En realidad el nombre de Patalamara es la denominación que se le da al cauce alto del modesto río Torrox a la altura de la fábrica de luz de Cómpeta, aproximadamente desde ahí, hasta la unión de los dos principales barrancos que lo forman: “El Pradillos” y el “Moreno” cuyo cauce tenemos previsto remontar hasta llegar a la cascada final.
A tener en cuenta:
1º) Material recomendado: Llevar gorra, protección solar (incluida barra para labios), ropa de baño, botas trecking ó zapatillas de deporte de suela fuerte y con buen agarre (hay mucha piedra). Mínimo 3 litros de agua (meter la noche antes en el congelador y mantener fría en la mochila (p.e. truco del papel de peródico).
2º) Muda de ropa y calzado cómodo para cuando lleguemos a los coches.
Cómo llegar: Tal y como llegamos por la N-340, tomamos la salida 292, que nos anuncia Nerja-Frigiliana y tomamos dirección hacia ésta última, dándole ahora la espalda a la costa y mirando hacia los majestuosos picos de Sierra Almijara, poco antes de llegar al pueblo de Frigiliana, nos encontramos con una rotonda, tomando el ramal de la izquierda, que pasa por la parte baja del pueblo quedando el núcleo principal del casco urbano a nuestra derecha, pasamos por la parte de debajo de la famosa plaza del Ingenio y siguiendo siempre por la carretera MA 5105 Frigiliana-Cómpeta, 3 km mas allá de Frigiliana, tal y como vamos dejando el cerro El Fuerte a nuestra derecha, veremos un gran invernadero, también en el margen derecho de la carretera y nada mas rebasarlo, vemos a nuestra derecha el inicio de una pista rudimentariamente asfaltada que nos anuncia hacia la aldea del Acebuchal, donde podemos llegar sin problemas con cualquier turismo, manteniéndonos siempre en el ramal principal.
Descripción de la ruta: nuestra llegada a la aldea del Acebuchal, coincide con una curva cerrada, cuya prolongación nos sirve de improvisado aparcamiento a escasos 100 m de las casas del Acebuchal Alto. Bajo la misma curva de la pista pasa el modesto arroyo del Acebuchal, que suele ir seco desde finales de primavera hasta las primeras lluvias del otoño. Junto al mismo nos encontramos un curioso cartelón enmarcado en hierro de forja, instalado por el ayuntamiento de Frigiliana, que nos anuncia la ruta del Acebuchal a Puerto Blanquillo, y que resulta bastante ilustrativo y ameno, recordándonos entre otras cosas que el mismo arroyo del Acebuchal es el que divide los términos municipales de Frigiliana al margen izquierdo y Cómpeta en su margen derecho, el origen de la aldea de mediados de siglo XVII, menciona algún dato de la historia de los arrieros, el abandono de estas aldeas y otros asentamientos de la sierra, tras los cruentos enfrentamientos de la postguerra entre la guardia civil y los makis ó “gente de la sierra”, etc… El caso es que ésta curva puede servirnos como punto de partida pues por ella pasa el arroyo del Acebuchal, cuyo cauce normalmente seco vamos a ir remontando dejando primero una calera a la izquierda y otra un poco mas adelante a la derecha, llegaráa un momento en que abandonamos el cauce, tomando un empinadosendero por la derecha, en el sentido de nuestra marcha y en poco mas de 20 minutos desde la aldea del Acebuchal alcanzamos la pista que faldea gran parte de la cara sur de Sierra Almijara y quee por esta zona se la conoce como “Camino del Daire”.
Con la silueta del cerro El Fuerte (976 m) a nuestra espalda, al sur, reanudamos nuestro camino por un tramo muy deteriorado de la pista por la que ahora nos lleva en dirección predominantemente norte, pasando en pocos minutos junto a las ruinas de la Venta Cebollera, unos metros mas allá, sale a la derecha un sendero a caballo entre cauce arenoso y caminillo de tierra, que fue el que tomamos el pasado mes de marzo en nuestra memorable ascensión al cerro Cisne cuya cumbre podremos contemplar a la derecha un poco mas adelante. Pero en esta ocasión, nos mantenemos en la pista principal hasta que venimos a salir al estratégico collado de Paez Blanca (750 m), lugar estratégico de la zona sur de Sierra Almijara que nos brinda varias alternativas, tal y como llegamos a la derecha, nos lleva hacia el puerto de Frigiliana y balsa contra incendios del cerro Cisne, hacia el norte nos lleva hacia el cortijo del Daire, que a su vez se encuentra junto a la cabecera del barranco Moreno y continúa hasta llegar a Cómpeta pasando por la casa de la Mina. Sobre nuestros pasos regresaríamos hasta el Acebuchal o Frigiliana y como por arte de magia, tomando como referencia la base del mismo cartelón de chapa que nos anuncia “Puerto de Paez Blanca (750 m)”,
seguimos la pequeña cañada que nace allí mismo y en unos metros nos adentramos en el desdibujado sendero catalogado como: “senda de Paez Blanca a la fábrica de Luz de Cómpeta” y que a pesar de su poco uso, se sigue bastante bien, con un pequeño pero espectacular tramo aéreo con vistas muy bonitas hacia la zona sur de Sierra Almijara, unas vistas privilegiadas sobre el valle del barranco Moreno, por donde discurre la mayor parte de nuestro tramo acuático con el fondo del cerro Atalaya, cerro Verde, cerros de La Mota y las cumbres gemelas del Lucero y Lucerillo, todas ellas al norte de nuestra posición como majestuoso telón de fondo, mientras que tal y como vamos descendiendo hacia el río contemplamos la zona de la Fábrica de luz de Cómpeta con una mayor presencia de cañaverales y eucaliptos al sur y de frente a nuestros pies dirección oeste, el peñón de Los Hornos, que con su peculiar forma cúbica, representa un peculiar hito geológico en nuestro recorrido, viniendo nuestra senda a desembocar en el barranco Moreno, unos 200 m al norte del mencionado peñón de Los Hornos.
Como bien hizo nuestro amigo Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta” antes de iniciar el tramo acuático es buen momento para cambiar nuestras botas de trecking por unas sandalias, también de trecking con puntera y talones cerrados, pero muy cómodas para caminar por arroyos, eso sí, siempre y cuando se esté acostumbrado, de lo contrario unos tenis todo terreno o unas viejas botas de trecking (y zapatillas de repuesto en la mochila por si acaso, suelen ser mas que suficiente).
El caso es que al llegar al arroyo, tras la correspondiente pausa y reagrupamiento, continuamos corriente arriba, atravesando algunos tramos con túneles de vegetación de rivera muy parecidos a los del río Chíllar, si bien a diferencia de éste, se trata de un río, mas bien arroyo muy poco transitado, hasta el punto que recuerdo que yendo primero de grupo me llevé por delante varias telas de araña de gran tamaño sin darme cuenta, quitándome en mas de una ocasión enormes arañas del hombro o del pecho, del tamaño de un cangrejo.
Al llegar al pié de una gran pared extraplomada a nuestra izquierda el cauce del barranco Moreno, describe un pequeño giro al noroeste, hablando siempre en el sentido de nuestra marcha, aguas arriba y poco a poco el paisaje comienza a abrirse, como en el cauce medio del río Higuerón, sólo que desde el Higuerón lo que vemos al norte es el cerro Cisne y desde el barranco Moreno lo que vemos al norte son los cerros de La Mota, el Lucero y El Lucerillo.
Éste tramo abierto, finaliza a la altura de un curioso peñón inclinado, que parece estar a punto de desprenderse de la ladera que tenemos a nuestra izquierda, mientras que justo en frete, en la derecha contemplamos una gran aguja rocosa, casi extraplomada sobre el mismo cauce del barranco Moreno, que estamos remontando aguas arriba, a partir de aquí, el cauce comienza a cerrarse cada vez mas entre las empinadas laderas que lo van flanqueando, llegando incluso a encontrarnos con dos o tres escalones de mediano tamaño, donde las personas no acostumbradas necesitarían de ayuda para seguir progresando río arriba, hasta que poco menos de 1 km mas allá del inicio de esta zona encajonada del río llegamos a la doble cascada del barranco Moreno.
Se trata de un paraje idílico que marca el punto de retorno de esta ruta, unos metros antes de la cascada en el lado izquierdo, tal y como llegamos a la misma una gran higuera preside pone la nota de color, mientras que una covacha repleta de tobas calcáreas aporta un halo de misterio a este bello paraje, que es la guinda del pastel de esta peculiar ruta.
No obstante, como ya la habíamos realizado antes ésta ruta, veníamos preparados con cuerdas para poder superar al menos la primera cascada, prácticamente insalvable si no se dispone de ellas, pero en estos casos la pregunta siempre es la misma: “¿quién es el primero en subir para amarrar la cuerda?”. Una vez mas con la suerte de tener a Valentín García Vioque en nuestro grupo, mas conocido como “El Rey de la Montaña”, no fue necesario hacer tal pregunta, pues antes de darnos cuenta ya estaba arriba, asegurando las cuerdas y animando a todo el mundo a seguir sus pasos. Todos los allí presentes lo intentamos con mayor o menor fé, pero finalmente fueron los cuatro compañeros que se están adentrando en el mundo de las vías ferratas quienes tuvieron la suficiente pericia y destreza: además del Rey de la Montaña, la encantadora Vicky “La Botánica”, el carismático Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta” y el incansable Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara”, senderista revelación Temporada 2010-11 y toda una garantía de éxito para cualquier ruta que discurra dentro de sus dominios almijáricos.
Realizadas las fotos de rigor y disfrutado ya el almuerzo en un mágico entorno que ninguno de los allí presentes hubiésemos cambiado por el mas lujo restaurante de París, New York o Montecarlo por poner algún ejemplo, iniciamos el descenso sobre nuestros pasos, hasta superar el punto del sendero por el que habíamos llegado al barranco Moreno, para continuar por él corriente abajo, adentrándonos a renglón seguido en un bonito cahorro,
que con las primeras luces de la tarde nos recibió con un aire de misterio y gran belleza digno de ser escogido como el lugar ideal para la foto de grupo,
siendo éste sin duda uno de los grandes alicientes de esta ruta para coleccionstas, la salida de los cahorros coincide con un salto de agua, en una pequeña presa artificial, que salvamos por la derecha, pasando sobre un murete del que bajamos fácilmente, para retornar al río inmediatamente después y unos 100 m después ya en zona de cañaverales, volver a abandonar el río por su cauce derecho, para iniciar el trayecto paralelo por la acequia, que comienza a la altura del peñón de Los Hornos,
quedando éste en la orilla contraria, en tan sólo unos instantes, ganamos gran altura sobre el río y salvaremos algún que otro paso con bastante vuelo, pero con anchura suficiente para pasar sin problemas y en caso de miedo siempre tenemos la posibilidad de caminar por dentro del canal de agua de la acequia, esta finaliza en una finca con una importante plantación de aguacates y concretamente en una rudimentaria alberca, que tenemos que rodear por su borde izquierdo, sin duda alguna es la zona mas expuesta y por ello donde mas debemos extremar la precaución. Tras rodear el borde de la alberca, llegamos a una peña donde parece imposible que podamos continuar, pero sentándonos en el extremo final del borde de la alberca, comprobamos, como entre unos matorrales comienza un senderillo de a penas 30 m de empinadísimo descenso que desemboca de forma casi dramática obligándonos a agarrarnos en raíces y matorrales, hasta aterrizar como podamos en la pista, que tomaremos a nuestra izquierda, siempre en descenso llevándonos en poco mas de cinco minutos a una zona de eucaliptos donde se encuentra la cubeta de medición del caudal del río Patalamara, la recientemente restaurada fábrica de Luz de Cómpeta y
su gran alberca, donde nos dimos un baño memorable, antes de completar los aproximadamente 4 km de pista por los que regresaríamos a la aldea del Acebuchal, donde nos dimos un auténtico festín de cerveza, pan casero, aceite, queso y aceitunas en la preciosa tasca que incluso oferta almuerzos todos los días de 12.00 a 16.00 horas, altamente recomendable para todos los amantes de buenos restaurantes de comida casera a la antigua usanza y lugares pintorescos, al que sin duda alguna, me aseguraba mi buen amigo Paco Jaime “El Sabio de Hortaleza” que traería a su mujer algún día de estos.
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