Entorno:
Falda Sur Sierra Blanca (a los pies de La Concha, perímetro de Marbella)
Localidad
de referencia: Marbella
Inicio
y final de ruta: Parte de atrás del Colegio Xarblanca, Junto a la entrada de la
Urbanización "Mirador de Sierra Blanca".
Cómo
llegar al inicio de ruta: Tomando como referencia la Salida de la N-340 o A-7 a
la altura de la Av. Trapiche (MARBELLA), dejamos a nuestra izquierda la
Estación de Autobuses de Marbella, la gasolinera cercana y seguimos por la
calle principal que mira hacia la Sierra, a nuestra izquierda dejamos una
farmacia y un poco mas adelante dejamos a nuestra derecha el Hotel Don Miguel por
Calle Padre Paco Ostos, al final de esta calle giramos a la izquierda, para
continuar por Avenida de La Florida, que es la típica calle entre
urbanizaciones de chalets y adosadas de lujo, hasta que al final de la misma
llegamos a la explanada de tierra, detrás del Colegio Xarblanca donde comienza
la ruta.
Punto
más elevado: Fuente Calaña (491 m) y pequeño ensanche del arroyo de Las
Piedras, desde donde regresamos sobre nuestros pasos (556 m)
Desnivel
ascendido: 778 m
Desnivel
descendido: 753 m
Tipo
de ruta: 50% circular y 50% lineal
Tipo de suelo: sendero terrizo y pedregoso (que estará resbaladizo tras las primeras horas de lluvia), algunos vados por el arroyo Guadalpín; pista terriza, algún tramo asfaltado (pues a lo largo del principio y del final nos movemos por el perímetro de Marbella).
Tipo de suelo: sendero terrizo y pedregoso (que estará resbaladizo tras las primeras horas de lluvia), algunos vados por el arroyo Guadalpín; pista terriza, algún tramo asfaltado (pues a lo largo del principio y del final nos movemos por el perímetro de Marbella).
Fecha:
Sábado 7 de abril de 2018
8 Participantes:
Maria Jesús Rider "la Duquesa", Romualdo "El Trovador", Mª
Luisa "El Duendecillo de Sierra Horconera", Héctor "El Caimán de
Puente Genil", Eduaardo "El Padre Carras", Pepe Guerrero
"El Maestro Geobotánico", Paco "El Generoso", Chucki y un servidor:
Juan Ignacio Amador.
Bibliografía:
http://www.marbella.es/medioambiente/medio-ambiente/sendas-de-la-biodiversidad/arroyo-guadalpin.html
http://marbellenses.blogspot.com.es/2010/10/los-monjes.html?m=1
https://pitbox.wordpress.com/2015/06/24/mina-de-marbella-altos-hornos-de-marbella-siderurgia-en-la-costa-del-sol/
http://patinaindustrial.blogspot.com.es/2016/02/altos-hornos-de-marbella.html
https://pitbox.wordpress.com/2015/06/24/mina-de-marbella-altos-hornos-de-marbella-siderurgia-en-la-costa-del-sol/
http://patinaindustrial.blogspot.com.es/2016/02/altos-hornos-de-marbella.html
Alicientes principales:
La
ruta del arroyo Guadalpín hasta la ermita de Los Monjes es una de las más
populares de Marbella. Se trata de una ruta que podría calificarse apta para
todos los públicos, salvo por una pequeña trepada al inicio, por un paso escalonado,
que aunque fácil y hasta divertido, requiere del uso de las manos y un
mínimo de agilidad. La mejor época para
recorrer el camino a Los Monjes es en primavera, preferentemente después de
lluvias recientes. Desde el inicio hasta las ruinas de la Ermita sólo distan
dos kilómetros, una vez en la ermita se nos plantean varias alternativas
(además del recurrente retorno sobre nuestros pasos), que ya dependerá de
nuestras ganas, tiempo disponible y conocimiento de la zona.
1ª parte,
REMONTANDO EL ARROYO GUADALPÍN, HASTA FUENTE CALAÑA:
Tras el suculento desayuno y degustación de licores varios que nos
ofrecieron el Trovador y la Duquesa en su Palacio de Primavera (C/ Hungría
Nº30), con trato exquisito por parte del Servicio, recorrimos varias calles
entre lujosas mansiones e hileras de ferraris, hasta llegar a la explanada del
parking que se encuentras detrás del colegio de Xarblanca, y junto a la entrada
de la Urbanización "Sierra Blanca", comenzamos la caminata
descendiendo un corto trecho de pista asfaltada (con el paso cortado para
vehículos) al final de esta corta bajada a la derecha podemos ver un panel
informativo de la red de senderos de la cara sur de Sierra Blanca, donde el
descerebrado de turno no ha podido evitar dejar la marca de su grafiti.
No tardaremos ni un minuto en toparnos con el
único obstáculo que presenta este idílico itinerario, se trata de un escarpe
rocoso, que aunque será superado sin ninguna dificultad por cualquier
senderista con un mínimo de experiencia, podría suponer un escollo para una
persona no acostumbrada a trepar por rocas (aunque desde nuestro punto de vista
es muy fácil, pero ahí queda dicho).
El
Maestro Geobotánico comentó que entre las especies más relevantes debíamos
tener en cuenta la presencia del Helecho de acequia, Pteris vittata este
majestuoso helecho es muy escaso en el continente europeo y presenta
poblaciones muy localizadas en España concretamente en Andalucía, Baleares y
algunas provincias del levante. Otra especie de gran importancia y que se puede
observar en la zona, es la Bolina, Genista haenseleri se trata de un endemismo
exclusivo de Sierra blanca y la Sierra de Mijas, esta genista tan particular se
encuentra en el libro rojo de la flora vascular de Andalucía y está calificada
como "especie en peligro". También es de interés botánico un tipo de
sauce perteneciente a la especie Salix pedicellata, cuya área de distribución
mundial es muy restringida.
La
ermita de los Monjes y su antiguo molino
harinero fueron construidos en el siglo
XVI por monjes franciscanos pertenecientes a la familia de los menores, defensores
de la pobreza evangélica y habitaban en lugares apartados y solitarios. Estas
humildes ermitas eran consideradas como milagrosas, así como las fuentes
cercanas, a las cuales se le atribuían propiedades curativas. A esta ermita
solían ir en penitencia o por promesa los habitantes de Marbella, estaba
habitada por uno o dos ermitaños y llego a tener varios nombres: de Nuestra
Señora de las Angustias o Nuestra Señora de la Soledad de la Sierra; estos
nombres concluían en uno solo, el de la Virgen de los Dolores, que es la imagen
más antigua venerada por los marbelleros. La
ermita fue construida en el S.XVI, pero en 1761 fue abandonada por dos
ermitaños la cuidaban, quedado el pequeño templo, su vivienda y sus
huertas a cargo de Francisco Granados,
vecino de Marbella puesto por la providencia para la conservación del culto de la
ermita.
El entorno de la ermita estaba plantado de viñas y sembrado de
huerta. La viña era de poca calidad, el huerto de escasa sustancia: “solo
tendrá una obrada destinada su utilidad a la decencia de la iglesia ermita que
por ser tan corta se mantiene a expensas de la devoción y el resto de la tierra
que se dijo de regadío por acequia para puebla de maíz con algunos frutales por
lo inculto de dicho terreno inferior de la tierra y cortas fuerzas de dicho
huerto para poderla beneficiar con estiércoles”.
El edificio, orientado en un eje norte sur, revela porte humilde,
aunque de buena factura, agarrado, en su lateral de levante, al borde de una
pronunciada caída por medio de gruesos contrafuertes. De fachada sencilla, rematada
con pequeña espadaña. Disponía de una sola nave, compartimentada en dos
espacios, uno para los fieles, otro para los monjes. En la trasera, distintas
dependencias remataban el conjunto.
Hoy
en día, a la ruinas de la ermita de los Monjes, ya nadie va de penitencia, este
camino que se adentra en la sierra es transitado por senderistas amantes de la
naturaleza, que no buscan la salvación eterna, pero si albergan la esperanza de
que las futuras generaciones, sean conscientes del importante valor de nuestro
rico Patrimonio Histórico, artístico y paisajístico, que en la medida de lo
posible no sólo debemos respetar, sino cuidar y defender, denunciando a todo aquel que lo dañe. Nos gusta pensar
que estamos asistiendo al presente de una Nueva Era donde si bien las antiguas
creencias están en declive, hay un despertar de los espiritual hacia el Amor a
los animales, las plantas y la naturaleza en general, perfectamente compatible
con nuestro Patrimonio Histórico Artístico. Ruinas como la Ermita de los Monjes,
bien podrían ser rehabilitadas con un espacio dedicado para recrear su historia
y otro mayor, que hiciera las veces de refugio de montaña ó una nueva
"casa de guardas forestales" que cuidaran y mantuvieran toda la zona
en buen estado. Esto ayudaría a fomentar el empleo y a recuperar nuestro
patrimonio. Por otra parte la IMPRESIONANTE labor que realizan la asociación
marbellí de "Mujeres en las veredas" es para darles un Millón de
gracias, por el impecable mantenimiento de los senderos, señalización de balizas,
limpieza de montes en general, tanto de basuras, como de matorrales que se
comen los senderos, retirada o cortes de troncos caídos sobre los caminos,
recuperación del rico patrimonio minero de la zona, etc... ¡Sois los ángenes de
esta sierra!.
Este
tramo de sendero que llega a superar los 50 m de desnivel por encima del arroyo
Calañas y después va faldeando por la ladera con pequeños toboganes (sube y
baja) nos permite ampliar nuestra perspectiva del entorno, si echamos nuestra
vista atrás podemos disfrutar de una franja de costa enmarcada entre las
laderas del valle que estamos remontando por encima del casco urbano de
Marbella, que casi siempre tendremos a la vista por las zonas altas del
itinerario; mientras que, mientras que al N y N-O, siempre enmarcado entre las
laderas de este valle, podemos contemplar un amplio tramo de crestería entre El
salto del Lobo y su prolongación hacia el cordal del El Lastonar. A poco que
tengamos un poco de suerte no sería raro encontrarnos con un grupo de cabras
montesas por esta zona, pocos mamíferos se desenvuelven con tanta agilidad en
estos entornos tan agrestes y resulta admirable verlas saltar por las rocas o
caminar al borde de cornisas con una facilidad hipnotizadora.
La avifauna
también se encuentra bien representada, sobre todo por las rapaces, donde
destaca la presencia del águila calzada, el águila perdicera y del águila
culebrera, esta última, regresa del
continente africano en primavera y llega
a criar en Sierra Blanca. Así como los buitres que suelen sobrevolar sus
cumbres o la collalba negra muy frecuente en la cuenca del Guadalpín.
El
Nacimiento exacto de un río o arroyo, siempre es un misterio, pero en lo
referente al arroyo Guadalpín podemos afirmar que se forma, a partir de la
unión de tres grandes torrenteras: las dos primeras bajan en paralelo desde el
Salto del Lobo, uniéndose poco a poco, hasta que confluyen en una sola conocida
como arroyo (barranco) de Las Carihuelas. Y una tercera torrentera, que nace en
la vertiente Este del collado del Cepillo del Enebro, más o menos a la altura
del vertiginoso "paso de la cadena" entre el Lastonar y La Concha,
ese sería el arroyo Calaña, propiamente dicho. A partir de su unión con el de
la Carihuela, pasa a tomar el nombre del arroyo Calaña o de Los Monjes. Y desde
la Ermita para abajo, ya se le conoce con la toponimia más moderna de
Guadalpín, aunque algunos lo siguen conociendo como arroyo Calaña o de Los
Monjes.
Desde
Fuente Calaña, retornamos sobre nuestros pasos hasta la Ermita de Los Monjes.
2ª parte,
DESDE LA ERMITA DE LOS MONJES A LA MINA DE BUENAVISTA
De
regreso a la Ermita de Los Monjes, tomamos el ramal de sendero que en dirección
S-O nos lleva en dirección a Nagueles, a este sendero actualmente se le conoce
como "Sendero de Los Monjes" y hasta nuestra llegada al arroyo de Las
Piedras coincidirá con el GR-249; Etapa: Marbella-Ojén. Poco después de dejar
atrás las ruinas de la Ermita de los Monjes, el sendero salva dos tramos de
escarpada ladera caliza que salvamos gracias a dos rudimentarios pasamanos
colocados con gran acierto por el Ayuntamiento de Marbella, supervisado por la
Federación Andaluza de Montaña, en cuya colocación colaboró nuestro ínclito
amigo Paco Castillo.
En
el sentido de nuestra trayectoria, hacia el Sur, volvemos a disfrutar de
amplias vistas sobre Marbella, con el Mediterráneo al fondo.
El sendero asciende hasta alcanzar un collado que ya da vistas hacia la zona de San Pedro con el peñón de Gibraltar al fondo, salvamos "la cañada de La Rana", más abajo conocida como de "Camoján" y poco después llegamos a un bonito claro del bosque, cruce de sendero, donde estuvimos almorzando.
El sendero asciende hasta alcanzar un collado que ya da vistas hacia la zona de San Pedro con el peñón de Gibraltar al fondo, salvamos "la cañada de La Rana", más abajo conocida como de "Camoján" y poco después llegamos a un bonito claro del bosque, cruce de sendero, donde estuvimos almorzando.
Reanudada
la marcha, continuamos dirección ESTE, por el mismo sendero que traíamos,
aumentando un poco la dureza de la pendiente hasta alcanzar un collado donde se
nos advierte de la presencia de unas colmenas que quedan a la derecha, a los
pies de una torreta de alta tensión. Las colmenas parecían semi abandonadas y a
pesar de los escasos 20 m que distaban del sendero, a penas escuchamos el
zumbido de alguna abeja por allí.
El caso es que inmediatamente después ya tenemos la bajada que nos conduce hasta el arroyo de Las Piedras y que tras remontar un corto trecho de la vertiente opuesta nos sitúa en el cruce de senderos donde, tomando el ramal de la izquierda (S-O), por donde continúa el GR-249; Etapa: Marbella-Ojén, llegaríamos en apenas diez minutos a los pinares de Nagüeles y en menos de veinte minutos a la famoso Auditorio (Cantera) y Cueva de Nagüeles. Siendo nuestra opción, el ramal de la derecha (N,N-O), que discurre paralelo al arroyo de Las Piedras o por su mismo cauce.
El caso es que inmediatamente después ya tenemos la bajada que nos conduce hasta el arroyo de Las Piedras y que tras remontar un corto trecho de la vertiente opuesta nos sitúa en el cruce de senderos donde, tomando el ramal de la izquierda (S-O), por donde continúa el GR-249; Etapa: Marbella-Ojén, llegaríamos en apenas diez minutos a los pinares de Nagüeles y en menos de veinte minutos a la famoso Auditorio (Cantera) y Cueva de Nagüeles. Siendo nuestra opción, el ramal de la derecha (N,N-O), que discurre paralelo al arroyo de Las Piedras o por su mismo cauce.
Al poco de tomar el ramal de sendero que discurre paralelo al arroyo de Las Piedras comenzamos a disfrutar de la que probablemente sea la perspectiva más alpina de La Concha, con un magnífico tajo que cae casi en vertical desde su cumbre hacia la cabecera del arroyo de Las Piedras.
En a penas cinco minutos, nos encontramos con un muro de piedra, vestigio de una antigua construcción de la ápoca de las minas y unos metros mas allá, una antigua chimenea (horno de fundición)donde se derretía el plomo a la izquierda del sendero y a nuestra derecha, lo que parece un rudimentario jacuzzi de cemento, que era donde se lavaba y enfriaba el mineral tras su fundición para el posterior transporte sobre abnegados burros y mulos, que tanto trabajaron siempre para el desarrollo y la prosperidad de esta España, siempre tan desagradecida con sus mayores valedores.
De este centro de producción salían diariamente una veintena de barras de unos 50 kilos cada una. Por aquel entonces se la conocía como Mina de los Tres Amigos (sus tres socios fundadores), tuvo distintos propietarios hasta caer en manos extranjeras. Vestigios de la explotación minera que forma parte del patrimonio histórico de una Marbella industrial, que comenzó su idilio con los yacimientos mineros de Sierra Blanca, precisamente en las Minas de Buenavista de donde comenzó a extraerse plomo desde mediados del Siglo XVIII y continuó hasta la década de 1960.
Desde
finales del Siglo XVIII hasta la llegada del Turismo a la Costa del Sol, la
relación de la comarca con la minería ha sido muy importante. Desde la antigüedad:
fenicios, cartagineses, romanos y visigodos explotaron los yacimientos mineros
de cobre, hierro y plomo de Sierra Blanca. El potencial minero de la zona
alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIX con la explotación de las
fructíferas minas de gráfito de Benahavís, las de hierro del Peñoncillo y su
beneficio con la creación de las Ferrerías del Ángel y la Concepción.
En
esos años el plomo se convirtió en el artículo de exportación por excelencia de
la minerometalurgía española llegando a ser fundamental para equilibrar la
balanza de pagos. Bajo esa coyuntura y conocedores de la abundante presencia de
plomo en el paraje conocido como Barranco de las Encinas, en 1836 tres
destacados empresarios de Marbella crearon la sociedad denominada de Buena
Vista, con el objetivo de dar impulso a la extracción del mineral creando una
fábrica y horno de fundición para lo que contrataron a don Francisco de Sales
García del Real Cuerpo de Minas.
Tras
las tareas de laboreo y lavado del plomo, el mineral se derretía en una pequeña
fundición junto a la mina, pues su bajo punto de fusión permitía la utilización
de esta tecnología primaria y sencilla. Pascual Madoz describe que la mina
producía diariamente de 16 a 20 galápagos (barra de plomo) de un quintal cada
uno y que trabajaban unas 20 personas. En su dilatada producción la conocida
como "Mina de los Tres amigos" tuvo distintos propietarios hasta caer
en manos extranjeras, como ocurriría con buena parte de los recursos mineros
del municipio.
Basta
decir, que entre 1831 y 1856, Marbella llegó a ser la mayor productora de
siderurgia de España, gracias a la iniciativa de todo un visionario como fue Don
Ramón de la Sagra (economista, sociólogo, historiador y naturalista),
financiado con el empresario Manuel Agustín Heredia, uno de los grandes
precursores de la "revolución Industrial malagueña", pero al mismo
tiempo, principal responsable de la tala masiva de bosques centenarios de
encinas y otras especies repartidos por la provincia de Málaga, empezando por
la propia Sierra Blanca, que casi 200 años después comienza a recuperar parte
de su bosque original, con el que nada tienen que ver sus repoblaciones de
pinos.
La principal riqueza de
Marbella en aquel tiempo, mitades del siglo XIX, era la fundición de
metales en sus ferrerías (Ferrería del Angel y La Concepción), aprovechando la
cercanía de las minas de Ojén (las cuales eran de ‘magnetita‘), en
especial la minas La Choza, San Juan Bautista y San Nicolás, cuyo mineral
llegaba a las ferrerías a través de un cable desde las minas del Peñoncillo. Se
puede ver lo que queda de las minas del Peñoncillo.
En el siglo XIX
Marbella contó con dos complejos siderúrgicos que situaron a este municipio a
la vanguardia de la industrial nacional. Los restos de la Ferrería la
Concepción muestran las huellas de los primeros altos hornos civiles de España.
En 1826, Manuel Agustín Heredia, a la cabeza de un grupo de comerciantes
malagueños fundó la sociedad La Concepción para explotar el hierro de la Sierra
Blanca. Tras varios ensayos se impuso como medio de obtención de hierro el
método de pudelado, para el que se utilizaba carbón mineral que, al no existir
en la zona, era necesario importar. Esto obligó a
desdoblar las instalaciones: en la Concepción se obtendría el hierro de primera
fusión mediante hornos que utilizaban carbón vegetal, después se trasladaba a
la ferrería de la Constancia en Málaga donde se realizarían las labores de
afinado o pudelado para convertirlo en hierro útil para todos los usos.
En 1828
Manuel Heredia empezó a construir la fundición La Concepción, que, con sus
altos hornos sacaron el hierro de las rocas traídas a lomo de burro desde Ojén.
El hierro luego se trasladó por ferrocarril desde la finca de la Concepción a
la actual Alameda de Marbella, en cuyo puerto se embarcaba el hierro para su
exportación al Reino Unido. Entre 1831 y 1856, el 75% de la producción de
hierro de España, procedía de la Concepción (Marbella).
La ferrería
cerró en 1884, años antes había cerrado la otra ferrería de Marbella, la de El
Ángel. Las limitaciones impuestas por el carbón vegetal y la renovación de las
siderurgias del norte de España acabaron con esta empresa innovadora y líder
del sector siderúrgico español.
Retomando la descripción del recorrido, unos metros más adelante de la chimenea de fundición, volvemos a sumergirnos en pleno
bosque de pinos y entre la espesura de la masa forestal que nos envuelven y lo
cerrado del valle, perdemos las vistas se reducen durante el siguiente tramo,
cruzándose en nuestra trayectoria el Barranco de las Encinas, tributario del
arroyo de Las Piedras. Este es un punto de cierta confusión, porque parece que
el sendero finaliza aquí, pero en realidad continúa unos metros mas adelante,
remontando el barranco de Las Encinas, por cuyo curso vamos a continuar,
desviándonos a la izquierda.
Un poco más adelante, el fondo del barranco de las Encinas, va quedando a nuestra izquierda, conforme vamos ganando altura hasta alcanzar un collado que nos conduce de nuevo al angosto valle del Arroyo de las Piedras (generalmente seco). por donde el sendero continúa, pasando primero junto a una cruz con las iníciales de "J.J.G.R., (20-Julio-1996)" que por la fecha tal vez pudo fallecer por un golpe de calor.
Desde la mencionada cruz, continuamos unos 200 m mas allá hasta una zona donde el cauce del arroyo de Las Piedras se ensancha, mostrándonos el majestuoso telón de fondo que ofrece la vertiente ESTE del cordal que va del Lastonar a La Concha. Este el sendero de acceso para coronar La Concha en su modalidad mas alpina, sólo al alcance de gente muy preparada mental, físicamente y con gran experiencia en montaña.
Un poco más adelante, el fondo del barranco de las Encinas, va quedando a nuestra izquierda, conforme vamos ganando altura hasta alcanzar un collado que nos conduce de nuevo al angosto valle del Arroyo de las Piedras (generalmente seco). por donde el sendero continúa, pasando primero junto a una cruz con las iníciales de "J.J.G.R., (20-Julio-1996)" que por la fecha tal vez pudo fallecer por un golpe de calor.
Desde la mencionada cruz, continuamos unos 200 m mas allá hasta una zona donde el cauce del arroyo de Las Piedras se ensancha, mostrándonos el majestuoso telón de fondo que ofrece la vertiente ESTE del cordal que va del Lastonar a La Concha. Este el sendero de acceso para coronar La Concha en su modalidad mas alpina, sólo al alcance de gente muy preparada mental, físicamente y con gran experiencia en montaña.
Pero subir a La Concha no era nuestro objetivo aquel día, dando por bueno lo que llevábamos recorrido, regresamos
sobre nuestros pasos hasta el lugar donde habíamos tomado el desvío para
remontar el barranco de Las Encinas, continuando ahora unos metros más abajo
por un corto tobogán calizo, hasta su confluencia con el arroyo de Las Piedras,
que nada más cruzar nos conduce a la Bocamina de la entrada principal de la
Mina de Buenavista, en la cual sólo pudimos adentrarnos dos o tres metros, pues
a poca distancia de la entrada ya se encontraba el suelo completamente inundado
de lado a lado y con la potente linterna que llevaba el Maestro Geobotánico,
pudimos ver una cancela cerrada a cal y canto, a unos 30 m de la entrada.
Resulta
que las labores de difusión sobre la existencia de la olvidada mina Buenavista
llevada a cabo tanto por el Ayuntamiento de Marbella como por asociaciones
culturales volcadas en la divulgación del patrimonio local, como Mujeres en las
Veredas han situado en el mapa los
restos de este viejo complejo de extracción de plomo. Por lo que este paraje
donde confluyen el Barranco de las Encinas y el arroyo de Las Piedras, comenzó
a ser muy frecuentado por excursionistas que se adentraban alegremente por las
galerías de la mina sin ningún tipo de precauciones, ni conocimientos básicos,
ni el equipo mínimo requerido, con el consiguiente riesgo de pérdidas o
accidentes por caídas a los pozos existentes en su interior que tuvieron lugar
en más de una ocasión. Como consecuencia
de ello y para evitar futuros accidentes, en Junio de 2017, se colocó una verja
de hierro a unos 30 metros de distancia de la boca principal.
Los
trabajos de transporte e instalación de la puerta fueron ejecutados por el personal
adscrito a la Delegación Municipal de Sostenibilidad, departamento que inició
el trámite administrativo para cerrar la mina a mediados de 2016. Tras obtener
los necesarios permisos de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía, y siguiendo, además, las recomendaciones técnicas del Grupo de
Estudios de Murciélagos de la Estación Biológica de Doñana, instituto público
perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, que ha
aportado las claves sobre el tipo de cerramiento para que proliferen los
quirópteros que habitan en las galerías y puedan llegar a constituirse en
colonia, el Ayuntamiento de Marbella ejecutó el cierre de la mina en junio
2017.
El
Consistorio, que está obligado a mantener en buenas condiciones el cerramiento,
ha facilitado al agente forestal de la zona, Paulino Masegosa, una copia de las
llaves de la cancela, fabricada con barras metálicas que permiten la libre
circulación de los murciélagos, animales que están protegidos por la
legislación estatal. «En los últimos dos años han llevado de excursión a más de
mil alumnos de colegios e institutos de Marbella, a la mina de Buenavista para
que conocieran el pasado minero de su ciudad.
La
puerta se colocó por requerimiento de la Junta a una distancia
considerable de la entrada de la mina, con el objetivo de que la fauna
silvestre, especialmente las cabras montesas, zorros y jabalíes,
principalmente, puedan seguir aprovechando el agua drenarte para beber.
Desde
la entrada de la Mina de Buenavista se retoma rápidamente el cercano sendero
por el que regresamos sobre nuestros pasos hasta el claro del bosque donde
habíamos almorzado y desde allí tomamos el angosto ramal de sendero que en
dirección S, S-E nos lleva a través de un bonito pinar de altos ejemplares y
gran frondosidad, atravesando el pequeño arroyo de Camoján, cuyas aguas
discurren filtradas bajo su capa freática y en menos de un kilómetro, venimos a
salir a la pista asfaltada que pasa por la zona más alta de la Urbanización
Camoján. Tomaremos esta pista asfaltada a nuestra izquierda, llevando a nuestra
derecha una parcela ilegalmente vallada invadida por mimosas.
Al final de la calle, giraremos a la derecha, dejando a nuestra izquierda dos calles, por la segunda a la izquierda es por donde continúa nuestra ruta, pero antes merece la pena rodear el perímetro de la gran mansión que tenemos a nuestra derecha, y que nos conduce hasta el Puente que salva las aguas del arroyo de Camoján, tras el cual, tomaremos el ramal de sendero a la derecha, que en apenas 40 m, nos conduce hasta la cascada del mismo nombre. Un rincón de exuberante frondosidad preciosa umbría con atmósfera casi selvática.
Al final de la calle, giraremos a la derecha, dejando a nuestra izquierda dos calles, por la segunda a la izquierda es por donde continúa nuestra ruta, pero antes merece la pena rodear el perímetro de la gran mansión que tenemos a nuestra derecha, y que nos conduce hasta el Puente que salva las aguas del arroyo de Camoján, tras el cual, tomaremos el ramal de sendero a la derecha, que en apenas 40 m, nos conduce hasta la cascada del mismo nombre. Un rincón de exuberante frondosidad preciosa umbría con atmósfera casi selvática.
Regresamos
sobre nuestros pasos, por donde recorrimos los últimos 100 m antes de llegar al
puente y tomamos la mencionada calle, que ahora, quedará a nuestra derecha.
casi al final de esta calle nos encontramos con una puerta y su correspondiente
porterillo electrónico, se trata de una servidumbre de paso vigilada, que
llamando a la puerta te suele abrir sin problemas, accediendo al tramo de
sendero que sin margen de error, te devuelve al arroyo Guadalpín, justo a la
altura del primer vado, ya sólo nos queda remontar la corta pendiente asfaltada
y estaremos de regreso en la explanada terriza que se encuentra a la espalda
del colegio Xarblanca y junto a la entrada de la Urbanización Mirador de Sierra
Blanca, clásico punto y final de esta ruta realmente interesante. Desde donde pudimos completar un bonito arcoiris coincidiendo como colofón de esta bonita jornada senderista por la Marbella desconocida (para muchos).
Impresionante, el reportaje.
ResponderEliminarMe he enterado de un montos de cosas de Marbella.
Una pregunta.
¿ Cuanto tiempo tardasteis?
Mas o menos.
Enhorabuena.
Realmente impresionante el reportaje fotográfico y las notas al pie de cada foto.
ResponderEliminarEstaba buscando el topónimo de Guadalpín y aparecísteis vosotros.
Enhorabuena.
Germán Gumpert